Escandalosa desigualdad mundial marca inicio del Foro Económico en Davos
El informe de la organización humanitaria Oxfam, titulado “Gobernar para las élites: secuestro democrático y desigualdad económica”, entregó cifras de la brutal de desigualdad económica, y algunas de ellas hablan por sí solas. Las 85 personas más acaudaladas del plantea concentran el mismo ingreso que perciben unos 3.570 millones de personas más pobres del mundo.
El estudio, que fue publicado este lunes, llega justo en la antesala del Foro Económico Mundial que se realiza en Suiza, específicamente en la localidad de Davos. La exclusiva cita comenzó ayer ante los más altos representantes políticos de las potencias económicas y también de las multinacionales más grandes, que concentran negocios equivalentes a la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense.
Dentro de los datos que arrojó el estudio, destaca que cerca de la mitad de la riqueza en el mundo está en manos del uno por ciento de la población, lo que supone niveles de desigualdad “sin precedentes” y que amenazan con “perpetuar las diferencias entre los ricos y los pobres hasta hacerlas irreversibles". Los datos que usó Oxfam para la elaboración del informe, advirtió la organización, sólo se basa en cifras oficiales, por lo que no se contabiliza dentro de esta riqueza aquellas fortunas que están ocultas en paraísos fiscales.
Por ello, el informe concluye que la excesiva concentración de los recursos en manos de una ínfima minoría supone una amenaza para los países democráticos, tanto en sus sistemas políticos como económicos, puesto que “las élites económicas están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico, que socava la democracia”, señala el informe.
El estudio profundiza además en las razones del por qué la brecha ente los más acaudalados y los que tienen menos sigue en aumento, proceso que no ha dejado de crecer en los últimos 30 años. Por ejemplo, en Estados Unidos, el 1% más rico de la población ha concentrado el 95% del crecimiento tras la crisis económica de 2008. Por su parte, los ingresos de las 10 personas más ricas de Europa superan el gasto total de las medidas de estímulo que aplicaron los países de la Unión Europea entre 2008 y 2010, montos que alcanzan los 217 mil millones y 200 mil millones de euros, respectivamente.
Chile, uno de los países más desiguales del mundo
En nuestro país, el fenómeno de la concentración económica está descrito hace décadas como uno de los principales males que afecta a una economía que ha experimentado niveles sostenidos de expansión. Constantemente se cataloga de “una vergüenza” la desigualdad a la que estamos sometidos. Sin embargo, poco parece que se ha hecho para frenar dicho proceso.
En octubre del año pasado, un estudio elaborado por tres economistas de la Universidad de Chile, conocido como “La parte del león”, utilizó los datos del Servicio de Impuestos Internos (SII) -ajustados por los dispositivos del sistema tributario chileno, único en el mundo- para determinar la participación de los “súper ricos” en el ingreso del país, el que arrojó preocupantes datos.
Considerando las utilidades retenidas (y no ganancias de capital), el 1% más rico concentra en promedio la tercera parte de los ingresos (32,8%), el 0,1% más rico la quinta parte (19,9%) y el 0,01% más rico, que corresponde aproximadamente a 1.200 personas (unas 300 familias), se queda con una tajada mayor a la décima parte (11,5%).
La concentración de ingresos del 1% más rico en Chile es la mayor dentro del grupo de países pertenecientes a la OCDE, transformando a nuestra economía en la más inequitativa del mundo.
Pablo Gutiérrez, profesor instructor del departamento de economía de la Universidad de Chile y parte responsable por el estudio de 2013, afirmó a Estrategia que la estructura de crecimiento económico agudiza aún más la desigualdad. “Los estudios muestran que el crecimiento en Chile no es simétrico, es decir, si la economía crece al 5,5%, no implica que la persona que está en el 10% más pobre vaya a crecer lo mismo que la del 10% más rico. De hecho hay un corriente teórica, bastante antigua, que señala que antes de que los países lleguen al desarrollo económico, incluso mayor crecimiento generaría mayor desigualdad. Esto se debe principalmente a que las rentas de los recursos económicos estarían concentradas en un pequeño sector y éste es el que generaría el mayor crecimiento”, analiza.
Por su parte, Francisco Pinto, Master en Economía Ambiental y Cambio Climático de la London School of Economics, e investigador asociado al Centro de Estudios de los Recursos Naturales y Medio Ambiente (CENRE) de la Universidad de Chile, señaló en una columna publicada en El Desconcierto su análisis de los datos del paper “La parte del león”. En su opinión, una de las soluciones para aminorar la desigualdad en Chile debe ser necesariamente un cambio en la estructura impositiva. “En efecto, nuestra economía necesita una reforma tributaria que grave en mayor porción a los mayores ingresos, libere sustancialmente la carga de aquellos que apenas perciben ingresos de subsistencia y capture las rentas económicas de los recursos naturales que pertenecen a todos los chilenos y que hoy acapara un puñado de connacionales y extranjeros a los que se les regalan. Aquel mito de que un alza impositiva se traduce en una caída en la inversión es falso”, indica.
Con todo, el análisis crítico de la reforma tributaria indica que la esperada audacia en la carga tributaria para los “súper ricos” no llegó, y aunque contemple eliminar el FUT -uno de los mecanismos responsables de la escandalosa acumulación de riquezas en Chile- ya se ha diseñado el dispositivo de reemplazo que permitirá a las empresas disminuir sus impuestos. El chancho, como dicen por ahí, seguirá estando mal pelado.