Las tradiciones que esconden el maltrato animal en Chile
Hace apenas algunos años, los casos cotidianos de maltrato animal no eran contemplados en las pautas noticiosas de los medios tradicionales. Con excepciones, tampoco eran muy masivas las manifestaciones a favor del veganismo, en contra del rodeo o con otros fines de activismo por la causa animalista.
En el 2004, Chile incluye en el Código Penal el delito de maltrato animal, que hasta el momento era parte de una realidad conocida y naturalizada por la sociedad. “El maltrato animal estaba casi institucionalizado, se mataba sin asco a los animales callejeros, no se regulaban los circos. Con el paso del tiempo logramos que se realizara un proyecto de ley que abarcara todas esas áreas”, cuenta Patricia Cocas, directora de la organización Pro Animal.
Gracias al proyecto, la justicia está preparada para otorgar penas de hasta tres años de cárcel para los culpables de abuso contra animales. Sin embargo, en la práctica, el número de denuncias aún es bajo y la Ley 20.380 raramente es aplicada en los tribunales.
Activistas e investigadores coinciden en que las raíces del problema del maltrato a los animales se encuentran en la cultura, particularmente, en la concepción de superioridad ante dicha especie. Esta es una idea que se extiende y perpetúa a través de prácticas, costumbres, ritos y formas de relación con los animales en las más diversas sociedades.
Los hábitos del maltrato
Según Isabel Collao, vocera de EligeVeganismo, el problema parte en la concepción que los seres humanos tienen respecto a los animales: “Hacemos una defensa muy parcial de animales como los perros y los gatos, pero hay animales como cerdos, vacas, pollos, que, teniendo la misma capacidad de sentir, experimentar dolor o buscar placer, no tomamos en cuenta. Y los destinamos a servirnos como alimento, o en el zoológico, o en el circo, y pasamos por alto todas esas capacidades que tienen y que los hacen equivalentes a nuestra especie”.
En efecto, la existencia de la industria ganadera ha generado una serie de denuncias de maltrato físico alrededor del mundo. Según detalla Collao, quien ha investigado el tema en profundidad, en las empresas productoras de carne, “los cerdos descartados son golpeados en el cemento, los terneros a veces son enterrados vivos cuando nacen y no sirven a la industria de la leche, a las vacas en los mataderos a veces se les cortan las extremidades estando conscientes, pero fuera de este maltrato evidente que es gravísimo, está también el maltrato psicológico a estos animales que no es menor y que muchas veces incluso sobrepasa el tema del dolor físico”.
Activistas de todo el mundo han denunciado las penurias que viven los animales en las industrias o criaderos día a día a causa del hacinamiento, el estrés psicológico que causa el alejamiento de las crías y la falta de alimento, entre otros factores.
“Por ejemplo, una vaca que en una lechería es alejada de su cría, pasa uno o dos meses buscándola. Ha habido un porcentaje no menor de vacas que se dejan morir por dejar de alimentarse, por dejar de beber agua, por no querer pararse cuando se les quita a la cría para que nosotros podamos sacarle la leche. El tema de no poder caminar más de dos pasos o de estar siempre en un ambiente idéntico, de hacinamiento, provocan un estrés psicológico que no es menor y del que también deberíamos preocuparnos”, argumentó.
Pese a que la realidad mediática da cuenta de una sociedad más sensible ante el abuso animal, el consumo de éstos como comida sigue concretándose gracias a la existencia de industrias que poco caso hacen de sus derechos a una vida exenta de dolor. En dichos espacios, y con la venia de muchos países y consumidores, los animales son tratados como recursos con un valor económico que trasciende a su propia dignidad.
“Es un problema del mundo occidental en general”, comentó David Gómez, de la organización No más vivisección. “Se ha avanzado mucho en lo que tiene que ver con animales domésticos, como perros y gatos fundamentalmente, pero no se toma en cuenta lo que pasa con otros animales, con aquellos utilizados para el consumo o los que se utilizan para pieles. Acá en Chile las pruebas de cosméticos en animales no están prohibidas y tampoco son fiscalizadas”.
El peso de la tradición
Las prácticas abusivas en contra de los animales se han sustentado, a lo largo de la historia de la humanidad, las en tradiciones y ritos de diversas culturas. Desde la perspectiva del sociólogo Tomás Moulian, éstas se han constituido como manifestaciones aceptadas de la crueldad humana.
“Son tradiciones muy antiguas, pero son salvajes, de todos modos. La antigüedad no borra el salvajismo. Veamos las corridas de toro: son la puesta en escena, como en una obra de teatro, de la crueldad. Se hace correr al toro, se le engaña, hasta que finalmente se le mata y cuando el toro está bien muerto, el torero recibe los aplausos y las orejas, el rabo o una parte del toro”, comentó.
Respecto al caso chileno, Moulian aseguró que, aunque es menos salvaje, el rodeo tiene características similares y no ha podido ser erradicado totalmente: “Ningún discurso sobre los valores que los seres humanos hagamos ha podido acabar con eso, yo creo que estas expresiones desaparecerán pero aparecerán otras próximamente”.
Según Patricia Cocas, el rodeo es una práctica que se ha llamado deporte de forma errada. En Chile, éste consiste básicamente en ganar puntos según el golpe realizado al novillo. Durante la tramitación de la ley de maltrato animal, el rodeo fue excluido de las prohibiciones por ambas cámaras del Parlamento.
“Los novillos salen con una serie de fracturas y contusiones, es tremendo. Tengo la certeza de que el rodeo va a desaparecer sí o sí. Es un proceso, no va a ser mañana, pero pronto, porque las sociedades van cambiando, y no se puede justificar en la tradición una práctica brutal. Si fuera por eso, en Roma todavía tendríamos circo romano”, argumentó.
Pese al complejo escenario, activistas y especialistas coinciden en que la sociedad chilena ha logrado avanzar en ciertos tópicos. Especialmente, en el rechazo hacia el maltrato abusivo de los animales y en el surgimiento de nuevos movimientos animalistas.
“Yo diría que en el mundo contemporáneo tiene como interés que han aparecido grupos que se plantean a sí mismos como defensores del medio ambiente y los animales, esa es una realidad nueva e interesante”, enfatizó Moulian.
Por su parte, la vocera de EligeVeganismo reconoce que la causa por la que abogan es compleja considerando los hábitos alimenticios y la amplitud de la industria ganadera en la actualidad. Sin embargo, asegura que el veganismo ha ganado una importante suma de seguidores en los últimos años, más aún “considerando que es una lucha que no tiene intereses involucrados por parte de nosotros como seres humanos. Vemos muchas luchas sociales donde se une gente que se ve directamente afectada por los problemas, pero el caso de los animales no nos afecta concretamente a nosotros”.