Un historiador y un infiltrado, dos caras de una misma moneda

Un historiador y un infiltrado, dos caras de una misma moneda

Por: El Desconcierto | 23.04.2014

sergio villalobos 2Probablemente en su pueblo se les recordará

como cachorros de buenas personas,

que hurtaban flores para regalar a su mamá

y daban de comer a las palomas

Probablemente que todo eso debe ser verdad,

aunque es más turbio cómo y de qué manera

llegaron esos individuos a ser lo que son

ni a quién sirven cuando alzan las banderas (…)

Entre esos tipos y yo hay algo personal.[2]

Introducción

El siguiente artículo que pongo en consideración de las/os  lectoras/es tiene como finalidad demostrar cómo en el escenario de lo que la prensa chilena  denomina el “conflicto mapuche”, los actores que toman parte de esta representación, independiente del lugar o rol que asumen ante la opinión pública, lo hacen siguiendo un guión cuyo propósito es desacreditar las demandas indígenas y apuntalar la zurcida institucionalidad denominada Estado -Nación. Así mismo y apelando al interés de las/los lectoras/es es que compartiré con un ustedes una pequeña declaración de principios en torno a las motivaciones que hay tras mis escritos que no es otro que poner en vuestro conocimiento las fuentes del futuro, para que con ingenua esperanza contribuyan a explicar la relación Estado –Nación y Pueblos Indígenas desde una perspectiva distinta y fuera de los circuitos informativos con que el poder (económico y la elite conservadora) impone su visión de los hechos, impone sus categorías (terrorista, anti- sistémico, borracho) y sus soluciones gatopardistas , es decir, la promesa del cambio para que en realidad nada cambie.

I Escenario Teórico Metodológico

Si para Derrida la tolerancia está siempre del lado de la razón del más fuerte, también es la cara amable de la soberanía, que desde el púlpito se dirige a los otros (es decir a nosotros) para recordarnos;

…yo te dejo vivir, tú no eres insoportable, yo te abro un lugar en mi casa, pero no lo olvides: yo estoy en mi casa...[3]

Para la Etnohistoria, en particular la que desarrollamos indígenas, afrodescendientes y mujeres, no pueden ser pasadas por alto y renunciar a poner en duda los cimientos de tal soberanía, para desmantelarla o al menos para ponerla en crisis. Así entonces, la Etnohistoria no puede no ser contestataria. Si la Historia oficial es antiindigenista, la Etnohistoria oficial también lo es. Por ello y antes de seguir avanzando en nuestro escrito detengámonos en las recomendaciones de Julio Aróstegui[4] respecto de la historia del tiempo presente, marco temporal de este trabajo y que no es otra cosa que la historia de la gente viva, una historia escrita por sus propios protagonistas, por tanto no es cronológica, pues se aleja del purismo de la objetividad, pues implica a su autor como a su escrito y a aquellos que no acaban por comprender que la historia no es el pasado sino el tiempo de la sociedad.[5] Por lo anterior lo que pongo en juego con la complicidad de la/el lectora/or no es el pasado sino el futuro, un tiempo en que las relaciones entre indígenas y no indígenas estén mediadas por relaciones más democráticas que las que conocemos en el pasado. Surge aquí la segunda cuestión metodológica relacionada con la historia del tiempo presente, como se que transito por terrenos fangosos y escurridizos, pues el límite entre las distintas disciplinas de las ciencias sociales puede ser difuso es que apelo[6] a explicar los hechos traumáticos que padece el Pueblo Mapuche (en particular y en general mujeres, niños, indígenas y afrodescendientes), desde la historia, a menos que estemos dispuestos a abandonar el pasado próximo en manos de políticos, economistas, ingenieros y periodistas[7], entre otros. Pues creo que aún son demasiados los hechos traumáticos que requieren ser explicados y que no han tenido cabida en la historiografía chilena. Solo así es que la/el lectora/or comprenderá el por qué del formato de este escrito y el lugar en donde aparece escrito. No estoy haciendo periodismo, ni muchos menos entregando un análisis sociológico. Lo que pongo a disposición de la/el lectora/or no es otra cosa que historia, historia del tiempo presente, “por la simple razón que el futuro necesita fuentes”.

