Cristián Cuevas: "El movimiento social está en disputa"
Cristián Cuevas, dirigente de los trabajadores del Cobre y militante del Partido Comunista, analizó el debate tras la "Marcha de Todas las Marchas". Con un visión crítica, planteó que el movimiento de los trabajadores debe articularse en torno a acciones políticas más concretas, buscando la consecución de una proyecto político que apunte más los temas de fondo.
En entrevista con ElDesconcierto.cl, Cuevas analizó el nuevo ciclo político y aseguró que el movimiento social está siendo disputado por actores que no necesariamente tienen una crítica hacia el modelo.
-¿Cómo evalúas la convocatoria de la Marcha de Todas las Marchas?
"Primero, cada organización social o articulación social y político tiene legítimo derecho a movilizarse. Obviamente esas son decisiones que adoptaron en función de una acción social y que es parte de otras que están haciendo distintos actores en el país".
-El que en el nombre de esta marcha quede la idea de que están agrupadas todas las demandas del mundo social en Chile, ¿cómo lo analizas?
"Creo que las cosas hay que sincerarlas en la vida. Hoy día, ante el advenimiento de un gobierno de “Nueva Mayoría”, y en función del rol que han jugado los actores como los movimientos sociales en el último tiempo, desde 2011 principalmente, con la expresión de los estudiantes, el escenario del movimiento social está en disputa. En esa disputa, cada actor político y social tiene el legítimo derecho de levantar su agenda en función de esto. Lo que no puede ocurrir desde mi punto de vista es la instrumentalización de esto. El movimiento social y el de los trabajadores tienen sus propias reflexiones y propios tiempos. Yo, la verdad, estas convocatorias que no tienen un hilo conductor, que intentan juntar todo, al final no juntan nada, porque no tienen una línea de acción. ¿Hacia dónde va direccionada? Obviamente, conozco a varios de los actores y me parecen respetables, pero me parece que también hay que construir una matriz del para qué me movilizo y hacia dónde se lleva un movimiento en función de esto. Esto es una disputa por quién tiene el control, la conducción de lo que hoy se dice “la calle”, o del movimiento social, y no en función realmente de lo que nos está afectando a nosotros como trabajadores".
"Ahora, desde mi lugar como dirigente de la Confederación -ya no soy el presidente, soy parte del directorio nacional- y como hombre y que ha estado vinculado y caminando con los movimientos de Magallanes, en Aysén, en Freirina, en Calama, en Petorca buscando convergencia por la renacionalización del agua, la del cobre, etc, creo que esta convocatoria está un poquito desdibujada porque es como una juguera, donde echamos todo pero no echamos nada. Eso me parece un poquito sospechoso".
-¿Evaluaron internamente en la CTC la participación en esta convocatoria?
"Es que nunca fuimos convocados o invitados. No fuimos parte "de". Tú no puedes debatir algo a lo que no has sido invitado, y menos si no conoces el hilo vinculante de eso. Cuando las acciones no son claras, me parecen algo sospechoso".
Es una postura similar a lo que se ha planteado desde la Confech también...
"Sí, coincido, porque imagínate, en esta acción de movilización no se conoce claramente el objetivo, cuál es el plan, su fin. Eso no me parece bien porque esto tampoco es una acción ritualista. Nosotros estamos para hacer acciones políticas. Queremos avanzar hacia una nueva constitución, una nueva institucionalidad política, vía Asamblea Constituyente. Hoy mismo (ayer) estamos en un Encuentro Nacional minero-metalúrgico y de Energía de los trabajadores, poniendo los énfasis desde los trabajadores para definir hacia donde queremos avanzar. Yo respeto a los convocantes y concuerdo en la necesidad de siempre movilizarse, pero la movilización también te mata cuando se convierte en algo ritualista, y que no va a los temas de fondo, porque si no es un lote no más. El punto es cómo articulamos esa columna vertebral para que se transforme en un proyecto político, porque eso al menos no me queda claro en la convocatoria".
-Desde tu perspectiva, ¿cómo se debe afrontar al nuevo gobierno y este nuevo ciclo político desde el mundo de los trabajadores?
