Embajador de Venezuela: "No habrá golpe mientras las FF.AA. tengan la conducta patriota y chavista que tienen"
La agresividad de los gobiernos norteamericanos hacia el proceso bolivariano es ya antigua. Comencemos por favor contextualizando los hechos actuales.
Este es un viejo conflicto con Estados Unidos, desde hace más de doscientos años. Son las tesis de Bolívar contra las tesis de Monroe. Monroe dijo “América para los americanos”. Bolívar habló de una Patria grande que nos incluyera a los que no somos norteamericanos, a los que no tenemos origen en las trece colonias. Es un claro enfrentamiento entre dos posiciones ideológicas.
En 1873 comienza una incipiente exploración y producción de petróleo en Venezuela con la pequeña refinería de unos empresarios criollos que aprendieron a perforar y producir. Allí comenzó el alumbrado de las calles de Venezuela ya no con faros de velones ni de carburo, sino con queroseno. En Estados Unidos, por supuesto, estaba ya muy avanzada la exploración petrolera y no les convenía capitales criollos apropiándose de ese manjar, porque ya se sabía de la cantidad de petróleo que había en Venezuela.
Entonces en 1908 derriban a Cipriano Castro porque fue el primer presidente que se atrevió a intentar realizar un esquema legal alrededor del petróleo para que comenzara a rendir dividendos para el pueblo y para el desarrollo de Venezuela. Ese derrocamiento devino en una feroz dictadura de 27 años, hasta 1935. Y mientras países como Chile estaban construyendo sociedades modernas, Venezuela se retrasó, al punto que termina por entrar al siglo XX casi a mitad de siglo. Aquella fue una dictadura apoyada por Estados Unidos por causa del petróleo.
Solo en 1941, el presidente Isaías Medina Angarita, elegido democráticamente, se atrevió a dar otro paso. Recordemos que en 1939 se había efectuado la nacionalización del petróleo en México. Él le preguntaba a los americanos, si sus empresas transnacionales pagan un 32% de impuestos en Oklahoma, Texas y Virginia, ¿por qué se empeñan en pagar en Venezuela el 12%? ¿Por qué las empresas holandesas e inglesas, que ya estaban presentes en Medio Oriente, en Venezuela pagaban solo un 1% de regalías si en Medio Oriente pagaban 15%?
Esa fue una lucha de Medina Angarita por tres años, que logró convencer a los diputados –que estaban en el Congreso Nacional pero representaban los intereses de las petroleras– e inculcarles un sentido de patriotismo, y logró aprobar una ley que sin embargo nunca habló de nacionalización del petróleo, sino de justicia en la distribución del ingreso a partir del asunto tributario. Nada más. Aún así, en 1945, pocos meses después de aprobada esa ley en el Congreso, Estados Unidos depone a Medina Angarita.
En 1948, otro demócrata electo por votación popular, Rómulo Gallegos, el conocido escritor, habló solo de una cosa: si los saltos en el precio del petróleo no eran producto del esfuerzo ni de la inversión de las transnacionales, por ejemplo, el petróleo venezolano ganaba esta semana tres dólares adicionales respecto de lo que marcaba el mercado, ¿por qué las transnacionales tenían que quedarse con todo ese valor si al fin y al cabo el petróleo es nuestro?
Entonces les propuso el fifty fifty. Logró aprobarlo en el Congreso y a regañadientes las empresas americanas, inglesas y holandesas aceptaron, pero una semana después lo derrocaron. Tres presidentes fueron derrocados por el petróleo.
Solo en 2001 hubo otro presidente que se atrevió a recoger todas aquellas leyes, incluyó el petróleo como recurso natural estratégico e incluyó en la nueva Constitución de 1999 que PDVSA no podía ser privatizada. Eso equivale a una nueva nacionalización del petróleo. En 1976 se había nacionalizado el petróleo, pero había sido solo un cambio el nombre a las concesiones para que siguiera la expoliación. De modo que cuando gana Chávez el año 1998 teníamos un 54% de pobreza y dentro de él un 24% de pobreza estructural, en un país que por 42 años fue el primer exportador mundial de petróleo.
Chávez se atrevió y por eso quisieron derrocarlo el 2002. La causa, una vez más, el petróleo.