Dicho lo anterior y afirmando que la historia de los Pueblos Indígenas en general y en particular la del Pueblo Mapuche, es una excepción y si la excepción es permanente, metodológicamente entonces es pertinente analizarla.Es necesario develarla pues el olvido ha dejado de ser un componente implícito para convertirse en epicentro de un proyecto político en donde los indígenas chilenos no tienen cabida, el proyecto de una nación unificada y homogénea.[8] Lo que interesa entonces es situar al historiador y su objeto de estudio a través de las circunstancias sociohistóricas que sostiene su producción historiográfica[9]. Es así como el lenguaje deja de ser un dispositivo neutral para convertirse en un factor que determina cómo es concebida y representada la realidad y por tanto la obra histórica[10] .

 

Michelle Bachelet, nuevamente.

El arribo por segunda vez de Michelle Bachelet a la máxima magistratura del país ha traído consigo un significativo número de situaciones que necesariamente y bajo la responsabilidad a la que alude Derrida[11], nos obliga al menos a tratar de explicar.

Una de ellas tiene relación al Juicio en contra del Machi Celestino Cordova y las legítimas demandas de justicia de las familias Luchsinger-Mackay. Luego de conocido el fallo el principal persecutor, el ex fiscal regional Francisco Ljubetic, arremete con la ayuda de la prensa, en términos discriminatorios en contra de  personas de origen mapuche. Lo anterior con el objeto de explicar el fracaso por demostrar que los hechos imputados a Celestino Córdova eran “terroristas” y de paso centrar la culpa en los jueces desacreditando la Ley. Misma que según el ex fiscal, impone altos estándares para acreditar la participación terrorista de personas de origen mapuche, en términos simple, la Ley estaría a favor de los indígenas y en contra de los “chilenos”:

“Hay un doble estándar. A personas comunes en delitos similares la exigencia probatoria es menor y a este tipo de delitos con personas que han sido acusados -y que pertenecen a la etnia mapuche y que están envueltos en una confrontación por la autoridad por sus derechos- pasan eventualmente incluso a ser considerados de una manera distinta a una persona común y corriente. Ahí hay una especie de desigualdad,”[12]

Y para que no quepa duda de lo qué esta explicado agrega:

“…se me contestará quizás que el Ministerio Público en aquellos casos de absolución no fue capaz de probar, claro, es verdad, pero uno es capaz de probar en igualdad de condiciones y exigencias. Es una opinión jurídica y el respaldo está dado por mi experiencia.”[13]

En este contexto es que Michelle Bachelet nomina a Francisco Huenchumilla J., como Intendente de la Novena Región de la Araucanía. Sus primeras declaraciones traerán consigo una ola de críticas y solicitudes para aclarar si hablaba a título personal o en nombre del gobierno.

“La Araucanía nació y se desarrolló como una sociedad fragmentada.

El Estado se equivocó y cometió error tras error y hasta la fecha no ha hecho la reparación.

Por ello en mi condición de Intendente, y de llamarme Huenchumilla Jaramillo, abarcador de ambos mundos, vengo en pedir perdón al pueblo mapuche por el despojo que el Estado de Chile le hizo de sus tierras; y también a los colonos venidos desde lejos y sus descendientes que han construido sus vidas en nuestro país, porque el Estado de Chile los trajo al lugar inadecuado en un momento inoportuno.” [14]

Pero el nuevo Intendente no sólo pidió perdón sino que fustigó el accionar de los Fiscales de Justicia. Los fiscales no son caza recompensas, Dirá.

“Los fiscales deben actuar conforme al principio de objetividad, velando únicamente por la aplicación de la ley y deberán investigar con igual celo no sólo los hechos y circunstancias que funden o agraven la responsabilidad del imputado, sino también los que lo eximan de ella, la extingan o la atenúen…Ellos deben buscar la verdad en su investigación pero con sentido de Estado, contribuyendo a la justicia y a la paz social…Para los jueces el mérito del proceso es la vara de su decisión. Nada más ni nada menos que el mérito del proceso. No corresponde al Poder Ejecutivo ni al poder legislativo inmiscuirse en estas funciones. Así lo establece claramente la Constitución Política”.[15]

Tras estas declaraciones y aún ubicándose en la nueva doctrina implementada por el intendente y el gobierno, el Fiscal Nacional Sabas Chahuan intenta articular una respuesta, que no desacredite el trabajo obrado (con Piñera) y el que con seguridad deberá enfrentar (con Bachelet) en el futuro,

"Los fiscales no son cazarecompensas, no son opinólogos, lo que hacen normalmente es informar a la prensa a la salida de audiencias y las audiencias son públicas por la transparencia del sistema y por ende se informan lo que se ha sostenido en audiencia y a veces lo complementan".[16]

Los mismos de siempre, nuevamente.

