¿Dónde se fueron los votos de la derecha?
Desde 1993, las elecciones presidenciales han reflejado que tanto la Concertación como la Alianza se reparten la gran mayoría de los votos emitidos. Hoy, un abanico de candidatos más nutrido, sumado a la inscripción automática y el voto voluntario, hacen que las predicciones estadísticas no aseguren precisión, pero entregan patrones importantes al momento de analizar el escenario político.
La encuesta CEP, ungida como el oráculo hasta las pasadas elecciones municipales, cuando naufragó junto con las demás encuestadoras, sigue por una extraña inercia en posesión de la verdad sobre el futuro. Al respecto, su pronóstico es categórico: la candidata Evelyn Matthei marcará apenas en torno a un 14 por ciento, lo que está muy lejos del piso histórico del sector. Si incluso dedujéramos que los votos de Parisi son del sector, se llegaría al 24 por ciento.
Algo no cuadra. Incluso en la elección presidencial de 1993, erigida como la del "piso histórico" del sector, el senador Arturo Alessandri Besa obtuvo un 24,41%, pero se olvida que también iba en la papeleta José Piñera, quien obtuvo un 6,18%.
¿Por qué la CEP subvalora tan brutalmente la votación de la derecha? O, de otro modo, ¿pudo haberse esfumado?
El académico y sociólogo de la Universidad de Chile, Alberto Mayol, no se sorprende por la baja intención de voto que tiene el oficialismo en la última encuesta CEP: "Era bastante esperable que esta elección sea particularmente dura para la derecha. El entorno de los partidos políticos, y sobre todo el de su sector es totalmente negativo. Existe un cuestionamiento radical al modelo económico que es uno de sus pilares fundamentales".
"La explicación a través de Parisi sería que la votación se está dividiendo, pero en un escenario como el actual, la gente de derecha entra en una disonancia cognitiva y simplemente ya no va a votar por ella. Es decir, hay gente de derecha que dejó de serlo, y mira hacia visiones más blandas", afirma Mayol.
Las dos derechas
Para el presidente de la Fundación Nodo XXI, Carlos Ruiz, el panorama electoral dista mucho de un rechazo hacia los sectores más conservadores. Es más, afirma que sería un error sacar "cuentas alegres" pensando que la Alianza entra en crisis por los movimientos sociales: "ésta es una derecha que se pega sola balazos en los pies, es cosa de ver cuántas veces cambió de candidato. Es sumamente poco creíble en términos electorales."
Sin ir más lejos, Ruiz halla una respuesta mucho más categórica para explicar el bajo porcentaje de Matthei en la encuesta CEP: "A la derecha ya no la necesita nadie. Con la derecha que hay en la Concertación, basta. El analista Sebastián Edwards confirmó que con un gobierno de Bachelet el modelo no corre ningún riesgo".
Además, refiriéndose al programa presentado por la Nueva Mayoría, Ruiz es enfático en cuestionar sus bases: "Lo que hay que mirar es el ascendiente que tienen grupos económicos como el de Luksic sobre el programa de la Concertación. Ahí armaron una tecnocracia en el grupo Res Pública de donde salen casi todas las bases. Personas como Cortázar y Eyzaguirre pasaron de Canal 13 hacia allá, por lo que es más fácil entrar a la dirección de Bachelet desde el grupo Luksic que desde los partidos políticos".
Existen muchas lecturas respecto de dónde quedó el voto derechista que no se vio reflejado en el último sondeo. Lo cierto es que no está ni con Parisi, ni con Jocelyn-Holt. Por lo demás, solo queda esperar al 17 de noviembre para comprobar si efectivamente la Alianza perdió parte importante de su piso político y si, efectivamente, Bachelet obtiene un 47% tal cual estipula el Centro de Estudios Públicos, presidido por Eliodoro Matte.