Esta semana comenzó matanza de delfines en Taiji Cove
La matanza anual de miles de delfines para comercializar su carne y traficar ejemplares vivos para cautiverio ha sido un tema de creciente repudio internacional, en particular desde el estreno internacional del galardonado documental “La Ensenada” (The Cove), el cual expone la crueldad con que los delfines son asesinados y los riesgos de salud que conlleva el consumo de carne de delfín como consecuencia de sus elevadas concentraciones de mercurio.
La Industria del cautiverio
La industria del cautiverio para acuarios y parques acuáticos es la principal razón de la captura: se estima que por un delfín muerto se pagan unos 600 dólares, mientras que por un delfín vivo se pueden obtener más 150.000 dólares. El negocio derivado de la captura y tráfico y alquiler de delfines es de considerable magnitud; lo encabeza Estados Unidos con unos 9.000 empleos asociados a la actividad, con un presupuesto anual estimado en 350 millones de dólares.
De las treinta y dos especies de delfines que habitan los mares y océanos del mundo, los delfines nariz de botella, "Tursiops truncatus", son lo más utilizados para espectáculos acuáticos debido a que, además de ser la especie que mayor tiempo sobrevive en condiciones de cautiverio, presenta otra importante ventaja: la forma curva de su boca transmite la falsa impresión de que los animales están sonriendo.
Debido al exceso de ruido y trabajo, los productos químicos utilizados para el tratamiento del agua, el aislamiento y otros inconvenientes existe una elevada tasa de mortalidad en acuarios, como consecuencia de las muertes por estrés y suicidios de los delfines, las cuales son sistemáticamente ocultadas al conocimiento del público. En su hábitat natural un delfín vive alrededor de 50 años, mientras que en cautiverio tienen un promedio de vida de 6 años. Por ello, desde hace un par de años, Chile y otros países como India, Hungría, Chipre, Eslovenia y Costa Rica han prohibido la exhibición comercial y espectáculos con delfines.
Carne tóxica
La carne de delfín, al igual que el róbalo, el pargo, el atún, y el pez espada tienen un alto nivel de toxicidad como consecuencia de la elevada presencia de mercurio.
De acuerdo a una investigación realizada por la Universidad de Ciencias de la Salud de Hokkaido, el nivel de este componente presente en la carne de delfín es extremadamente alto. Las muestras tomadas a un grupo de 30 hombres y 20 mujeres residentes en el área de Taiji, revelaron que un 6% de las personas presentaban niveles de mercurio superiores a 50 partes por millón, lo cual es suficiente para generar posibles daños nerviosos como los ocurridos entre las décadas de 1950 y 1960 en Minamata, cuando decenas de pobladores murieron por intoxicación con mercurio o hidrargirismo (conocida como enfermedad de Minamata).
Regulación Internacional
La Convención Internacional para la Regulación de la Cacería de Ballenas (CBI), establecida en 1946, es el único organismo internacional reconocido por la ONU que tiene por objetivo proteger a los cetáceos en su hábitat; no obstante, debido a las presiones impulsadas por Japón, no protege a cetáceos pequeños como delfines y marsopas. Ello no permite regular el trafico de delfines y las brutales matanzas que ocurren en Japón, Perú y Dinamarca.
Si bien tras el estreno del documental “The Cove” y la exposición pública de los efectos del consumo de carne de delfín en la salud humana; en Japón el aumento del repudio de sus ciudadanos a esta tradición exclusiva de la zona costera de Taiji, autoridades locales y el propio gobierno, han defendido la caza de delfines argumentando que "La cultura gastronómica de cada país varía y la grandeza de la civilización es respetar las posturas de cada cual mientras no pongan en peligro a las especies", expresó este martes el Gobernador de Wakayama, Yoshinobu Nisaka a propósito de las diversas manifestaciones en contra de la caza del delfín.
La campaña de este año, en la que se esperan capturar unos 250 defines en estos días, ha estado marcada por la polémica después de que la embajadora de EE UU en Japón, Caroline Kennedy, calificara el pasado fin de semana de "inhumana" esta tradición en su cuenta de Twitter @CarolineKennedy y recordara que Washington no apoya esta práctica.
En respuesta, el Gobernador de Wakayama señaló que "no es apropiado decir que la caza de delfines es inhumana cuando vivimos de vacas y cerdos".