La importancia de las declaraciones del Intendente y el fiscal nacional radica en que son el telón de fondo o el escenario desde el cual la ciudadanía, con interés en la problemática de los Pueblos Indígenas, con asombro se enteraba que el nombre de uno de los testigos encubiertos usado por la fiscalía en distintas causas, era el de “Raúl Castro Antipan”. Pero antes de seguir avanzando dilucidemos quién es Castro Antipan.

“En el tribunal de Angol, Raúl Castro Antipán reconoció que realizó atentados incendiarios y otros hechos que el tribunal calificó como terroristas… ¡siendo agente de la Sipolcar de Carabineros de Chile!”[17].

Gracias a la denuncia del sacerdote Jesuita; Luis García Huidobro[18] es que lo que antes era de conocimiento de unos pocos, los defensores de mapuche inculpados por atentados incendiarios bajo la ley antiterrorista, se transforma en noticia nacional. “Carabineros de Chile usa infiltrados para culpar a Mapuche”.

Fue durante el desarrollo del juicio en contra de Luis Marileo y Patricio Queipul por el caso “peaje de Quino” de 2009 (en el que ambos estaban siendo juzgados bajo la ley antiterrorista, aunque ambos al momento de la acusación eran menores de edad) que Raúl Castro Antipan confesó, en calidad de testigo protegido por la fiscalía regional, su participación en atentados incendiarios en La Araucanía, así como una serie de otros delitos. Castro Antipan admitió ante los jueces que se había infiltrado en el movimiento mapuche, siguiendo las órdenes de Carabineros y que en esta condición cometió delitos tales como; porte ilegal de armas, atentados incendiarios y el asalto a un peaje. Lo anterior como parte de una operación de inteligencia policial que data del año 2009.

Luego de revisar los informes de prensa[19] y de manera resumida es que podemos decir que Castro Antipan se habría acercado a Carabineros o Carabineros se habría acercado a él, luego de ser denunciado por el ejército y dado de baja, del servicio militar que cumplía, al ser descubierto en su casillero municiones de distinto calibre. Castro Antipan habría solicitado ayuda o Carabineros le habría ofrecido gestiones a su favor, para concluir con la causa que arrastraba luego de su paso por Coyhaique. Una vez acordados los términos de la ayuda mutua es que Castro Antipan, comienza a ser instruido en lo relativo a técnicas de inteligencia y de infiltración para cumplir exitosamente su cometido al interior de comunidades mapuche.

Será el propio Castro Antipan quien daría a conocer ante los jueces su participación en los casos conocidos como “Tur Bus” y “peaje Quino”, ocurridos entre julio y octubre de 2009. Casos que gracias a su testimonio, como testigo protegido, habían sido condenado 30 mapuche, quienes paulatinamente (huelga de hambre de por medio) y ante la imposibilidad de comprobar sus participación, dada la baja calidad de las pruebas incriminatorias, comienzan a ser dejados en libertad. Siendo los último Luis Marileo y Patricio Queipul.

Durante el Juicio realizado en Angol y ante las preguntas del tribunal Castro Antipán declarará que, en relación al caso Tur Bus y contradiciendo sus declaraciones anteriores, como agente de inteligencia había informado con un día de anticipación la realización del ataque, al vehículo de transporte, pese a ello y al inminente riesgo que esto significaba, Carabineros no habría actuado para evitar dicho atentado. Respecto al caso “peaje Quino” Castro Antipan relata que:

“nos fuimos hacia la ruta que dirige a Cautín Millalano. No sabíamos dónde íbamos (…) En el furgón llevábamos armamento, pistola, escopetas. (…) La primera orden era no disparar a los vehículos por lo que le pasó a una jueza que iba pasando cuando atentaron en Chamichaco, y a la jueza le dispararon en una puerta o en una rueda (…) Llegó un camión súper grande, trató de huir, se bajó al conductor, al acompañante, se roció la cabina con combustible y quemamos el camión” [20]

