El presidente de EE.UU., Barack Obama, decretó nuevas sanciones contra Venezuela en medio de la frágil situación política que se vive en el país, asegurando que el gobierno de Nicolás Maduro representa una “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos”.

Las medidas sancionatorias están dirigidas contra siete altos funcionarios del gobierno venezolano, a quienes se les indica como “responsables de la erosión de los derechos humanos” en el país. Dichas sanciones incluyen el congelamiento de bienes y restricción de visas.

“Estamos profundamente preocupados por los esfuerzos del gobierno de Venezuela de intensificar la intimidación contra sus opositores”, informó la Casa Blanca al divulgar el decreto.

Además, Washington  ha decretado “emergencia nacional”, instrumento que le permite al Ejecutivo ir más lejos de lo aprobado por el Congreso a la hora de dictar sanciones contra un país.

“Estamos profundamente preocupados por los esfuerzos del Gobierno venezolano por aumentar la intimidación de sus oponentes políticos”, señaló la Casa Blanca cuando anunció las medidas en un comunicado, pidiendo una vez más la liberación de “todos los presos políticos” en Venezuela, incluidos “decenas de estudiantes, el líder de la oposición Leopoldo López y los alcaldes Daniel Ceballos y Antonio Ledezma”.

Todos los altos funcionarios del gobierno de Maduro tendrán bloqueados sus activos en Estados Unidos y no podrán ingresar a ese país, tras revocarse las visas correspondientes.

La medida no sólo incluye a funcionarios actuales, sino también a exfuncionarios del gobierno de Venezuela, con la autorización de Obama para que el Departamento del Tesoro pueda adoptar dichas medidas contra más personas.

Las medidas anunciadas se basan en la Ley de Defensa de los Derechos Humanos y la Sociedad Civil de Venezuela 2014 firmada por Obama el 18 de diciembre del año pasado, justo un día después de anunciar la normalización de relaciones con Cuba, el principal aliado de Caracas en la región.