En la mañana del miércoles 1 de octubre un grupo de más de 70 personas, vecinos y vecinas de San José de Maipo y Puente Alto, hemos realizado un corte de ruta en el camino El Alfalfal, San José de Maipo, para detener el paso de vehículos y maquinaria e impedir los avances en la construcción de la central hidroeléctrica Alto Maipo, específicamente una tronadura que se realizaría con esta fecha.

Fuimos reprimidos por FFEE de Carabineros. Han llevado detenidos a algunos de nuestros compañeros. Nos intentan amedrentar con que aplicarán la Ley Antiterrorista sobre nosotros\as. Nos persiguieron por los cerros, a pesar de estar manifestándonos pacíficamente. Pero no nos asustan, porque tenemos la razón y la justicia de nuestra parte.

No pretendemos radicalizar nuestros métodos de lucha. Lo demuestra nuestra permanente disposición al diálogo con las autoridades competentes, hemos asistido al Parlamento, nos hemos reunido con personeros políticos y hemos afrontando un largo proceso de judicialización del conflicto; hemos realizado carnavales, tocatas y movilizaciones siempre familiares, para grandes y pequeños; hemos ido a juntas de vecinos, a universidades y hemos participado de actividades territoriales. Pero cada vez la ceguera de un obtuso sector de la política chilena, que piensa que la participación popular es un capricho que deben resolver para mejor administrar su fundo, obliga a buscar mecanismos de lucha y manifestación social.

Nos referimos al Ministro Pacheco, a la Comisión Nacional de Energía y, en última instancia, a la Presidenta Bachelet, quienes tienen las atribuciones políticas e institucionales para detener el PHAM: ¿cuánto más tiene que perder Chile para que se nos escuche? ¿Cuánto más debe empobrecerse y hundirse la vida de nuestro pueblo para que dejen de darle la espalda?

Hoy decidimos acompañar a quienes se movilizaron en el Cajón del Maipo, y apoyamos su decisión de  tomarse los caminos. Si alguien encuentra que es una medida fuera de lugar o radical, debe considerar que la medida más radical es condenar la naturaleza a muerte, hipotecando con esto la vida de millones de habitantes de Santiago. Y eso es lo que pretenden hacer  AES GENER y Luksic, con el apoyo y complicidad del Gobierno. Esa acción radical es más perversa que cualquier intento justo de manifestarnos y querer decidir nuestro futuro y el de las futuras generaciones.

Seguiremos movilizándonos y organizándonos, porque la razón está de nuestro lado: El Proyecto Alto Maipo es inviable, es una amenaza para la vida, un ecocidio. Sabemos que nuestra lucha es justa, pues es solidaria con el futuro.

Condenamos los actos de criminalización de quienes luchan contra Alto Maipo. Seguiremos adelante con más convicción que nunca. Cada día somos más en esta causa. De cada uno de nosotros depende detener este proyecto.

¡NO ALTO MAIPO!