Castro Antipan aparte de actuar, contribuyó con un fusil M-16 que según su declaración le habría sido suministrado por Carabineros, el que posteriormente abandonó en la comunidad de Temucuicui. Días después del atentado los medios de comunicación informaban que por los delitos de asociación ilícita terrorista, homicidio frustrado reiterado terrorista, incendio de bienes muebles y robo con intimidación reiterado, habían sido formalizadas cinco personas, a quienes se les acusa de participar en el ataque a tiros contra cinco vehículos particulares, el asalto al peaje de Quino y la quema de un camión en la Ruta 5 Sur, el 12 de octubre de 2009.

“Entre los antecedentes entregados por el fiscal Velásquez, llamó la atención el relato de un testigo protegido (sólo identificado como T1903M), quien declaró haber observado todo el recorrido del grupo el día de los ataques. La persona habría visto cómo Queipul Huaiquil manipulaba un fusil M-16”. [21]

¿Qué podemos decir del historiador? Sobre Sergio Villalobos diremos o mejor dicho, reiteraremos que en este escenario asume el rol de portavoz de un sector de la sociedad chilena, que ya sea por desconocimiento, racismo o intereses economicistas siguen viendo a los indígenas como enemigos de la sociedad, y en sus discursos es posible encontrar vigente los antiguos argumentos que justifican la guerra justa en contra del indio, y la contemporánea sospecha acerca de su humanidad e incapacidad de alcanzar el buen gobierno. Sin duda que al Premio Nacional de Historia no se le puede acusar de desconocimiento acerca de lo que plantea, o tal vez de no comprender la retórica de los estudios subalternos o poscoloniales, tal vez. Sin embargo, sí se le puede reprochar el alinearse con los grupos de poder, que ven en los territorios ocupados por los indígenas un obstáculo a vencer en su afán por acceder a los recursos naturales, que demanda el modelo económico instaurado por la dictadura militar, matizado por los gobiernos de la Concertación y profundizados por el gobierno de Sebastían Piñera E. Revelándose así como el agentes local por excelencia, de un modelo que pugna por silenciar al indio y beneficiarse de sus bienes.

Es entonces que descrito el escenario en donde las palabras de Castro Antipán y Sergio Villaobos adquieren sentido, es que estamos en condiciones de aventura la respuesta que responde a la hipótesis de este escrito, Tanto Castro Antipán como Villalobos Rivera son el anverso y el reverso de una misma moneda, que adquiere valor, en oposición a otras dualidades, en lo que conocemos como “conflicto mapuche”. Tanto el infiltrado como el historiador se ponen a disposición del grupo de poder. Por ello no nos engañemos por las formas, o por el formato en que ambos personajes irrumpen en el escenario nacional, ambos despliegan sus talentos en función de desacreditar al mapuche. Uno a través de la delación y el quiebre de las confianzas[22]. El otro a través de documentados relatos que demostraría la inferioridad del indígena, preguntándole a la ciudadanía; ¿Cuál es el aporte de los mapuche a la sociedad nacional? ¿Por qué la nación habría de mantener sin provecho alguno, las grandes extensiones de tierras habitadas por los mapuche? Hace pocos días insistiría en su posición, pero ahora acompañado de algunos feligreses:

“Oiga, cuando uno va y los encuentra botados borrachos… y no es opinión mía, es opinión de médicos, de sociólogos, etcétera, etcétera y me baso sobre todo en las fuentes históricas. Las fuentes históricas no mienten”.[23]

No contento con la anterior “apreciación científica” y ante la consulta periodística si él le otorga algún valor a la cultura mapuche, respondería:

“Muy poco… Creo que ha significado un aporte muy pobre, no hay las cosas esenciales, la dinámica creadora de nuestra cultura cristiana occidental”.[24]

 

Conclusión.

