La capa de ozono a 26 años del Protocolo de Montreal
Cada primavera y verano sufrimos con la radiación ultravioleta (UV) que llega a nuestro país. Sin ir más lejos, cabe recordar lo acontecido a principios de este mes, cuando expertos alertaron de una semana crítica, y durante los días 3 y 4 de noviembre de se registraron índices UV de 12, cifra que es normal sólo para mediados de diciembre.
Esta dramática situación parce no ser un hecho aislado, y así lo demostró un estudio de la Corporación de Nacional del Cáncer (Conac) junto con la Universidad de Santiago (Usach), el que fue publicado también a principios de mes. Luego de analizar cifras de los últimos 14 años, el documento reveló un aumento de un 17 por ciento en la radiación UV con respecto a octubre de 2013.
Otro estudio, de la Universidad de Chile, confirmó las sospechas de la radiación solar en nuestro país. El Norte Grande es la zona con la mayor cantidad de radiación solar en todo el planeta. Lo que es visto como una excelente noticia para la generación de energía solar fotovoltaica, es en verdad una muy mala para la salud de la población.
En todo esto la capa de ozono juega un papel fundamental. Nuestra defensa natural contra los rayos solares vivió un período de crisis, que comenzó a evidenciarse en la década de los ochentas y que terminó por catalogarse como el “hoyo (o agujero) de la capa de ozono”. Y la razón del aumento en la radiación en Chile se debe precisamente a que éste agujero, que normalmente se evidenciaba mayormente en la Antártica, comenzó a desplazarse hacia el norte.
Qué es el “hoyo de la capa de ozono”
[caption id="attachment_30326" align="alignright" width="300"] Acción de los CFC sobre el ozono. La radiación destruye el compuesto y libera al cloro (Cl), que se une a un átomo de oxígeno del ozono (O3) y la separa en dos.[/caption]
La llamada capa de ozono, es en realidad una zona de la atmósfera –que se ubica en la estratósfera- donde la concentración de este gas es alta, por lo que no constituye una capa real, sino que es un límite imaginario dado por la mayor presencia de ozono. Este gas, sumamente inestable, se forma por la acción de la energía solar sobre los enlaces de moléculas de oxígeno (O2), que al ser muy reactivo forman el ozono (O3).
El problema comenzó con el uso de los CFC (clorofluorocarbonos), entre las décadas de los años veinte y treinta, los que se utilizaban en aparatos de producción de frío y pulverizadores, y que rápidamente se masificaron a nivel global.
Debido a su composición, estos compuestos llegan hasta altas partes de la atmósfera, donde se asociación con moléculas de oxígeno y no permiten la formación del ozono, haciéndose notorio especialmente en el polo sur. La mayor acumulación de los CFC en esta zona se debe a condiciones meteorológicas, que facilitan la concentración de estos compuestos. De esta manera, el “hoyo de la capa de ozono” se hace más presente allí.
El Protocolo de Montreal
Luego del reconocimiento formal del problema, en el año 1987 representantes de 43 países firmaron el denominado “Protocolo de Montreal”, el que entró en vigor oficialmente el 1° de enero de 1989.
Si bien el objetivo original era lograr una reducción de un 50 por ciento en las emanaciones de CFC para el año 1999, debido a nueva evidencia científica se introdujeron diversas modificaciones al protocolo, y finalmente se comprometió a eliminar completamente su uso de acuerdo a una tabla progresiva de cumplimientos.
Entre las modificaciones se incluyeron nuevas sustancias dañinas, como los HCFC, que fueron el reemplazo industrial de los clorofluorocarbonos. De esta manera, hoy en día más que CFC, se habla de Sustancias Destructoras de Ozono (SDO). Actualmente el documento de las Naciones Unidas ha sido ratificado por 197 países, y debido a su alto nivel de cumplimiento y cooperación ha sido considerado como uno de los más importantes tratados internacionales.
En qué estamos hoy en día
[caption id="attachment_30327" align="alignright" width="300"] Evolución del hoyo en la capa de ozono (en azul)[/caption]
Luego de las normas que se establecieron en el Protocolo de Montreal, el hoyo en la capa de ozono alcanzó un máximo entre los años 2000 y 2006, pero nuevas mediciones aseguran que el proceso de “regeneración” está funcionando. Así lo manifestó Gert K”nig-Langlo, director del observatorio meteorológico de la estación antártica alemana Neumayer III.
"Por primera vez podemos decir que nuestros datos reflejan un cambio de tendencia con el ozono. La capa de ozono se recupera", sostuvo el científico, que ha basado sus conclusiones en mediciones realizadas con globos por más de 28 años.
Si bien todo parece indicar que vamos por buen camino, no hay que dormirse. Así quedó demostrado en marzo de este año, cuando científicos publicaron en la revista Nature Geoscience, un artículo en el que sugerían que tres compuestos de CFC y uno de HCFC continúan amenazando la capa de ozono.
Pero, aunque todo fuera en dentro del marco del Protocolo, la recuperación total de la capa de ozono tardaría en llegar. De acuerdo a estimaciones, si todos los países respectaran el acuerdo internacional y no se utilizaran más SDO, esta meta sería alcanzada recién el año 2050. Y está claro que aún queda mucho por avanzar.
“Hoy, la eliminación gradual de estas sustancias se encuentra casi concluida en los países desarrollados, pero todavía queda bastante trabajo por hacer en los países en vías de desarrollo o con economías en transición”, aseguró el director de la estación antártica alemana Gert K”nig-Langlo.