¿Y en términos más actuales, cuál es la situación que rodea esta contingencia?
Estados Unidos tiene ahora demasiadas presiones. Tiene estrés geopolítico, porque Rusia es Rusia y está resurgiendo, y además está China. Se pensaba que entre 2025 y 2030 iba a ser la primera potencia económica mundial y en 2014 ya lo fue. Entonces ese eje que no se pliega a los mandatos norteamericanos comienza a causarle escozor y mucha preocupación. Si Rusia por separado, o China por separado son un problema para Estados Unidos, imagínate ahora unidos, pasa a convertirse en un gran problema geopolítico.
Adicionalmente Estados Unidos tiene estrés energético. La agencia nacional de energía, la OPEP, y estudios del Banco Mundial le asignan al fracking una vigencia de diez años. Por razones técnicas, por la profundidad a la que está el petróleo, por razones ambientales, dado que envenena las aguas subterráneas y envenena el aire, el fracking no tiene un horizonte de más de diez años. Además de que tampoco se ha demostrado que haya reservas que sean lo suficientemente significativas como para hacer las inversiones que demanda la explotación de ese petróleo.
Estados Unidos además, agotó sus reservas de petróleo liviano. Quedan las de Alaska, pero hay problemas para terminar el oleoducto que viene desde allá. No han podido. Las comunidades se han opuesto, las regiones se han opuesto.
Por otro lado, nada está escrito sobre una estabilización política del medio oriente. Ya hubo una Guerra de los Seis Días, ya hubo una Guerra del Yom Kipur, ya hubo un embargo de los países del Golfo Pérsico contra occidente que disparó los precios del petróleo por tres años, y nada nos dice que eso no va a ocurrir otra vez si Estados Unidos persiste en esa posición de estar enfrentando a chiítas y sunitas, gran conflicto milenario ya, que han adoptado como fórmula para desestabilizar Medio Oriente y dominar las fuentes petroleras.
Se atraviesan entonces los talibanes, que son un invento de Estados Unidos, se atraviesa el Estado Islámico, que es un invento de los Estados Unidos, destruyendo naciones, destruyendo pueblos. Entonces Europa tiene ahora a los talibanes en Libia, a apenas 350 kilómetros de las playas italianas. Lamentablemente, en pocos meses la cantidad de desastres terroristas que va a haber en Europa va a ser abominable, y eso lo han provocado Estados Unidos y los mismos europeos.
Occidente tiene entonces muy complicado el panorama energético. Le queda Mar del Norte, el Golfo de México y las reservas del Orinoco. No hay más. Pero ni el Golfo de México ni el Mar del Norte están en capacidad de suministrar lo que se requiere, ni siquiera la franja del Orinoco, donde hay mucho petróleo, pero hay que explorarlo, hay que sacarlo, hay que refinarlo, para ponerlo a circular en el mercado. Viene además la temporada de huracanes y la producción en el Golfo de México baja mucho.
En el Mar del Norte el petróleo está a 12, 14 o 15 mil metros de profundidad. El petróleo del Orinoco sin embargo está a 4 o 5 mil metros, y los pozos están apenas a 5 o 6 días de navegación de las primeras refinerías norteamericanas. Traer petróleo del Medio Oriente a Estados Unidos son más de 20 días. Es decir, Venezuela se encuentra en esta encrucijada geopolítica mundial a merced del petróleo.
Chávez logró lo que no pudieron aquellos tres presidentes. Ahora el petróleo es nuestro. Nos falta dominar los petrodólares todavía, que es la gran tarea del presidente Maduro.
¿Entonces usted ve que el petróleo es el tema principal?
Es uno de los temas. Pero hay otros. Cayendo Venezuela, cayendo el gobierno, comienza de inmediato el resquebrajamiento de Unasur. Desaparecería también Petrocaribe, porque ¿quiénes son los congresistas que están impulsando estas cosas en Estados Unidos? Ileana Ross, Bob Menéndez y Marco Rubio. Toda esa es una mafia de Miami comandada por Otto Reich, un ex subsecretario para América Latina que fue también embajador en Venezuela. Allí montó una empresa que compraba combustible en Venezuela y salía a venderlo en estas pequeñas islas del Caribe.
