Pérdida de biodiversidad amenaza con la extinción de idiomas
En las tierras altas de Papúa Occidental (Indonesia), Benny Wenda (líder y activista por la liberación de Papúa Occidental) habla sólo nueve idiomas en estos días. En su pueblo de la pirámide en el valle de Baliem, conversa en Lani, la lengua de su tribu, así como Dani, Yali, Mee y Walak. En otros lugares, habla indonesio, tok pisin, Bayak costero e Inglés.
Wenda ha conocido y olvidado otros idiomas. Algunos indígenas, hablados por sus abuelos y sólo unos pocos cientos de personas de los valles vecinos; otros son los idiomas de colonos indonesios y empresas trasnacionales. Sus palabras para "saludos" son varias; Kawonak, Nayak, Nareh, Koyao, Aelak, Selamt, Brata, Tabeaya y Hello.
Nueva Guinea cuenta con alrededor de 1.000 idiomas, pero a medida que la deforestación y pérdida de biodiversidad se intensifican, las barreras naturales que una vez permitieron el desarrollo de tantos idiomas distintos se descomponen.
"Los bosques están siendo talados. Muchas lenguas se están perdiendo. La gente se va a encontrar trabajo a las tierras bajas y las ciudades. El gobierno de Indonesia nos impide hablar nuestros idiomas en las escuelas", dice Wenda.
Esto es parte de un proceso caracterizado por la reducción de idiomas como una consecuencia de la pérdida de biodiversidad. Nuevos estudios han establecido una correlación entre los cambios en los entornos locales - incluyendo la extinción de especies - y la desaparición de las lenguas habladas por las comunidades que los habitan y/0 habitaron.
De acuerdo con un informe de los investigadores Jonathan Loh de la Sociedad Zoológica de Londres y David Harmon de la Sociedad George Wright, una de cada cuatro de las 7000 lenguas habladas en el mundo están en peligro de extinción, y la diversidad lingüística está disminuyendo tan rápido como la biodiversidad - alrededor del 30% desde 1970.
Mientras que alrededor del 21% de todos los mamíferos, el 13% de las aves, el 15% de los reptiles y el 30% de los anfibios están amenazados, se cree que alrededor de 400 lenguas se han extinguido desde 1970 a la fecha.
Nueva Guinea, la segunda isla más grande del mundo, no es sólo el lugar con mayor diversidad lingüística del mundo, es también uno de los lugares con mayor biodiversidad, con canguros trepadores, aves del paraíso, ratones carnívoros, palomas gigantes, ratas más grandes que los gatos domésticos y más especies de orquídeas que en cualquier otro lugar del planeta.
Hoy en día, tanto su fauna y sus lenguas están en peligro. Según el lingüista y autor Asya Pereltsvaig, el lenguaje de Bo es hablado por 85 personas, Ak por 75 y Karawa por sólo 63. Likum y Hoia Hoia no superan los 80 oradores y Abom 15. A su vez, de acuerdo a los últimos registros, lenguas como Guramalum con tres hablantes y Lua con un solo exponente ya tienen un futuro certero de extinción.
Irónicamente, Lua es ahora el nombre de un exitoso lenguaje de programación.
Más de la mitad de Nueva Guinea y uno de cada cuatro de las lenguas que quedan en el mundo están amenazados, dice Jonathan Loh. Esto se compara con las estimaciones que sugieren que un cuarto de todos los mamíferos, un tercio de los tiburones y rayas, y uno de cada siete especies de aves se encuentran en peligro.
"Hay extraordinarios paralelos entre la diversidad lingüística y la biodiversidad", dice Loh. "Ambos son productos de la evolución y han evolucionado de maneras muy similares, y ambos se enfrentan a una crisis de extinción."
Pero, a pesar de que fue descubierto por Darwin, aún no está del todo claro por qué existe una estrecha relación entre las lenguas y la diversidad biológica. "Lugares de gran diversidad, especialmente los bosques tropicales, siempre han sido conocidos por tener una gran diversidad lingüística, mientras que la tundra y los desiertos tienen una baja diversidad", dice Loh. "Es posible que de alguna manera lugares con biodiversidad más alta sean capaces de soportar una mayor diversidad cultural. La explicación parece ser que tanto la diversidad biológica y cultural depende de los mismos factores ambientales como la temperatura y precipitaciones."
