El acoso sexual del profesor de la U. de Valparaíso que tiene parada a la carrera de Sociología
Desde el 26 de septiembre de 2014, la historia académica de la entonces estudiante de tercer año de Sociología de la Universidad de Valparaíso, Leslie Toledo, cambió. Ese día, salió del restaurante en el que se encontraba con el profesor José Antonio Ávila lo más rápido que pudo y no habiendo llegado a su casa, se desmayó producto de los nervios. Leslie había vivido un episodio de acoso sexual por parte de su profesor, envuelta en una situación que jamás esperó, y de la que se hizo protagonista luego de aceptar la invitación que, con aparente inocencia, le hizo el docente.
Hoy, diecinueve meses después, Leslie encabeza las movilizaciones que los estudiantes de la facultad de Sociología de la Universidad de Valparaíso mantienen contra el docente. Desde el 18 de abril de 2016 que el instituto está en paro, luego que la Junta Directiva de la facultad determinara, a mediados de abril, sólo suspender al académico por tres meses, considerando el goce del 70% de su sueldo, a pesar de que la fiscal a cargo del caso decretara la destitución del profesor luego de recabar los antecedentes necesarios en un grueso sumario interno, al que eldesconcierto tuvo acceso mediante la Ley de Transparencia y que reveló, de paso, otros episodios de abusos por parte de Ávila, según declararon como testigos reservados tres estudiantes en relatos como "En clases, cuando iba con short o falda, me prestaba más atención, estaba encima de uno, me decía que 'no estoy tan bien como usted', me daba protagonismo en clases".
Lo que sucedió el día que mantiene hoy paralizada a la carrera de Sociología de la Universidad de Valparaíso, incluyó ingesta de alcohol por parte del docente y la estudiante, según da cuenta la declaración de esta última. Sin embargo la versión del profesor es distinta a la de Leslie, diametralmente distinta. Ávila asegura que fue ella, y no él, quien bebió alcohol en el bar al que acudieron y en el que fueron atendidos por otra estudiante que trabajaba ahí, "Leslie pidió un trago para las dos, yo pedí agua para mí", asegura el profesor. Además, niega rotundamente las acusaciones que se le imputan, "No recuerdo ninguna situación parecida que se pudiera prestar para leerlo de esa forma"
Pero su versión es desmentida por la declaración de la estudiante que trabajaba en el lugar y que afirma haber preparado personalmente los tragos que ella, Leslie Toledo y Antonio Ávila bebieron en el bar. "Les preparé dos Manzana Cristial, tiene pisco, ají, manzana verde, limón y Mix de Berries, que también tiene pisco. Me acuerdo bien de la conversación. Debo decirlo, que el profesor siempre me pone nerviosa, y en ese momento recuerdo que estaba nerviosa porque sentí que lo que estaba pasando no correspondía, porque él era el profesor de mi cátedra. Yo nunca he tenido mucha confianza con el, es una persona que no me llega".
[caption id="attachment_79218" align="alignnone" width="400"] @uvalpo[/caption]
Por todos mis compañeros
El pasado miércoles 20 de abril, se realizó un claustro en el que participaron estudiantes y académicos de dicha carrera, quienes redactaron una Declaración Biestamental emitida el lunes 25 del mismo mes, y en la que se pide el despido del profesor, emplazando además a Jorge Valdés, Juan Carlos Ferrada y Ricardo Solari (integrantes de la Junta Directiva de la U. de Valparaíso) por no haber aprobado la medida disciplinaria de destitución del sumariado, porque los directivos consideraron que el hecho, por haber ocurrido fuera de la universidad, no ameritaba la sanción ordenada por la fiscal.
