Acuerdo CUT-Gobierno: “Ningún trabajador se siente representado por esta forma de negociar”
Desde el año 2013 que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), presidida por Bárbara Figueroa (PC), exige la suma de 250.000 pesos como salario mínimo, lo que implicaba un 19% de reajuste al sueldo actual que es de 210 mil pesos.
Hoy, tras una reunión de más de dos horas con el gobierno, la CUT firmó el acuerdo con la propuesta de la Moneda, de elevar el salario mínimo a $225 mil.
La negociación generó diversas reacciones por parte de los sindicalistas, incluso al interior de la CUT. Su sede provincial Valdivia hizo un llamado a un cacerolazo en la Plaza de la República a las 19:00. Su dirigenta, Lucía Vega, señaló que “nosotros no nos hacemos parte de este acuerdo ni de la forma en que se realizó esta negociación...no refleja la demanda que nosotros teníamos como CUT. No podemos hacernos parte cuando hoy día los trabajadores, en vez de mejorar sus condiciones, la van a ver más precarizada”.
La presidenta de CUT Valdivia recalcó que “ningún trabajador se siente representado por esta forma de negociar, por esta forma de gestionar de la CUT nacional, por lo tanto creo que aquí va haber que hacer un análisis que discutir cual es el fundamento que va a dar la CUT nacional a las Provinciales y a los trabajadores para llegar a un acuerdo que no fue consensuado de manera democrática”
Asimismo, la presidenta de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud (Fenpruss), Gabriela Farías, señaló que “estamos bastante decepcionados del proceder de la Central al llegar a este acuerdo que sin duda no se condice con las exigencias que nosotros mismos como trabajadores hacíamos el año pasado”.
Desde el mundo sindical se preveía una respuesta positiva a la propuesta de Gobierno de un reajuste en 9,5%, dejando el sueldo mínimo en 230 mil pesos, como lo afirmó su secretario general, Arturo Martínez, a El Pulso a comienzos de año. A pesar de las declaraciones de los directivos de negociar por una cifra más alta, finalmente esa negociación resultó en una cifra incluso más baja de lo que esperaban de parte del Gobierno.
El monto de 250 mil pesos se había convertido en una demanda conocida no sólo desde el año pasado. Ya en el año 2007, el Monseñor Alejandro Goic había hecho un llamado a las autoridades a considerar un sueldo mínimo ético de al menos 250 mil pesos. En pesos de hace siete años, por cierto.
En negociaciones con el gobierno anterior, la CUT había levantado la bandera de alcanzar aquella cifra, pero junto a la ministra del trabajo de entonces, Evelyn Matthei, se logró un alza de 17 mil pesos, subiendo de $193 mil a $210 mil pesos. En esta ocasión el alza fue de 15 mil pesos.
Ante esto, las reacciones de los sindicalistas han sido de cuestionamiento al modo en que se gestionan estas decisiones. Farías señaló que “la CUT estuvo muchos años funcionando de manera deficiente, nosotros esperábamos cuando llegó Bárbara Figueroa iba haber un cambio importante en la forma de hacer sindicalismo, y las primeras señales apuntaron a eso, pero esta negociación va en contrario con lo que nosotros pensábamos”.
Lucía Vega también enfatizó en que “esto amplía la brecha de la desconfianza que ya existía con la CUT nacional. Nosotros no culpamos a la CUT en sí, por lo que significa esta organización, yo creo que aquí son los que están a la cabeza los que no representan el sentir de los afiliados”. Sobre esto, la dirigenta agregó que “Hay que hacer un análisis profundo de lo que es la CUT, pensar en un recambio”.
En tanto, Farías hace el llamado a que “la presidenta de la Central se pueda desmarcar de los compromisos de su partido dentro de la Nueva Mayoría y actúe siendo la representantes de las y los trabajadores”.