Pero Chávez fundó Petrocaribe y por eso el interés de Estados Unidos. Incluso Joe Biden, el Vicepresidente, convocó a un reunión energética centroamericana y del Caribe y los presidentes le dijeron, coopero, pero Petrocaribe sigue.
Acuérdate que es posible que este año las elecciones en Estados Unidos se vuelvan a decidir en Florida. Y allí está la ultraderecha con la que se apoya la derecha latinoamericana para crear problemas en nuestros países.
Entonces quieren acabar con Petrocaribe, quieren comenzar el resquebrajamiento de Unasur, están desesperados con que la OEA vuelva a surgir.
¿Y tiene ello sentido para ustedes?
Recientemente Insulza declaró que Estados Unidos y Venezuela deben encontrarse en la OEA. ¿Cómo nos vamos a encontrar allí, si la OEA ha sido el caldo de cultivo para los golpes? Insulza lleva años apoyando a Estados Unidos contra Venezuela y ahora sale con que la declaración de Obama genera ruidos, cuando él ha sido parte de esquema de preparación de este tipo de golpes contra Venezuela. Además de cínico, patético. No tengo ambague ninguno en decirlo.
Cayendo Venezuela se acaba el Banco del Sur y Telesur pasaría a ser una repetidora de CNN. Entonces Venezuela en este momento es un objetivo muy valioso para los intereses de Estados Unidos.
Además, vienen dos años de mucha lucha en el Consejo de Seguridad de la ONU, y Estados Unidos quiere acallar a Venezuela porque como sea nosotros vamos a causar mucho ruido a favor de la paz del mundo. Nosotros vamos a rescatar y poner en la palestra los conceptos de autonomía y libre determinación de los pueblos, llevamos una posición firme y decidida de ataque a Israel por la causa palestina, estamos ganados mil por ciento a la causa palestina y van a tener que empezar a escucharnos.
Vamos entonces sobre la situación actual. Hubo una primera ley promulgada en diciembre y ahora tenemos un segundo momento con esta declaración de Obama. ¿Cuál es la apreciación del gobierno venezolano? ¿Ven en esto una escalada? ¿Hasta dónde podría llegar? Hay medios en el mundo que están hablando de una posible agresión militar a Venezuela en el futuro.
Cuando se habla de los Estados Unidos, con la prepotencia que adorna su historia, todo termina en conflictos militares. Ahora, ¿cuánto se van a atrever los Estados Unidos a buscarse un conflicto por ejemplo con Brasil?, porque invadir y bombardear Venezuela es buscarse un conflicto con Brasil. Yo no sé si el gobierno brasileño lo tendrá claro, pero es así.
¿Por qué es así?
Porque Estados Unidos ha venido bordeando a Brasil y Venezuela de bases militares. En las líneas de pensamiento estratégico brasileño está claro que esas bases de Colombia y las bases en Paraguay, son contra Venezuela y Brasil, porque les interesa el agua, la biodiversidad, los recursos biogenéticos de la Amazonía, nosotros tenemos una buena porción de territorio que es parte de la Amazonía, está el petróleo y el gas de Venezuela y más el petroleo de Brasil.
Esta escalada pudiera llegar a un ataque. Tenemos ese temor por que cada vez que una orden ejecutiva como esta se da, hay una agresión militar. Hagamos memoria, en Cuba está el Maine, que fue inmediatamente después de una orden ejecutiva de este tipo. Lo de Libia fue una orden ejecutiva, la famosa cañonera vietnamita que no existió viene por allí. El asesinato de 3000 ciudadanos panameños y el secuestro de Noriega, vino con una orden ejecutiva de este tipo. Por supuesto que figuras políticas como el Presidente Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello y otros líderes tendrán que ciudarse.
Otra hipótesis podría ser que tomaran el camino que ya han tomado antes en Venezuela, o en Chile con el derrocamiento del presidente Allende, el camino del golpe.
