El berrinche de los estadistas tras La Haya: Lagos, Frei y Piñera al ataque
Haciendo caso omiso de las profundas diferencias que marcan por estos días el perfil político de cada uno de los ex mandatarios, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera aparecieron hoy para cuadrarse con Bachelet tras recibir el fallo de La Haya, que rechazó de forma casi unánime la objeción de Chile sobre la competencia del organismo para deliberar sobre la demanda marítima interpuesta por Bolivia.
En sus declaraciones, con discursos recargados de patriotismo y pasmosa sintonía, los tres aseguraron que el pronunciamiento de la Corte Internacional no constituía una derrota y apuntaron sus dardos al presidente de Bolivia, Evo Morales.
Para el ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, "la Corte en su decisión deja claramente establecido que no podría predeterminar el resultado de una eventual negociación, dando así razón a lo planteado por nuestro país, que siempre ha estado dispuesto a escuchar a Bolivia y a desarrollar de buena fe las más amplias y fructíferas relaciones políticas, diplomáticas, económicas, culturales y sociales, como corresponde a países vecinos".
Frei llamó a incrementar una campaña comunicacional que explique con fuerza y claridad los argumentos de Chile ante la comunidad internacional. Lagos, en tanto, hizo uso de su peculiar estilo comunicacional duro para asegurar que el país debe enfrentar con calma lo que sigue y aseguró que fue Bolivia el país que decidió romper las conversaciones con Chile.
Pero no fue todo. Ya comprometidos con un precampaña presidencial cada vez más evidente, Lagos y Piñera llamaron a conferencias de prensa tras el fallo de la corte en sus respectivas fundaciones. Desde Fundación Progreso, Ricardo Lagos hizo uso de la autorreferencia para recordar una frase pronunciada por él mismo en una cumbre en Monterrey, el año 2004: "Y si de diálogo se trata, ofrezco relaciones diplomáticas aquí y ahora" y además mostró un mapa de Bolivia en el año 1825, asumiendo ante los periodistas el rol de profesor.
En tono pedagógico, el ex mandatario señaló que Bolivia "ha perdido una enorme cantidad de territorio, y de esa pérdida Chile responde por el 11%; el otro 89% que ha perdido corresponde a Brasil, Perú, Argentina y Paraguay". Su explicación recordó al episodio vivido en 2014, cuando Chile recibió el fallo de La Haya sobre su conflicto con Perú y otra vez no fue del todo exitoso. Entonces, Sebastián Piñera, con puntero en mano, se dedicó a defender la postura chilena y explicó el pronunciamiento.
Desde Fundación Avanza Chile, Piñera aseguró que no estaba del todo satisfecho con el fallo, pero que "lo que está en discusión no es la soberanía, sino si Chile tiene o no tiene obligación de negociar". Además, aseguró que Morales "ha incurrido en tantas contradicciones, ha faltado tanto a la verdad, que creo que Chile no debe tener ninguna ingenuidad en la forma de enfrentar este diferendo".
Desde la soberbia y la superioridad, los ex mandatarios se mostraron como férreos defensores de la soberanía chilena, aunque su historial no los ubica precisamente como defensores del patrimonio común del país.
Hoy, quizás pocos recuerden que Piñera no actuó con la misma dureza para defender los intereses de todo el país a la hora de promover la errática Ley de Pesca, así como Lagos tampoco tuvo la misma dureza para resguardar las carreteras del territorio nacional del saqueo de las empresas extranjeras y Frei autorizó sin problemas la central hidroeléctrica de Ralco, dañando seriamente a las comunidades pehuenches de la zona y provocando un irreversible daño al medioambiente de la misma patria. En los tres ejemplos mencionados, la soberanía nacional importó un bledo, pero las pasiones del chauvinismo en estos contextos siempre rinden. Y más sabe el diablo por viejo, que por diablo.