Los investigadores señalan con preocupación que; “la riqueza de las lenguas humanas del mundo está ahora protegida por muy pocos pueblos indígenas, la mayoría de los cuales viven vidas precarias en países en desarrollo”.
De acuerdo al informe, de las 7.000 lenguas que se hablan en todo el mundo, la mitad tienen ahora menos de 10.000 hablantes. A su vez, estas 3.500 lenguas son habladas por sólo el 0,1% de la población del mundo, por los cual ocho millones de personas son ahora responsables de mantener la riqueza de la historia de la cultura humana viva.
Por el contrario, debido a la colonización, la globalización y el movimiento de las ciudades en todo el mundo en los últimos 30 años, un puñado de idiomas globales domina cada vez más: el 95% de la población mundial habla uno de sólo 400 idiomas, cada uno hablado por millones de personas. El 40% de nosotros habla uno de apenas ocho idiomas: mandarín, español, Inglés, hindú, portugués, bengalí, ruso y japonés.
"La pérdida de la cultura humana es aterradora", dice Loh. "Casi todas las lenguas amenazadas son habladas por pueblos indígenas y, junto con las lenguas, se están olvidando los conocimientos tradicionales de estas culturas. Los nombres, usos, y la preparación de medicinas, los métodos de agricultura, pesca y caza están desapareciendo, sin mencionar la gran variedad de creencias y prácticas espirituales y religiosas que son tan diversas y numerosas como las propias lenguas".
Loh y Harman argumentan que la conservación de biodiversidad es clave para conservar las culturas también. "La gran reserva de conocimientos que se ha desarrollado y acumulado a lo largo de decenas de miles de años se podrían perder en los próximos 100 años", afirma Harman.
Los autores han desarrollado un "índice de la diversidad lingüística", que muestra que los descensos más rápidos han tenido lugar en las Américas y Australia. Idiomas que se hablan en África, Asia y Europa les va mejor. Para la biodiversidad, las tasas más rápidas de declive se han producido en la región del Indo-Pacífico, América Latina y el África subsahariana.
"Las poblaciones de especies en América del Norte, Europa y el norte de Asia han sido más estables. La biodiversidad ha disminuido más rápidamente en los trópicos, pero se mantuvo estable en las regiones templadas.
"Sin embargo, la diversidad lingüística ha disminuido rápidamente en el nuevo mundo (América), pero más lentamente en el viejo mundo," dice Harman. En el mundo desarrollado (hemisferio norte) la mayor destrucción del hábitat se llevó a cabo antes de 1970, por lo que la pérdida de biodiversidad se ha aplanado.
"Por lo general, una lengua no se extingue debido a que toda una población de hablantes lo haga, sino porque los hablantes de una minoría, generalmente indígenas, se ven forzados a cambiar su lengua ancestral por un idioma más dominante, por lo que, generalmente, dentro de unas pocas generaciones, pierden su lengua materna.
El caso de Chile
El español es el idioma oficial de facto y la lengua administrativa de Chile, hablado por el 99,3% de los habitantes. Según la ley 19.253 de 1993, conocida también como «Ley Indígena», las lenguas autóctonas cuentan con reconocimiento oficial para su uso y conservación, junto con el español.
No obstante las lenguas Kawésqar (hablado por una decena de personas en Puerto Edén) y Yagán (En Ukika (Puerto Williams), queda solo una hablante de edad avanzada que ha trabajado en la construcción de un diccionario para que se mantengan más registros de su lengua) están vías de extinción.
Triste y prontamente estas engrosaran la lista de lenguas ya extintas en Chile; Aonikenk (Hablado por los aonikenk o tehuelches), Cacán (hablada por el pueblo diaguita), Chono (se especula con topónimos de Chiloé y las islas Guaitecas), Gününa këna (hablado por los gününa küne o puelches), Kunza (kuz) (Hablado por el pueblo atacameño) y Selk’nam (ona) (Hablado por los selk’nam en la isla Grande de Tierra del Fuego).
Por suerte, aún hay esperanza para el cuidado y conservación de las lenguas indígenas que aún se hablan en Chile; Aimara, Mapudungun, chesungun, Quechua y Rapanui.