El feminismo frente al gobierno de Bachelet
Durante el primer gobierno de Bachelet, las expectativas eran altas. Se sentía curiosidad en el ambiente, sobre todo de parte de las mujeres, ante la primera administración presidencial liderada en Chile por una mujer. Sin embargo, esta vez, el factor sorpresa es mucho menor y ya arroja sus primeras decepciones.
Feministas del oficialismo –a partir del 11 de marzo- y de la disidencia ya tienen una postura ante el período que recién comienza. Quizás más que los hombres, son críticas con las mujeres que las representan en alguna organización o institución, y afinan el ojo ante las gestiones de un gobierno que, aunque sorprendió con el nombramiento de la titular y subsecretaria del Servicio Nacional de la Mujer, no ha cumplido con la totalidad de las expectativas.
Desde la oposición política –más allá de la derecha- se le acusa de desprolijidad en la construcción de su gabinete. En tanto, miradas más cercanas al bacheletismo han apuntado a la responsabilidad de los partidos políticos y su mínimo interés por los asuntos que conciernen al género.
Un gabinete decepcionante
Para la coordinadora del Observatorio de Género y Equidad, Teresa Valdés, el nombramiento de la comunista Claudia Pascual –como ministra del Sernam- y de Gloria Maira como subsecretaria de la cartera marca una línea de trabajo que genera esperanzas en el sector.
“La ministra tiene una visión estratégica sobre lo que significa incorporar género en un gobierno y en las políticas públicas, tenemos muchas expectativas de que va a hacer una diferencia y que se va a notar especialmente en relación al gobierno que termina, que ha tenido una visión tremendamente tradicional de las mujeres, privatizadora y neoliberal respecto a las mujeres y su rol”, argumentó.
Además de celebrar el largo camino profesional de Maira en los temas de violencia de género, Valdés señaló que esperan visiones más profundas al respecto y una mirada centrada en la prevención. Sin embargo, al igual que otras mujeres, la coordinadora del Observatorio de Género y Equidad mostró su decepción ante el resto del gabinete, del que se esperaba una mayor cifra en términos de paridad de género. Sin embargo, hoy, el nuevo equipo de ministras de Bachelet apenas pasa el 40 por ciento, mientras que en las subsecretarías e intendencias, la cifra es mucho menor, con un margen de 3 intendentas entre 15 varones.
“Esperábamos más”, reconoció Valdés y aseguró que “es muy lamentable que los partidos para variar no hayan entendido que quedan mal ante la ciudadanía, la ciudadanía espera mucho más. Imagina que tenemos a Bárbara Figueroa en la CUT, tenemos mujeres dirigentas en la Fech y en la Feuc, tendremos a Isabel Allende como presidenta del Senado. Lo obvio es cada vez avanzar más hacia la igualdad, es lo que la ciudadanía espera, pero los partidos no se dan cuenta de eso, están en deuda”.
Desde otras veredas, mujeres comparan la constitución del nuevo gabinete con la del mandato pasado de la presidenta electa, asegurando que en el periodo anterior, Bachelet pareció mayormente preocupada de mostrar su interés por la paridad de género al interior del gobierno.
“No es lo que se había declarado, aunque no se había dicho nada formalmente, en general uno espera que el concepto de paridad que había habido en el primer gobierno de Bachelet, no tiene nada que ver con la composición de los resultados de este gabinete. No se cumplió”, señaló la socióloga Claudia Dides, vocera del Movimiento por la Interrupción Legal del Embarazo (Miles Chile).
El retroceso de Piñera
Si en algo hay común acuerdo al interior de los colectivos feministas de la más diversa índole política, es que durante el mandato de Sebastián Piñera se experimentó un fuerte retroceso.
Si bien, el avance de la derecha en asuntos como el postnatal se celebra, las visiones son críticas respecto a su legado en términos de género, al que se tilda de conservador y sesgado desde la perspectiva de las políticas públicas.
Así opina Claudia Dides, quien señaló que “tiene grandes desafíos este gobierno en materia de género porque creo que tuvimos un retroceso respecto al gobierno de Piñera. Uno podría decir qué bueno que tenemos una Ley de Postnatal, nadie podría estar en contra de eso, pero yo creo que un gran retroceso fue que volvimos al binomio madre hijo, mujer-madre familia, pero se dejo completamente de lado el tema del empoderamiento, el derecho a decidir”.
La socióloga argumentó que esperan que el enfoque del próximo Sernam posicione a la mujer desde la perspectiva de los derechos y no de una mirada que la posiciona como madre –únicamente- o reproductora de la sociedad.
Voces de la disidencia política más radical, en tanto, han asegurado que Bachelet ha realizado “vergonzosos” nombramientos en su gabinete, dando cuenta que buscan contener ciertos procesos sociales.
