Palestina, al otro lado de la frontera
En todo el mundo, miles de banderas palestinas han recorrido las calles de ciudades tan distintas como Sao Paulo, Nueva York, Santiago de Chile, Paris, Caracas o Tokio. Todas, sin excepción, exigen lo mismo: fin a la masacre en Gaza. Alto a la ocupación israelí.
En Ammán, capital de Jordania, ubicada solo a 40 kilómetros de la frontera con Palestina ocupada, estas banderas no son novedad. Aquí lo difícil es encontrarse con alguien que no tenga un familiar, un amigo o algún conocido que vive bajo la ocupación.
Este país vecino ha recibido a millones de refugiados desde la creación de Israel en 1948. Hoy no sólo viven en los númerosos campos de refugiados, sino que también están presentes en todos los ámbitos de la vida social y política jordana. La propia reina Rania es una refugiada palestina. Desde siempre, hay tantas banderas como refugiados recordando que su tierra está a la vuelta de la esquina, a unos cuántos kilómetros de la ciudad, del Mar Muerto, de sus actuales casas.
En esta ciudad árabe, las manifestaciones en apoyo a Gaza han salido de su escenario habitual en los campos de refugiados y han avanzado por gran parte de Ammán. El viernes, cerca de 3 mil personas llegaron a marchar, mientras que este domingo el encuentro tuvo cita frente a la Embajada de Estados Unidos. Seis partidos jordanos convocaban a expresar su rechazo a la política estadounidense, a la que catalogaron como "cómplice" de la ocupación.
"Aquí vinimos para decir que los Estados Unidos no son solo cómplices sino que forman parte de la agresión al pueblo palestino, pues están del lado del Estado de Israel", asegura Isham Alqueam, miembro del Comité Central del Partido de la Unidad Popular Democrática Jordana.
Para Alqueam, el bombardeo ocurrido ayer en la escuela de Naciones Unidas no es novedad. "Ya son 70 familias cuyo nombre de familia ha sido eliminado. 30, 40 o 50 personas de una misma familia, cuyos apellidos, sus árboles genealógicos, ya no existen", afirma Alqueam.
Para este palestino residente en Jordania, "la gente en Gaza llegó a una conclusión: agrupar a toda la familia en una sola habitación. Prefieren vivir todos juntos o morir todos juntos. Resistencia hasta la victoria".
Isham Alqueam asegura que las posturas que han adoptado varios gobiernos de América Latina lo llenan de orgullo. "Nosotros pensamos que los latinoamericanos tienen sangre palestina también. Somos verdaderos compañeros", dice emocionado.
Algunas personas se acercan a escuchar sus declaraciones e interrumpen para confirmar las palabras de Alqueam. "Nosotros seguimos en detalle las posiciones de los Estados de América Latina y estamos muy agradecidos. La gente está muy consciente de quiénes están con nosotros y quiénes apoyan a Israel", concluye Isham Alqueam, mientras acomoda su bandera.
La masacre continúa
Este lunes se informó que la tregua humanitaria anunciada ayer por Israel no se respetó ni siquiera dentro de las escasas 7 horas prometidas. Fuentes médicas palestinas confirmaban la muerte de una niña de 8 años y varias decenas resultaron heridos.
El misil cayó sin previo aviso sobre la casa de la familia Al Bakri. La pequeña Aseel Mohammad no despertó de su sueño. Su vida se apagó como la de otros 398 menores que han encontrado la muerte en estos 27 días de pesadilla.
Los vecinos cuentan que escucharon el silbido de un misil disparado desde un avión de combate F-16, seis minutos después de cuando se suponía que entraba en vigencia el cese el fuego. La casa se encontraba al final de un estrecho callejón, por lo que los equipos de rescate no lograron llegar hasta allí y entre los vecinos tuvieron que organizarse para sacar a las víctimas.
Antes de una hora y, otra vez sin advertencia, otro misil caía sobre una casa en el campo de refugiados Al Nyseyrat, en el centro de la Franja de Gaza, causando varios heridos. Israel no ha realizado declaraciones sobre estos últimos ataques ni ha explicado porqué violó su propia tregua.
El portavoz de Hamas aseguró que "el alto el fuego unilateral anunciado por Israel es un intento de desviar la atención de las masacres". Sami Abu Zuhri, llamó a los palestinos a proceder con cautela pues no confía en un alto el fuego real.
El Ministerio de Salud, por su parte, entregó las cifras actualizadas este lunes: 1822 palestinos asesinados, 9.370 heridos, de ellos 2.744 son niños. Cerca de 373 mil niños necesitan ayuda psicológica como consecuencia del trauma, según indica Naciones Unidas. Más de una cuarta parte de los palestinos de Gaza se han visto obligados a abandonar sus hogares.
Y estos son solo números. Números que dada la urgencia y aumento constante, no han permitido contar cada historia, cada sueño, cada proyecto de vida que se ha visto truncado de la noche a la mañana y donde ningún palestino de Gaza logra escapar. Es imposible que alguien pueda salir inmune en un territorio de 360 kilómetros cuadrados donde viven hacinadas 1 millón 800 mil personas.
Los palestinos que han logrado sobrevivir hasta hoy, no tienen techos para cobijar su dolor. La franja ya se encontraba desmembrada desde que el 2009 Israel lazó la operación "Plomo Fundido". Desde entonces, organizaciones de derechos humanos, la ONU y ONGs venían insistiendo en lo deteriorada que se encontraba la ciudad, donde el bloqueo agravaba cada vez más la situación.
Israel impidió en varias ocasiones ayuda médica, materiales escolares y de construcción, negando y hasta disparando contra las distintas iniciativas humanitarias que intentaban aliviar el bloqueo.
Margen Protector ha generado daños que sobrepasan los 5 millones de dólares en vivienda e infraestructura, sin incluir posesiones como muebles y coches, según informó hoy el Ministerio de Obras Públicas de Palestina. El ministro Mufeed al Hasayneh dijo que es probable que la cantidad de dinero aumente si es que la ofensiva continúa.
Unos 10 mil hogares han sido destruidos totalmente, y unas 30 mil viviendas parcialmente destruidas, dijo al-Hasayneh. Además, contenedores diesel pertenecientes a la Central Eléctrica de Gaza también fueron destruidos, como también el 70 por ciento de los pozos de agua.
Fuera de la franja, una delegación palestina que cuenta con miembros de Hamas, Al Fatah y otros sectores, intenta aunar fuerzas para presentar, por medio de Egipto, una propuesta de alto el fuego que incluya el fin del bloqueo en Gaza. Entre las demandas exigen "un alto el fuego; retirada de las tropas israelíes de Gaza, el fin del bloqueo y la apertura de sus pasos fronterizos", informó Maher al-Taher, miembro de la delegación.
A esta hora, una frágil tregua impera en Gaza. En Ammán, los palestinos están decididos a seguir saliendo a las calles hasta que la masacre termine. Hasta que la ocupación acabe. Y cada uno carga su luto y una bandera.