Tomás Moulian: "El Partido Comunista no puede dedicarse a poner paños fríos en las discusiones"
¿Cómo analiza el rol que ha asumido el PC al interior dentro de la Nueva Mayoría, que en palabras de muchos de sus militantes, es el de ser los guardianes del programa?
Habría que decir que el PC viene de un largo periodo que podemos llamar de aislamiento político durante el periodo post-pinochetista. Hay que recordar que participó en la presidencial con Eugenio Pizarro, después con Gladys Marin, luego apoyó a Tomás Hirsch, y en todos esos intentos no les fue bien. Gladys sacó una votación bajísima, del 3,3% de los votos y a Eugenio Pizarro le fue un poquito mejor. La mejor performance la tuvo con Jorge Arrate, en las elecciones que ganó Piñera. Pero igual el PC no conseguía escaños en el parlamento, y entonces se ve forzado a generar pactos. En todo este acercamiento a la Nueva Mayoría, creo que hay mucho de una lógica de necesidad, porque si no lo hacían iban a seguir sin parlamentarios, e intentando conseguir puestos en un sistema electoral que prácticamente los reducía a la nada. Con las votaciones que sacaba el PC, en un sistema proporcional hubiese sacado parlamentarios, mientras que en el binominal no sacaba ninguno.
El PC, al incorporarse a la Nueva Mayoría, y preguntándose por su rol, creo que debería ser efectivamente el constituirse, tal como deberían hacerlo el resto de los partidos de la coalición, en una organización política que propugna el cumplimiento de las metas programáticas que fueron ofrecidas, que han generado expectativas, y convertido al gobierno de Bachelet en uno con posibilidades de hacer algo más que los anteriores, incluso el mismo anterior de la presidenta. El PC tendría que convertirse no en un ‘guardián’ del programa, porque esa palabra aparece señalando su rol de modo peyorativo, sino en una organización que trata de empujar las medidas progresistas, porque ése es el sentido de la permanencia en la coalición. EL PC debe ser la izquierda de la coalición, y eso le significa dialogar con los otros partidos, presionar porque se realicen ciertas medidas. Por supuesto, el diálogo en discusiones al interior de la coalición debe ser de carácter privado pero también público. Los partidos deben asumir roles públicos, y sus discusiones deben ser públicas también. Esa es una condición de la profundización de la democracia. Entonces, el PC debería hacer públicos sus desacuerdos, pero haciéndolo con argumentos y no solamente con frases dichas al pasar, con planteamientos extensos y argumentados, donde diga qué cuestiones del programa, por ejemplo en Educación, son las que le parece que deben darse más importancia.
Precisamente en ese ministerio se había visto que el PC estaba un poco dejado de lado, considerando la composición de los asesores, donde había presencia de RD. Ahora se habla de su llegada, en palabras de un ministro, para ayudar a desactivar conflictos ¿Es ese el rol que debiese asumir el PC?
Está bien que lleguen al ministerio, pero no es la idea que lleguen echándole agua fría. Si los comunistas definen ese rol respecto de los contra argumentos que los estudiantes y profesores plantean a los lineamientos del ministro de educación, me parece que conciben un rol muy mínimo, insignificante. Lo que deben hacer es tener sus propios planteos respecto a lo que se debe hacer en Educación, discutirlo públicamente con los estudiantes, y no actuar en las sombras como alguien que pone paños fríos a los conflictos de modo que las cosas pasen lo más desapercibidas posible. Yo concibo la democracia como el reino de la discusión pública. Entonces, concebir el rol de un partido político, en el ministerio que sea, como calmante… eso está bien para los remedios, pero no para los partidos políticos.
El PC es el partido más de izquierda en la coalición, y debe entenderse con aliados como la DC. Allí existe la duda de cómo se mantiene un equilibrio político, considerando que el senador Walker ha salido a disentir públicamente del G0bierno en varias ocasiones ¿Qué desafíos supone este mapa interno para el PC?
Creo que los partidos Comunista, Socialista, Demócrata Cristiano, PPD, lo que sea, tienen que discutir de cara al público. Y la Presidenta tiene que tomar decisiones explicándoles también a los ciudadanos. Los partidos tienen que plantear lo que piensan sobre las diferentes reformas, y si hay discrepancias se deben hacer públicas, porque la democracia debe ser el reinado de los conflictos racionales, con argumentos, donde se discuta lo que el otro plantea. Entonces si hay diferencias públicas entre el PC y la DC me parece excelente. Lo que creo es que son poco argumentadas, porque en una conferencia de prensa de dos minutos no se puede decir nada. En un sistema que tiene tantos canales de comunicación como los que existen, que tiene múltiples medios, podría hacerse con bastante rapidez este tipo de discusiones y eso debería interesar a los ciudadanos. En la medida que exista esto, se está haciendo un gran favor a la democracia. Lo primero que deben hacer los comunistas es entregar sus puntos de vista y no dedicarse a tirar agua fría a los conflictos en secreto. Eso me parece pésimo. Lo que me parece bien es que respecto de la educación religiosa digan qué es lo que piensan y hasta qué acuerdo son capaces de llegar para que esos colegios sigan existiendo.
¿Se podría decir que este contexto político es una gran oportunidad histórica del PC para conducir los procesos de cambio social?
Yo no sé si el PC está llamado a ser el conductor de los procesos sociales. A lo que sí está llamado es a plantear las posturas de izquierda al interior de la coalición, porque siempre se han definido como un partido de izquierda izquierda y no de centro izquierda. Hay que pensar además, sin embargo, que nos encontramos con un PC operando en el sistema político chileno, en una época que podemos llamar post comunista. Digo esto puesto que la Unión Soviética y los países de Europa oriental se derrumbaron de modo estrepitoso, y el socialismo ha quedado reducido a Asia y a Cuba, pero la misma Cuba ya no es el referente que fue en algún tiempo. En esta etapa vive el PC y tiene otra oportunidad. Ya la tuvo en el periodo de la Unidad Popular, donde jugó el rol moderador y que era partidario de las alianzas con la DC. Hoy tiene que plantear con claridad y en discursos racionales qué es lo que piensa. Por desgracia no he visto esos argumentos latos para decir por qué están favor o en contra de reformas como la educacional, que se conocen sólo por pedacitos.
Hay otras reformas y medidas como el anuncio de la AFP Estatal, donde la misma Bárbara Figueroa presenta su rechazo y desacuerdo con esta medida, pero quizás aún no se ve al PC completo decir esto mismo, ¿eso es lo que echa de menos?
Sí, exacto. Yo echo de menos discusiones, y que sean significativas. Insisto que la democracia debe conducir a discusiones públicas, de frente a los ciudadanos, porque son ellos los que finalmente tienen la soberanía popular, aunque sea mediante el puro mecanismo de las elecciones. Por desgracia no nos encontramos en una democracia participativa donde los ciudadanos puedan tener mayores instancias para decir sus opiniones, porque los que valen son ellos. Los otros son representantes. Los partidos políticos son a los que les corresponde hacer el vínculo entre los ciudadanos y los representantes. Sean estos del Ejecutivo o del Parlamento. Ahí, al ser articuladores, deben generar la discusión pública en la que he insistido tanto.