Dicho lo anterior es que entonces podemos afirmar que “las fuentes del futuro” propuestas tendrán como finalidad el no legitimar y naturalizar la violencia[25]. Como también, en el tiempo presente, apelar a que estas fuentes contribuyan a que la historiografía ponga fin a las representaciones con que habitualmente se caracteriza al indígena y sus demandas. Pero volvamos al análisis del reverso de la moneda, “las fuentes históricas no mienten”, tal vez. O mejor sería preguntarse ¿los historiadores mienten?, sólo entonces es que podríamos en un esfuerzo metodológico respondernos que; omiten, silencian[26], niegan, desechan historias con la pretensión de en el futuro, no atender a los protagonistas (mujeres, niños, indígenas, afrodescendientes, etc) en su afán de “reparación” por la violenta frustración de sus proyectos de vida. Aquí entonces es donde recurrimos a Vattimo para con su ayuda afirmar que “la verdad objetiva pertenece a quien ostenta el poder”[27] en nuestro caso, a quien trabaja para el poder. De esta manera quien se eroga como facultad la objetividad, lo hace porque hay una autoridad que la garantiza. La verdad como absoluto, es falsa pues niega que es verdad interpretada. Si la verdad es el acuerdo[28] entonces el infiltrado y el historiador faltan a la verdad, pues sus testimonios no han sido capaces de convencerme a partir de sus relatos, porque en sus historias los indígenas son los malos y los chilenos son los buenos. Porque su relato es reproducido por medios de comunicaciones que usan la idea de verdad, pues la que reproducen es una verdad parcial que esconde el escenario en donde se explican los hechos.

Por lo anterior es que entonces estamos en condición de afirmar que el infiltrado y el historiador como significante y significado adquieren valor en su dinámica por desacreditar al indígena y sus demandas. Uno desde las esferas del poder y la comodidad de las verdades de los textos de estudio y la resonancia de los medios de comunicación, el otro desde abajo, en medio del polvo, el barro rojo, desde el engaño y la mentira. Desde el quiebre de las confianzas, de hacernos creer lo que conviene, no lo que es. Por ello no nos confundamos, el infiltrado y el historiador trabajan para un mismo dueño[29] el que ve en los indígenas el obstáculo por acceder a los territorios, a las aguas, a los recursos minerales que se encuentran bajo los pies de quienes nos negamos a ser parte de una historia en donde nosotros somos los malos, los subversivos, los terroristas, en fin los que no tenemos cabida en lo que hoy se denomina Chile, pese a estar aquí desde antes.

Bibliografía

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[1] Doctor en Historia mención Etnohistoria, Universidad de Chile

[2] Joan Manuel Serrat, “Personal”, en Cada Loco con su Tema, (Ariola: 1983)

[3] Jacques Derrida "Autoinmunidad: suicidios simbólicos y reales" (entrevista de Giovanna Borradori con Jacques Derrida el 22 de octubre de 2001 en Nueva York), en La filosofía en una época de terror. Diálogos con Jürgen Habermas y Jacques Derrida, trad. de Juan José Botero y Luis Eduardo Hoyos, (Buenos Aires: Taurus 2004). <http://www. jacquesderrida.com.ar/textos/septiembre. htm> (acceso Marzo 2014)

[4] Julio Aróstegui, (ed.), “Historia y Tiempo Presente. Un nuevo horizonte de la Historiografía contemporaneista”, Cuadernos de Historia Contemporánea, nº 20, (1998): 15-18

[5] Id. 17

[6] Como Mapuche y cientista social surge como un imperativo moral el comprender el lugar que ocupan los indígenas en la sociedad chilena, de igual modo la violencia (en su más amplio sentido) al que han estado sometidos.

[7] Francois Bédarida “Definición, método y práctica de la Historia del Tiempo Presente”, Cuadernos de Historia contemporánea, nº. 20, (1998):l9-27

[8] Claudio Millacura Salas 2011

[9] Hayden White, El contenido de la forma narrativa, discurso y representación histórica (Barcelona: Paidós, 1992)

[10] Hayden White, Metahistoria. La imaginación histórica en la Europa del siglo XIX (México: FCE, 1992)

[11] Jacques Derrida, Entrevista con Antoine Spire, publicada por Le Monde de l’Éducation, n.° 284, septiembre de 2000 en una versión más corta y ligeramente modificada. Tradución de Cristina de Peretti y Paco Vidarte, (modificada). Edición digital de Derrida en castellano. En http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/derrida_otro.htm (acceso abril 2014)

[12] Leslie Araya, Fiscal regional: “Hay un doble estándar, una especie de desigualdad”. LA TERCERA, País, Atentado en La Araucanía, Sábado 12 de enero de 2013

[13] Id

[14] Mapuexpress, Carta de navegación Intendente Región de la Araucanía, Francisco Huenchumilla Jaramillo, 13 de marzo de 2014. En <http://mapuexpress.org/carta-de-navegacion-intendente-region-de-la-araucania-francisco-huenchumilla-jaramillo/>(acceso Marzo 2014)

[15] Id.

