Ya han pasado cinco meses desde que se impulsara un sumario en contra de Fernando Ramírez, académico de la Facultad de Humanidades y Filosofía de la Universidad de Chile, luego de que la estudiante María Ignacia León, de 21 años, denunciara que él la había acosado sexualmente.

Los hechos fueron expuestos por la estudiante también en un reportaje publicado por el semanario The Clinic, lo que la ha llevado a recibir comentarios negativos por parte de alumnos fieles al profesor, así como también el respaldo de la comunidad estudiantil y, de manera más escueta, de algunos profesores/as.

"No queremos más acosadores en la universidad, queremos la desvinculación de Fernando Ramírez de la Universidad de Chile. No aceptaremos que se tomen más decisiones sin nosotras/os", decía la convocatoria de parte de la Secretaría de Sexualidades y Género FECH y otras organizaciones de la Facultad a la concentración que se hizo ayer en contra del profesor.

En entrevista con eldesconcierto.cl, León nos habla de cómo han sido estos días, del escaso apoyo que ha tenido por parte de los/las académicos (as) y de cómo su denuncia ha impulsado que otras compañeras e historiadoras que han sido víctimas de acoso hagan lo mismo. Además, dice no haber tenido ninguna clase de contacto con Ramírez más que el hecho de que unos amigos suyos se lo toparan en un supermercado cerca de su Facultad, pese a que el docente no ha dejado de realizar clases.

A partir de la difusión que tuvo el caso la semana pasada ¿Has recibido apoyo por parte de autoridades académicas?
-No, sólo declaraciones de compañeros de magister de la Usach. De hecho, los profesores que se me han acercado han sido casos muy puntuales, y en específico algunos que desde el año pasado me han estado ayudando a sobrellevar la situación. Pero apoyo de académicos o que se me acerque la decana, nada.

¿Qué hay de rectoría o la vicerrectora?
-Nada. Lo único que han hecho es sacar una declaración desde el decanato para defenderse de lo que publicó el The Clinic. Una declaración que además me nombraba seis veces. Si quieres hablar de lo que estas haciendo mal, claramente no estás protegiendo a la víctima con algo así. Y esto solamente lo hacen para defenderse porque un diario escribió sobre lo mal que lo han hecho. A la Decana me la encontré el lunes y estaba muy a la defensiva, no me preguntó nada sobre "qué dijiste, qué hiciste", no me dijo nada. Como decanato ellos sacaron esta declaración, pero conmigo nada. Más que nada he tenido el apoyo de compañeros.

¿Qué opinas de los casos que aparecieron luego del tuyo? Específicamente el de Paula Godoy denunciando a Sergio Grez y a Leonardo León, y al de Macarena Orellana denunciando también a este último.
-El de Macarena lo vi ayer. Lo de León es una cosa que para nosotros como estudiantes es secreto a voces, sabíamos que él fue suspendido unos años por un caso parecido en la Universidad de Vaparaíso, además también lo echaron de la Arcis. Es un tipo conocido por ser un rancio, a nadie le tomó muy por sorpresa, y en ese sentido es súper rico ver que esto está explotando, que ha servido de algo.

¿Cómo crees que les ha ayudado tu denuncia?
-Yo en un inicio quise denunciar no para que pasara todo lo que está ocurriendo ahora, mi intención era más bien dejar de alguna manera una bandera de aviso: "Este profesor es así, la estudiante que vaya a tomar clases con él que lo haga sabiendo esto". Nunca pensé que iba a pasar algo, además que siempre me advirtieron sobre todo los académicos del departamento: "No, para qué lo vas a denunciar, lo único que vas a lograr es que te anden indicando con el dedo". Al final sólo lo hice por mis compañeras, porque empecé a darme cuenta que yo no era la primera ni iba a ser la última.

¿Te han apuntado con el dedo?
-Apañe he sentido mucho, hasta de apoderados del colegio al que yo iba... pero el año pasado fue más complicado. Obviamente hay gente dentro de la facultad que defienden a este tipo: estudiantes, incluso mujeres y parte de los tesistas que él tenía. Yo en verdad no sé cómo algunos piensan que la persona que denuncia esto quiera ganar algo o quiera inventarlo, me parece ridículo. No sé si conocerán bien mi situación, pero yo renuncié a una ayudantía donde ganaba plata. En todo lo que yo he hecho he perdido caleta, pero están en la posición de que yo quiero sacar algo con esto, lo que no tiene ningún sentido.

¿Te afectan estos comentarios?
-Obvio que afecta mucho leer esas cosas, por mucho que sea gente que no conozco, que no me interesa conocer y a quienes encuentro vacíos de mente. Además siguen a un tipo que está comprobado -y hay documentos oficiales que lo acreditan- que era sapo en dictadura. En general, la gente que era más odiosa el año pasado, de a poco se ha arrepentido de sus dichos y se ha ido alejando de la relación definitiva con él. Es poca la gente que se quedó con él, si es que hay, porque el respaldo en Facebook tampoco vale mucho.

¿Crees que lo están protegiendo?
-Sí, totalmente. Nadie se ha comunicado conmigo y es ridículo porque esta cosa se sabe desde hace tiempo. Esto a Vicerrectoría le debió haber llegado mucho antes a que apareciera lo del The Clinic. No tendría sentido que recién ahora se pronunciaran tampoco. Si lo hacen sería porque les da miedo que se ensucie el nombre de la Chile, pero obvio que es chocante la situación porque, más que defenderlo y decir que es inocente, esto es no hacer nada. Y no hacer nada te hace cómplice igual.

¿Cuál te parece que es la importancia de denunciar estos casos?
-Yo creo que sobre todo aporta a dejar de normalizar ciertos comportamientos. Siento que por lo menos a nivel de mi facultad hay demasiadas actitudes, formas de ser y tratos de los profes que teníamos naturalizados. Para eso ha ayudado la denuncia, para empezar a entender qué es acoso. A mí misma me costó llamar "acoso sexual" a lo que sufrí porque no sabía lo que era, si no fuese por la asesoría de mis compañeras que estaban más formadas en teorías de género, yo no hubiese tenido idea de que el hecho de que se metieran en mi vida amorosa, con mis parejas o que le preguntaran a una persona sobre su primera vez era acoso sexual, yo no tenía idea.