"Los trabajadores debemos poner los énfasis donde nosotros necesitamos urgentemente. Por ejemplo, el derecho a negociación colectiva y huelga efectiva, avanzar hacia un nuevo trato e institucionalidad laboral, pero también tiene que ir acompañado de acciones destinadas a disminuir las desigualdades sociales. Necesitamos también un nuevo sistema de pensiones. Nosotros no queremos seguir reproduciendo un sistema que la mayoría de los trabajadores no compartimos, como las AFP. Pero para que los temas nuestros estén en la agenda y estén priorizados, eso va a depender de la capacidad de acción, movilización, convergencia, y por eso las cosas tenemos que hacerlas bien. Tenemos que articular lo político con lo social, y no ser un grupo de montones, sino que tengamos una acción común que pueda direccionar las acciones que vamos a seguir. Tenemos que ser muy reflexivos a la hora de tomar decisiones, porque nosotros acá no estamos en función de quién conduce o no el movimiento social. Yo llevo 30 años marchando. Este 9 de agosto son 30 años de estar organizando, y por lo tanto no tenemos por qué estar vacilando en función de un gobierno, aunque sea éste más cercano a nuestros intereses. Es lo mismo que debatíamos recién con la presidenta de la FECH en la Facultad de Ciencias y Matemáticas de la Universidad de Chile. Es un debate desde los trabajadores y estudiantes sobre cómo generamos un espacio de acción común en función de los temas que nos interesa que induzcan a un cambio".
-Respecto de algunos de los anuncios en materia laboral, ¿Cómo evalúas el anuncio de eliminar el multi rut? ¿Es una medida importante contra el modelo o un pasito nada más?
"Yo espero que avancemos en temas significativos. Eso es importante, sin dudas, pero creo que podemos influir mucho más. No podemos estar al arbitrio de cosas como lo que dice la SOFOFA, que son chantajes. Si hoy queremos avanzar en derechos, ellos amenazan con que la inversión extranjera se va a ir. Eso es de lo más ridículo de los chantajes que se han visto en el último tiempo. Hoy tenemos la posibilidad de avanzar y en este periodo, no en 4 o 5 años, sino ahora, y ojalá los tiempos se vayan acortando, de tener derecho a huelga, a negociación colectiva, que se implementen los convenios 87 y 98 de la OIT. Esos temas y otros temas desde nuestra perspectiva son fundamentales. Ahora bien, el Gobierno tiene una propuesta de temas en los que hay algunas coincidencias y ojalá se avance en esto".
-¿No podría suceder que esa capacidad que tenía la Concertación de neutralizar las demandas se vuelva a repetir y finalmente no se generen los avances que varios movimientos sociales están planteando?
"El único que se siente amenazado en función de eso es el que tiene debilidad ideológica. El que no tiene capacidad de sentirse perteneciente a la clase, y que no tiene claro el camino y ha sido cooptado en los años 90, y que puede serlo también hoy día. Porque muchos de los hoy dicen que queremos avanzar, han sido parte de los que administraron 20 años la Concertación, y que hoy quieren pasar a la ofensiva en función de lo que nosotros sabemos, que es seguir manteniendo este modelo que hoy genera tantas ganancias, precarización y abusos. Por lo tanto a mí, como Crisitián Cuevas, un actor más entre tantos hombres y mujeres que hemos batallado durante estos años, no nos cooptó la Concertación, batallamos contra la derecha y la Concertación, hoy tenemos que seguir batallando. Quienes sientan esa amenaza es que no tienen claro cuál es su objetivo en función de un proyecto. Esa es la gran diferenciación. Por eso digo que necesitamos pasar a una disposición distinta, a tener esa convergencia, necesitamos dialogar, buscar los mecanismos necesarios para mejores derechos y beneficios para la mayoría, pero también saber cuándo tenemos que tomar acciones para visibilizar y movilizarnos, pero no esta cosa de convocar por convocar, y sentir que tenemos el control del movimiento social, porque eso no se controla desde las élites. Menos de parte de actores que han sido hasta financiados en tiempos de estos 20 años de democracia, que hoy pareciera que tienen una mirada crítica, pero que son funcionales al sistema".