Las críticas hacia el manejo del recurso hídrico en el Chile azotado por la sequía
Los efectos de la prolongada sequía que afecta a Chile no han pasado inadvertidos durante el inicio de este 2015. Según un reciente informe elaborado por Meteorología, son seis zonas del país las que están más afectadas por la falta de lluvias, y se encuentran en un proceso de sequía extrema, dando cuenta de la dificultad para conseguir el recurso.
A las golpeadas zonas precordilleranas de las regiones de Valparaíso y Coquimbo, en el último tiempo se les han sumado la costa de la región del Bío Bío, además de sectores costeros y del interior de la Araucanía. Todo ello sin contar que casi en su totalidad, la Región Metropolitana ha registrado un fuerte descenso en las lluvias.
De hecho, un estudio de la Universidad de Chile proyecta que para 2050 las precipitaciones disminuirán 64 milímetros en la Región Metropolitana en comparación con el promedio anual.
En todas las zonas anteriormente mencionadas, se ha vuelto habitual ver a camiones aljibes abasteciendo del vital elemento a las poblaciones más afectadas por la sequía. La reciente inclusión de la Región de Coquimbo al listado de zonas declaradas en sequía extrema vaticina además el inicio de un proceso de desertificación irreversible, y que pone en jaque vasta producción agrícola en los sectores interiores de la región.
Un solo dato refleja lo profundo de la crisis hídrica en Coquimbo. El 60% de las hectáreas dedicadas a la agricultura han dejado de ser regadas por culpa de la sequía, generando el peor escenario para el sector en 50 años.
Y aunque el proceso de sequía se viene manifestando con claridad hace ya nueve años, aún no existe la urgencia necesaria de parte del Estado a la hora de tomar las medidas necesarias que ayuden a paliar los efectos sociales de una crisis como la actual.
El único antecedente en la materia data de 2013, cuando bajo el gobierno de Sebastián Piñera se elaboró la Estrategia Nacional de Recursos Hídricos 2012-2025, en la que se detalló que para hacer frente a la escasez del agua, “se requiere adoptar e implementar medidas no sólo para superar la situación de corto plazo, sino también para abordar la escasez de forma más permanente, para ello la construcción de embalses es un elemento importante pero no suficiente”.
Entre los elementos adicionales se menciona la “infiltración artificial de acuíferos” y la explotación de alternativas no tradicionales como la desalación. Además, se plantea la evaluación de fuentes no convencionales como ductos submarinos o terrestres desde cuencas que cuenten con suficiente recurso hídrico hacia zonas que estén afectadas por la escasez.
Sin embargo, y a pesar de la urgencia del caso, sólo existen proyectos “en carpeta” y que se encuentran en fase de licitación, como los cuatro embalses proyectados en la provincia de Petorca (Las Palmas, Pedernal, Los Ángeles y Alicahue).
El asfixiante modelo exportador
Rodrigo Mundaca, secretario general de Modatima (Movimiento de Defensa por el Derecho al Agua y Protección del Medio Ambiente), es uno de los más destacados dirigentes a nivel nacional en la lucha por un adecuado manejo hídrico, no sólo desde las medidas técnicas, sino que a nivel político.
Multado y demandado por denunciar el robo de agua en la provincia de Petorca, Mundaca inició hace unos meses una campaña que busca instalar la demanda a nivel nacional por la declaración del agua como un bien común y como derecho humano.
En ese marco, lanzaron el libro “La privatización de las aguas en Chile. Causas y Resistencia” y han recorrido diferentes localidades del país en las que han presenciado directamente el pésimo manejo hídrico que se da en el país.
“Lo que hemos observado en los territorios, como Concepción, la Araucanía, Tirúa, Wallmapu, Galvarino, Pitrufquén, y reciente en el archipiélago de Chiloé, concretamente en Ancud, es que hoy día el modelo primario exportador-extractivista que prevalece en el país, no da cuenta de la necesidad de preservar un bien indispensable para la vida de las personas como lo es el agua”, indicó Mundaca.
“Parece demencial que en Chiloé hoy día no haya agua. Nosotros estuvimos hace dos semanas y con nuestros propios ojos pudimos ver cómo en las localidades rurales eran abastecidas de agua a través de camiones aljibes. Y la explicación tiene que ver con la extracción ilimitada de un musgo, conocido como el musgo ponpón, que retiene mucha humedad y el cual crece de forma natural en los bosques del archipiélago, y que hoy día es extraído por empresarios japoneses y holandeses”, afirmó el secretario general de Modatima.
Mundaca grafica la difícil situación de sequía que afecta a la provincia de Petorca con la crítica situación experimentada durante este fin de semana en La Ligua, donde “especialmente los cerros colindantes a la ciudad, con poblaciones de trabajadores, estuvimos gran parte de los días de la semana pasada con una provisión de agua absolutamente intermitente y que colapsó el día sábado, donde no hubo agua”, explica el dirigente social.
“Todo esto tiene que ver con el modelo primario exportador-extractivista que existe en el país, y también con los 34 años que han transcurridos con un modelo de gestión privado de las aguas con la vigencia del Código de Aguas formulado en dictadura, formulado en 198, y que se encargó de separar la propiedad del agua del dominio de la tierra y transformarla en un bien de capital”, reflexiona Mundaca.
Por ello, Mundaca asegura que la sequía no es el único factor que explica la actual crisis que se vive respecto del recurso hídrico en el país.
“Efectivamente desde el 2007 hemos asistido a un cambio conductual de las temperaturas. Pero también no es menos cierto que esa sequía de la cual hablan los medios es una que tiene que ver básicamente con problemas estructurales, con la falta de políticas de racionamiento y eficiencia en materia de administración de los recursos hídricos, tiene que ver absolutamente con que hoy el Estado entrega los derechos de aprovechamiento de agua de forma gratuita y perpetua a los privados, y ellos, amparados en las garantías constitucionales, incorporan ese derecho de aprovechamiento a su patrimonio, con lo que pueden concurrir al mercado a comprar, vender o incluso arrendar agua. Que se pueda arrendar agua es francamente demencial”, asegura el secretario de Modatima.
“Hoy el Estado es incapaz de garantizar la provisión de agua a toda su población, y cuando hay situaciones de crisis, le dice a sus ciudadanos que el problema es de una empresa y está desatendiendo su rol de garante en la provisión de un derecho humano esencial”, concluye Mundaca.