"Quienes encubren y excusan a los agresores sexuales son igualmente culpables y cómplices de este tipo de prácticas, por lo que las sanciones también deberían regir para ellos", afirma la declaración de estudiantes y profesores. En el documento se propone también reflexionar sobre la necesidad de una educación pública y moral no sexista para Chile; y que el acoso sexual sea configurado como un delito sexual por la Justicia Civil. Palabras que comparte Carlos Vergara, Secretario General de la Federación de Estudiantes de la Universidad de dicha casa de estudios,"Es necesario que haya una educación marcadamente no sexista que contemple formas y mecanismos para que las compañeras y también compañeros que puedan ser vulnerados y acosados puedan denunciar sabiendo que habrán sanciones contra quienes los agreden", afirma el dirigente.
La defensa de Ávila
Ante el apoyo a las movilizaciones por parte del cuerpo docente, Antonio Ávila se reveló contra sus colegas en una declaración pública compartida el mismo lunes 25 de abril. En el documento, el profesor emplazó "Es de extrema gravedad que el claustro de 'académicos' desconozca los principios básicos que regulan a nuestras instituciones, estableciendo hechos y condenas alejándose del principio de inocencia, más aún, si un estamento llamado reglamentariamente para ello, ya se pronunció y emitió mi exoneración de cargos que jamás fueron probados en una extensión falsamente pretendida, y públicamente comunicada, sin el debido resguardo a la dignidad y la honra de mi persona".
Asimismo Ávila insiste en que estas son injurias mal intencionadas, que mantiene una intachable conducta en sus diez años de trabajo y que el caso le ha traído problemas a su familia y seres queridos. "Haré uso y ejercicio de todas las acciones que en derecho me corresponden para restablecer mi honra y mi reputación ante el descredito sufrido, como así mismo haré todo lo que esté a mi alcance para reparar todo el mal que se me ha causado", afirma el académico.
Pero el docente no está solo. El sumario da cuenta de las herramientas llevadas a cabo por la defensa de Ávila para liberarlo de las acusaciones. Algunas responden a testimonios de colegas docentes que destacan una conducta intachable a lo largo de sus años de trabajo. Otra, es una carta redactada por doce estudiantes y ex estudiantes que defienden al profesor. De los doce, ocho son mujeres. "Rechazamos todas las muestras de hostigamiento que se han observado durante los últimos días hacia el profesor Ávila. Todas estas manifestaciones conllevan un asesinato de la imagen del docente, jugar con la honorabilidad de su persona y son completamente injustificadas, toda vez que no se han comprobado los cargos de los que se le acusan".
Pero lo más sorpresivo y repudiable son los argumentos esgrimidos por el abogado defensor, Miguel Olivares Gómez, señalando en el documento redactado el 22 de diciembre de 2014 para responder a los cargos, que "El supuesto pánico que sufre la denunciante al ver al denunciado en la Fiscalía, no es comprobado como medio de prueba legal alguno, por lo que perfectamente podemos asumir que se trata de una puesta en escena para perjudicar al académico, ante los ojos de la Fiscal, aún antes de que este preste su primera declaración indagatoria".
La defensa no sólo pone en duda la veracidad de las reacciones de la estudiante al toparse con el profesor durante el proceso de sumario, acusándola de realizar "una puesta en escena", sino que además minimiza de manera brutal el abuso de poder que se ejerce detrás de este caso de abuso sexual, al señalar que "No se puede comprender, no encuadra ni siquiera con la supuesta situación de acoso, la reacción excesiva de la demandante ante la presencia del académico sumariado".
En Historia, la misma Historia
En la escuela de Historia de la misma universidad el panorama se repite. Si bien los y las estudiantes no han paralizado, sí se mantienen organizados luego que en marzo de este año se masificara entre los alumnos el sumario que en 1998 se levantó contra el profesor Leonardo León por abuso sexual contra la estudiante M.R. Esto, sumado a la renuncia de León a su cargo de Director del departamento de Historia de la Universidad de Chile en medio de la investigación contra Fernando Ramírez, acusado de abusado sexual por la estudiante de Historia, María Ignacia León; caso aparecido en febrero en The Clinic y publicado vía online en marzo de este año. (Hoy Ramírez está desvinculado de la casa de estudios, luego de la determinación de un sumario interno).
