La campaña que busca llevar a Pedro Lemebel al Premio Nacional de Literatura
Dicen que el autor de “Tengo miedo torero” no está muy convencido, pero se animó a intentarlo. Su candidatura al Premio Nacional de Literatura fue lanzada el pasado jueves, en la librería Metales Pesados y cuenta con el apoyo de diversas figuras del mundo de la cultura, donde Lemebel tiene numerosos seguidores.
Durante este viernes, el Ministerio de Educación, encargado de otorgar el premio, cierra oficialmente las postulaciones. El jurado que resolverá quién es el merecedor del reconocimiento está conformado por el titular de la cartera, Nicolás Eyzaguirre; el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi; el ganador anterior del premio, durante el 2012, Óscar Hahn, el representante de la Academia Chilena de la Lengua, Pedro Lastra, y el rector de la Umce, Jaime Espinoza, a nombre el Consejo de Rectores. La decisión podría ser conocida a fines de agosto.
Aparte de Lemebel, durante esta convocatoria, sólo participarán hombres. Entre éstos, resuenan, entre otros, los nombres de Antonio Skármeta, con casi 50 años de trayectoria, y de Poli Délano, que acaba de publicar una novela con Ceibo Ediciones, además de Patricio Manns y otros como José Luis Rosasco. En tanto, sólo cuatro mujeres han obtenido el premio en su historia: Gabriela Mistral –después de recibir el Nobel– en 1951, Marta Brunet exactamente diez años más tarde, Marcela Paz en 1982 e Isabel Allende en 2010.
En la contienda, todos se dan por perdedores y, aunque en el mundo de las letras no se estile reconocer que se pretende ganar, el reconocimiento considera la entrega de una no despreciable suma de dinero al escritor, además de una pensión vitalicia.
En su campaña, Lemebel ha evidenciado que cuenta con el respaldo popular. Durante esta semana, alcanzó a juntar más de 800 firmas de lectores apoyándolo, entre quienes se encuentra el escritor Alejandro Zambra, quien hace un tiempo lo describió: “a Pedro Lemebel no le importa repetirse y, como no le importa, finalmente no se repite. Sus crónicas –a veces muy cálidas y hasta cómicas, siempre emotivas, beligerantes y rabiosas– son mucho más que un alegato o un testimonio: permanecerán ahí, rondando molestosamente a quienes preferirían permanecer encerrados en las cuatro paredes del conformismo".
En el Facebook de la campaña se han posteado los mensajes de diversas figuras del mundo cultural que le entregan su apoyo. Entre ellos, Patricio Fernández, director de The Clinic.
“Lo suyo nunca ha sido la conquista de mercados o galardones, sino una batalla política, en el más poético sentido de la palabra: la fascinación con el mundo de los vivos, el ensanchamiento de lo permitido, la dignificación de lo humillado. Su obra, de la que él mismo forma parte, ha sido un cuerpo de denuncia, y más todavía, la puesta en escena de una libertad. Su literatura no se impuso por el camino de la academia, sino como un rumor”, señaló.
Alguna vez, sin embargo, una pluma tan grande como la de Roberto Bolaño le dio al autor de “Manifiesto (Hablo por mi diferencia)” su respectivo reconocimiento. El escritor chileno lo describió así:
“Travestido, militante, tercermundista, anarquista, mapuche de adopción, vilipendiado por un establishment que no soporta sus palabras certeras, memorioso hasta las lágrimas, no hay campo de batalla en donde Lemebel, fragilísimo, no haya combatido y perdido. Para mí Lemebel es uno de los mejores escritores de Chile y el mejor poeta de mi generación, aunque no escriba poesía. Lemebel es de los pocos que no buscan la respetabilidad (esa respetabilidad por la que los escritores chilenos pierden el culo) sino la libertad. Sus colegas, la horda de mediocres procedente de la derecha y de la izquierda, lo miran por encima del hombro y procuran sonreír. No es el primer homosexual, válgame Dios, del Parnaso chileno, lleno de locas en los armarios, pero es el primer travesti que sube al escenario, solo, iluminado por todos los focos, y que se pone a hablar ante un público literalmente estupefacto”, sentenció.
Lemebel aún no supera del todo el cáncer que lo dejó casi sin voz, pero el apoyo le sobra. A su espontáneo lobby se han sumado el artista visual “Papas Fritas”, conocido por haber quemado los pagarés de miles de estudiantes de la Universidad del Mar, y la Brigada Chacón, que ya ha esbozado en las calles su respaldo al escritor.
Por ahora, sólo queda esperar la decisión del jurado y seguir releyendo sus obras, que hablan de sexo, amores, calle, revolución y tanto más. Esta vez, dicen algunos, podría ser la primera ocasión en que este tipo de reconocimientos hacen un guiño a la marginalidad, tan lejana a la academia y al tradicional mundo de las letras. Por ello, este extracto del manifiesto que aludió a los más duros del comunismo y sus deudas con las diferencias: “A usted le doy este mensaje y no es por mí. Yo estoy viejo y su utopía es para las generaciones futuras. Hay tantos niños que van a nacer con una alita rota y yo quiero que vuelen compañero. Que su revolución les de un pedazo de cielo rojo para que puedan volar”.