Tienen 16 años intentando derrocar a Chavez y ahora a Maduro. Se desesperan porque han pasado 16 años. El derrocamiento de Lugo lo tramaron en tres meses, el de Zelaya lo tramaron en un año, el de Allende en tres años, el de Jacobo Arbens en pocos meses, el asesinato de Torrijo en pocos meses, la invasión a Bahía de Cochinos tuvo una planificación como de tres años y terminó en un fracaso, y en Venezuela tienen 16 años y es muy difícil que se de un golpe de Estado.
Las fuerzas armadas están consustanciadas con la revolución, no tenemos fisuras, te lo digo como miembro de las fuerzas armadas. No tenemos fisuras ideológicas ni políticas. Las fuerzas armadas van a luchar al lado del pueblo, porque nuestro proyecto político enfatiza la relación entre la sociedad, sobre todo de las clases populares que en Venezuela son mayoría, y las fuerzas armadas. Ese es un muro de contención que los Estados Unidos no logran descifrar.
Por eso están llegando a este tipo de medidas y violan el derecho internacional, y aunque el mundo se acostumbró a que Estados Unidos no respeta las determinaciones del Consejo de Seguridad ni de la Asamblea General, nosotros estamos dispuestos a seguir peleando.
Entonces usted descarta la posibilidad de un golpe de Estado en Venezuela.
Mientras las fuerzas armadas sigan fortaleciéndose en la idea que estamos en el tiempo de los cambios estructurales, políticos, económicos y sociales, seguirá muy fuerte la soldadura entre las clases populares, las fuerzas armadas, el presidente Maduro y los factores políticos.
La prensa internacional presenta la situación venezolana de un modo muy inestable, en una especie de crisis política permanente. ¿Cómo la calificaría usted?
Yo diría que habría crisis si en 19 procesos electorales estuviésemos empate, pero no estamos empatados, el pueblo venezolano ha dicho en 18 procesos “este es mi proyecto, este es mi presidente”. Por lo tanto aquí no hay forma de que la oligarquía importadora y parasitaria venezolana unida a los intereses de Estados Unidos y de algunos partidos de Europa como el Partido Popular, puedan avanzar. Quizás se aquieten ahora con la aparición de Podemos, van a tener que dedicarse más a su política interna que estar promoviendo golpes de Estado en Venezuela. Nosotros entendemos la molestia de Felipe González y Aznar, la entendemos perfectamente, pero bueno, ellos a su España y nosotros a nuestra Venezuela. Así que ¡golpes de Estado en Venezuela no! Nosotros aprendimos después del 2002.
Sin embargo el gobierno venezolano ha denunciado la preparación de intentonas golpistas.
Hace aproximadamente un mes y medio el presidente Maduro alertó que Estado Unidos estaba preparando otro intento de desestabilización. Lo develamos a tiempo, se detuvieron algunos oficiales de las fuerzas armadas y algunos civiles. Pero como no va a haber golpe en Venezuela mientras las fuerzas armadas tengan la conducta patriota, nacionalista y chavista que tienen, las cosas vienen de otra forma: desestabilización, intentar generar un conato de guerra civil para que Naciones Unidas y por lo tanto Estados Unidos intervengan, los cascos azules, etcétera, toda esa historia que conocemos ya.
Estados Unidos dijo que eran risibles y ridículas las declaraciones del presidente Maduro, pero el viernes de la semana pasada Ernesto Samper, el secretario general de Unasur, hizo una importante revelación a la salida de la reunión de trabajo que sostuvo con el presidente Maduro junto a los tres cancilleres que conforman el grupo de trabajo para Venezuela.
Samper dijo que salió muy preocupado porque las pruebas que mostró allí el presidente Maduro, entre las que hay incluso grabaciones de funcionarios de la embajada norteamericana, eran contundentes y demostrativas de que hay injerencia externa. Aclaró además que Maduro no ha presentado las pruebas públicamente porque deben conservarse bajo secreto sumarial, dado que es muy posible que haya más presos por este tema en Venezuela.
Si ya el secretario general de Unasur y tres cancilleres vieron esas pruebas, ¿en que circunstancias van a ser de conocimiento público?
Hay plena autonomía de poderes en Venezuela, y el presidente respeta mucho el trabajo del ministerio público, específicamente el de la Fiscalía General de la República. Según nuestro ordenamiento jurídico, hay que guardar el secreto sumarial hasta el momento en que el juez decida ir o no a juicio.