“El gobierno de Bachelet, con los vergonzosos nombres que ha designado para su gabinete, donde encontramos: acosadores callejeros, opositores al derecho al aborto, hijas de ex torturadores, entre otros “probos servidores públicos”; lejos de dar cuenta de una simple “desprolijidad” como la han querido catalogar algunos políticos, sólo ponen de manifiesto que son los nuevos contenedores, desde la izquierda, de los procesos sociales que se están desencadenando. Se sitúan en la vereda de enfrente a los movimientos sociales y sus demandas, perpetuando el legado de la derecha, manteniendo los pilares del neoliberalismo y conservadurismo que nos impuso el dictador Pinochet”, argumenta la colectividad feminista Pan y Rosas, en un comunicado recientemente publicado.
Los asuntos que Bachelet deberá resolver
Si en algo coinciden las voces feministas –tanto oficialistas como opositoras del nuevo mandato- es en que durante este período presidencial se abren nuevos e importantes desafíos en términos de género. En ciertos temas, las posturas más progresistas en materia de derechos sexuales y reproductivos parecen estar ganando espacio, mientras que la discusión sobre asuntos de género es cada día más familiar e importante en Chile.
Aborto, identidad de género, disminución de la brecha salarial y políticas públicas ante la violencia contra la mujer, entre otros, son alguna de las preocupaciones más urgentes, por parte de los colectivos, que esperan ser resueltas durante la próxima administración.
“Yo creo que hay dos demandas fundamentales: una que es la reposición del aborto terapéutico -ya es insostenible que seamos uno de los siete país en el mundo que no tengamos derecho a lo menos en 3 circunstancias-, lo segundo es la ratificación del protocolo facultativo de la Cidaw, que es una deuda de la democracia, y el tercero, a mi juicio, tiene que ver con la nueva constitución a través de la Asamblea Constituyente, una que incorpore los derechos sexuales y reproductivos como en países como Ecuador”, señaló Claudia Dides, de Miles Chile.
Desde el Observatorio de Género y Equidad, en tanto, Valdés señaló que la demanda más urgente y masiva se vincula con el tema de la violencia de género. Éste es el asunto más grave debido a la gran cantidad de mujeres a las que impacta y las dificultades que ha tenido el aparato estatal para garantizar su protección.
“El otro tema es de las brechas salariales y las condiciones de trabajo, es fundamental avanzar hacia condiciones de trabajo mejores para hombres y mujeres, donde ellos puedan compartir más el cuidado infantil. Mientras siga siendo responsabilidad de las mujeres el cuidado infantil, van a seguir cargando el costo de la maternidad, pese a los discursos tan elegantes del Día de la Madre y todo. Eso va a dejar de ser el día en que hombres y mujeres tengan el mismo derecho respecto a los hijos”, argumentó.
En tanto, en las organizaciones feministas más radicales, el llamado a la movilización comienza en el próximo Día Internacional de la Mujer. Desde su perspectiva, el nombramiento de una ministra comunista derivará en una serie de reformas de todo tipo que buscarán contener la lucha callejera e institucionalizar sus demandas.
“Es necesario luchar además por una ley de identidad género, fin a la brecha salarial; trabajo estable y fin al trabajo precario. Necesitamos luchar por sueldos en base a la canasta familiar, que permitan a las mujeres jefas de hogar independizarse, derechos maternales plenos a todas las trabajadoras pagados por la patronal, derecho a sindicalizarnos. Luchar por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito y para enfrentar la aspirina del AVP luchar por el derecho al matrimonio igualitario, para poder elegir el NO casarnos, y no que sea una imposición de la derecha y los conservadores”, declararon en su pronunciamiento público.
Apegadas a un feminismo revolucionario, comparten los lineamientos de la Coordinadora de Feministas en Lucha, que asegura que ante el nuevo marco político que lidera la Nueva Mayoría, su colectividad ha sido silenciada.
Según señalan en una declaración de convocatoria a movilizaciones, las mujeres participantes buscan “erradicar las causas legales, económicas y sociales que vuelven al trabajo una realidad precaria e indigna, y que son las mismas que impiden una organización efectiva de las y los trabajadores. Nos levantamos para construir una realidad donde la heterosexualidad no es la única posibilidad, donde la maternidad no sea obligatoria, y el mito del amor romántico no sea la justificación para ejercer violencia”.
Asumiéndose parte de los movimientos sociales, el sector convocó a una serie de movilizaciones que se celebrarán este viernes 7 de marzo, en una marcha en todo Chile que concentrará en Santiago, a las 19 horas, en Plaza Italia, a todas las mujeres y hombres que deseen volcar a la calle las preocupaciones, demandas y reivindicaciones más urgentes del feminismo. La manifestación busca, además, marcar la pauta de las autoridades entrantes en la materia.