[16] Samuel Romo, Sabas Chahuán a Huenchumilla: “Los fiscales no son caza recompensas ni opinólogos”, La nación.cl Pais Nacional, 18/03/2014. En < http://www.lanacion.cl/noticias/pais/nacional/sabas-chahuan-a-huenchumilla-los-fiscales-no-son-cazarecompensas-ni-opinologos/2014-03-18/111809.html> (acceso Marzo 2014)

[17] Oriana Miranda, Quién es y cómo actuó Raúl Castro Antipán, el “terrorista mapuche” infiltrado por Carabineros, Diario U de Chile, Derechos Humanos, Justicia, Política. Jueves 13 de febrero 2014, En

<http://radio.uchile.cl/2014/02/13/raul-castro-antipan-el-joven-mapuche-infiltrado-por-carabineros-para-inculpar-a-su-pueblo> ( acceso Marzo 2014)

[18] Hoy ex sacerdote, pues renunció a la Compañía de Jesús en Febrero del 2014.

[19] Ver entre otros Radio Bio Bio, Jefe de inteligencia de Carabineros reconoce que Castro Antipán les anticipaba hechos de violencia, Nacional, Martes 18 febrero 2014. En <http://www.biobiochile.cl/2014/02/18/jefe-de-inteligencia-de-carabineros-reconoce-que-castro-antipan-les-anticipaba-hechos-de-violencia.shtml> (acceso Marzo 2014); Vanessa Vargas Rojas, Raúl Castro Antipán: “Andábamos juntos para todas partes con Matías Catrileo”, El Desconcierto, 14/03/2014. En < http://eldesconcierto.cl/raul-castro-antipan-andabamos-juntos-para-todas-partes-con-matias-catrileo/> (acceso Marzo 2014)

[20] Jorge Molina e Ivonne Toro, Caso infiltrado: La dura declaración en que Raúl Castro Antipán implica a la Dipolcar en atentados incendiarios, The Clinic Online, 14 Febrero, 2014. En <http://www.theclinic.cl/2014/02/14/caso-infiltrado-la-dura-declaracion-en-que-raul-castro-antipan-implica-a-la-dipolcar-en-atentados-incendiarios/> ( acceso Marzo 2014)

[21] La Tercera.com, Testigo protegido asegura que mapuches usaron fusil M-16 en ataques, 20/10/2009. En < http://www.latercera.com/contenido/654_193437_9.shtml> (acceso Marzo 2014)

 

[22] Si no somos capaces e confiar entre indígenas ¿entre quien entonces?

[23] César Morales, Sergio Villalobos: “He tenido jardineros araucanos excelentes”, La Nación.cl, Nacional, 21/03/2014, En < http://www.lanacion.cl/noticias/pais/nacional/sergio-villalobos-he-tenido-jardineros-araucanos-excelentes/2014-03-21/215144.html> (acceso Marzo 2014

 

[24] Id.

[25] Agradezco a Carolina Huenchullán Arrue, su constante recordatorio que la violencia debe ser condenada sin temor alguno, sin ambigüedad, pues de ella se alimenta el violentista.

[26] Walter Benjamín, Tesis sobre la Historia y otros Fragmentos, Tesis IX, Bolívar Echeverría. Traductor, (México D.F: Editorial Contrahistorias, 2005), 24.

[27] Hector Pavon,“Gianni Vattimo La construcción de la verdad”. Revista Ñ. 25 de junio de 2011. En <http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/filosofia/Gianni_Vattimo_en_Buenos_Aires_0_505749427.html> (acceso abril 2014)

[28] Gianni Vattimo, Adiós a la Verdad, (Barcelona España; Gedisa, 2010

[29] Para que la/el lectora/or pueda saber para quien trabajan el infiltrado y el historiador favor de seguir la referencia:

<http://mapuexpress.org/capitan-de-carabineros-jefe-inteligencia-dipolcar-cautin-reconoce-rol-de-informante-castro-antipan/> ( acceso Abril 2014)