Las conexiones con la UDI de los cuestionados fundadores del Grupo Penta
El Servicio de Impuestos Internos (SII) soltó una bomba el martes pasado que golpeó directamente a uno de los grupos financieros más poderosos de Chile, el Grupo Penta. Con presencia en las áreas de previsión, seguros, salud, inmobiliarias y educación, alguna de sus empresas más destacadas son el holding Banmédica, Banco Penta, Penta Security y Penta Vida, y administra activos por más de 20 mil millones de dólares.
Ligados además a la Universidad del Desarrollo (UDD), dos de sus socios fundadores fueron denunciados por el SII ante la Fiscalía de Alta Complejidad del Ministerio Público por un posible delito de evasión que se estima inicialmente en unos 400 millones de pesos. El ente fiscalizador aseguró que sus cónyuges emitieron boletas de honorario entre los años 2009 y 2014 con el fin de reducir la base imponible de impuestos a la Renta de la sociedad que ambos controlan. Es decir, habrían prestado servicios no realizados que fueron declarados como parte de los gastos, reduciendo así las utilidades que son afectadas posteriormente a una carga tributaria.
La investigación judicial va dirigida contra Carlos Alberto Délano, militante de la UDI e “íntimo” amigo del ex Presidente Sebastián Piñera. Conocido además por su apodo “Choclo”, es miembro del directorio de la UDD. A él se suman Carlos Eugenio Lavín, también socio fundador de Penta, además de Marcos Castro, Hugo Bravo y Samuel Irarrázaval en su calidad de representantes legales de las empresas que estaría involucradas.
Délano y Lavín declararon el pasado viernes ante el jefe de la Fiscalía de Alta Complejidad en las dependencias de la Fiscalía Local de Ñuñoa, donde acompañados de sus respectivas cónyuges, decidieron acogerse a su derecho de guardar silencio. En la ocasión llegaron a declarar por el caso “Fraude FUT”, caso que originó la denuncia del SII contra los cabecillas del poderoso grupo económico.
El “Choclo” Délano, considerado como uno de los samuráis de Joaquín Lavín durante sus campañas políticas, formó parte del estrecho grupo que aconsejó al ex presidente Sebastián Piñera durante su mandato en el denominado “tercer piso” de La Moneda. Además era muy cercano del fallecido Esteban Silva Baffalluy, quien además de fundar la UDD, era padre del actual timonel de la UDI. Silva, junto a Joaquín Lavín, Cristián Larroulet y Federico Valdés dieron el punta pie a la casa de estudios que ha sido encargada de la formación de cuadros más relevante al interior de la tienda política fundada por Jaime Guzmán. El extinto fundador de la UDD jugó un rol clave en el ingreso del Grupo Penta al negocio de la educación superior.
Dinero y poder
“Desde el punto de vista empresarial, el Grupo Penta es la UDI”, asegura de manera categórica el sociólogo Alberto Mayol, y agrega que “hablar del grupo es hablar de un conjunto de conexiones políticas bastantes significativas”.
Mayol recordó que Federico Valdés, también miembro del conglomerado económico y militante UDI, fue mandamás de Azul Azul S.A
El sociólogo destacó que la reacción de la tienda aliancista “reconoce en el Grupo Penta una vinculación interna y por lo tanto lo asume como un ataque a su propio partido, y eso revela la magnitud de las conexiones y la claridad además con las que se reconocen”.
Durante la semana pasada, cabe recordar, el vicepresidente de la UDI, Gustavo Hasbún, acusó de “persecución política impresentable” la denuncia del SII contra Délano y Lavín, y afirmó que “Están tratando de convertir al SII en una policía política de la Nueva Mayoría, con el fin de desacreditar a personas honestas”.
Mayol comparó la reacción de Hasbún con casos de investigaciones internacionales a empresas nacionales. “Es el equivalente a que el ataque a una empresa de un país sea asumida como un problema directo de las relaciones exteriores de ese país”, indicó.
Respecto de la influencia económica del conglomerado, Mayol destacó la “integración vertical” que opera en la economía local. “Un mismo grupo económico recorre varias industrias y ocupa su poder político y las ventajas competitivas que significa a nivel comercial. Cuando tienes clínicas, isapres, empresas de rescate, etc. evidentemente puedes hacer una serie acciones. Si tienes una universidad, puedes arrendar a tus empresas un campus clínico, etc. Está lleno de actividades que se pueden hacer bajo la integración vertical y en Chile eso no está sancionado, sino que en algunos aspectos está promovido”, comentó el sociólogo.
Mayol recordó que las investigaciones de lucro en las universidades también tocaban a la UDD, tras el reconocimiento público de Joaquín Lavín de haber retirado utilidades de aquella casa de estudios, y agregó que “compartiendo un panel con él, aseguró que ha tenido que ir a declarar varias veces ante fiscalía por las investigaciones de lucro al interior de la UDD”.
Para el sociólogo, aquella investigación “es el corazón del asunto” y agrega que “mi impresión es que esta denuncia sí tiene un sentido político de parte del gobierno, pero no es un caso relevante, ya que es bastante secundario”, en alusión a los montos inicialmente investigados (400 millones de pesos).
“Este es un esfuerzo por decirle a la derecha y a los grupos empresariales que están haciendo la vida imposible al SII, pero que ellos también pueden hacerlo. Pero igual pueden llegar a un acuerdo, y la política de los pactos estaría nuevamente consagrada y garantizada como ha acontecido durante todos los períodos anteriores”, indica el académico de la Usach.
Mayol señala respecto del importante grupo económico, que surgió gracias a las privatizaciones a fines de la dictadura, que “lo que se hizo fue instalar un modelo que llamamos de libre mercado pero que no lo es. El mercado es libre en una parte, pero en las grandes corporaciones lo que hay es un subsidio al capital para que hayan grupos con gran acumulación de capital. Éste fue uno de los grupos beneficiados con ese proceso, y después entraron a todas las industrias diseñadas por el aparato político”, finaliza Mayol.