Asimismo, el 31 de marzo, Paula Godoy, ex estudiante de Leonardo León, emitió una publicación en la que levantó nuevas denuncias contra el profesor, "En julio de 2004, después de una actividad, nos topamos en la micro León y yo, íbamos hacia Quinta Normal, mientras me pregunta si tengo una vida sexual activa, yo quedé roja, con pánico, le dije: Profesor, lo que anda preguntando, me sonreí nerviosa. Me tomó la mano y me dice: ¿quieres aprender a tener buenas cachas? Bajémonos aquí, hay varios moteles, donde te puedo enseñar", aseguró la hoy historiadora, en un documento que emitió desde su cuenta personal de Facebook.
Todos estos antecedentes, impulsaron a los estudiantes de la escuela de Historia de la Universidad de Valparaíso a tomar medidas para no dejar impune los actos del profesor, que a fines de los noventa sólo fue sancionado con 30 días de suspensión de su cargo y una multa del 20% de su sueldo, pese a que la investigación sumarial acreditó que el docente habría mantenido relaciones íntimas con estudiantes desde 1996, además de "contacto de índole sexual en su oficina".
Por estos días, los estudiantes de Historia se mantienen alerta. "Hicimos actividades para enfrentarlo (a León) pero el tipo presentó licencia médica y así ha estado desde entonces. Pero armamos una comisión investigadora para recopilar antecedentes y poder llevar adelante un nuevo sumario administrativo", afirma Fany Valladares, vocera de la Vocalía de Género y Sexualidad de la Universidad de Valparaíso.
[caption id="attachment_79215" align="alignnone" width="550"] @theclinic[/caption]
"Como Federación hemos intentado posicionar la necesidad de que se construyan protocolos internos pero que sean para todas las universidades en torno a los acosos sexuales. Hoy en día los protocolos solamente se refieren a faltas administrativas pero no a los acosos sexuales efectivos o a los problemas que se dan entre profesores y estudiantes. Nosotros esperamos que se sancione y se expulse a los profesores que realizan acoso" asegura Vergara.
La estudiante Leslie Toledo, denunciante de Antonio Ávila, lamenta que recién hoy, ya habiendo pasado más de un año y medio desde lo ocurrido, el tema empiece a despertar interés tanto de los medios de comunicación como de sus compañeros y compañeras de facultad y de la Federación. "Esta denuncia estuvo entre cuatro paredes y recién hace un mes salió a la luz" cuenta la joven, y es enfática en exigir que los medios que cubran la noticia, sean rigurosos "No fue un 'presunto abuso'. No fue sólo un intento de seducción ni un beso frustrado, hay un abuso de poder y una agresión sexual. Desde ese punto de vista, creo que no importa de qué fue lo concreto que ocurrió", argumenta Toledo.
Desde eldesconcierto, intentamos contactar durante estos días al profesor Antonio Ávila, sin embargo no obtuvimos respuestas de su parte.
Leslie cursa hoy su último año para graduarse de socióloga de la Universidad de Valparaíso. Una carrera que se truncó durante un tiempo, pero que hoy la joven está volviendo a retomar. Una carrera que implicó, de manera paralela, otra carrera a la que nunca pensó entrar, una carrera que exige mayor coraje y perseverancia, una carrera que tanto ella como sus compañeras, compañeros y docentes que la apoyan, están llevando a cabo para expulsar de manera definitiva al docente y sus redes de protección, y levantar así un precedente que aporte a la formación de una educación libre de abusos sexuales y de poder.
- Cabe mencionar que por petición de la estudiante Leslie Toledo y del Centro de Estudiantes de la carrera de Sociología, se omitieron los detalles del episodio de acoso sexual al que remite el caso.