Ericka Ñanco, candidata constituyente por La Araucanía: “Los recursos que se gastan en militarización deberían ir a la CONADI y al Sename”
El día martes a las 11 de la mañana cuando Ericka Ñanco llegó al punto de prensa frente a la Intendencia en Temuco, donde se supone que las candidaturas del distrito 23 a la Convención Constitucional de Apruebo Dignidad presentarían sus principales ejes programáticos a los medios, se encontró con que el mismo lugar había una protesta de APRA (Agrupación para la Paz y la Reconciliación en La Araucanía).
La manifestación se trataba de poner pantalones de jeans en el piso y llamar al gobierno a “ponerse los pantalones”. “Algo completamente machista, por lo demás”, comenta Ercika Ñanco a El Desconcierto. “Se pusieron a atacarnos directamente. Nos pegaron, nos empujaron, fueron súper violentos. Eso demuestra el clima de tensión que hay aquí, porque justo estaba la visita del ministro del Interior, mientras el Presidente Piñera anunciaba más militarización para La Araucanía”, agrega la representante de la Asamblea de Mujeres de Ngulumapu.
-En ese contexto y luego de lo que te pasó, ¿qué opinión te merecen las declaraciones de Sebastián Piñera y el “acuerdo transversal” que propone como solución?
-Es terrible, porque aún estamos en pandemia. El virus no se ha acabado, falleció mi abuelo recién el domingo pasado de COVID-19. Es una situación que da mucha rabia, impotencia y pena, porque hoy estamos viviendo una crisis sanitaria donde los recursos estatales deberían enfocarse en la salud pública. Los hospitales están colapsados, la gente se está muriendo, y frente a eso molesta que la decisión del Presidente sea gastar miles de millones de pesos en armamento policial para seguir militarizando una zona que lo único que busca son respuestas políticas.
-¿Crees que ha aumentado la violencia en el último tiempo?
-Claro que ha aumentado, y en el mismo período -y ante esta violencia por parte de los agentes del Estado- también han aumentado las comunidades que se han levantado para exigir la devolución de sus tierras, sobre todo en el sector de Nueva Imperial donde vivo. Como te comentaba, falleció mi abuelo el domingo, él era lonko de mi comunidad, y quienes estuvieron presentes a pesar del COVID-19 y con las medidas sanitarias respectivas, fue la gente precisamente de una de las comunidades que están en toma, y que Carabineros allanó el día martes.
No pudimos hacerle una ceremonia como correspondía por el contexto, pero igual pudimos despedirlo y sentir el apoyo de las comunidades que llegaron. Nos hacen ver desde afuera que estamos buscando conflictos, pero la solidaridad entre el pueblo mapuche existe y es muy bonito vivirla en estos momentos.
-En ese sentido, ¿cómo ha reaccionado el pueblo mapuche ante la ofensiva del gobierno?
-Mira, por ejemplo, el lunes varias comunidades levantaron un recurso de protección para defenderse de estos ataques y responsabilizar a CONADI como institución gubernamental, para que realmente actúe en favor de las comunidades, con la compra de las tierras que es lo que se exige. No puede ser que el único organismo que se encargue de los asuntos indígenas no esté funcionando bien, y que sea una de las instituciones peor evaluadas junto con el Sename. Para allá deberían irse los recursos que hoy se están gastando en militarización.
Las comunidades están respondiendo en el marco de las posibilidades que tienen dentro de lo legal, y también tomando acción en lo territorial.
- ¿Cuál es el perfil con que ustedes identifican a quienes pertenecen a APRA?
-Un claro ejemplo que mostró cómo son dentro de ese grupo fue el paro de los camioneros el año pasado. En APRA son capaces de dejar a la población completa sin alimentación por solventar sus intereses personales. Estábamos en plena pandemia y estaban todos los locales desabastecidos de comida. Ellos llamaron a hacer un paro de camiones, que son el único medio de transporte para trasladar los alimentos, y hubo un montón de personas que se quedaron sin recursos económicos, pequeños agricultores -no los de APRA- perdieron toda su mercadería con eso.
Y mantuvieron su postura aun viendo que la población no tenía qué comer, mientras la gente se moría de COVID-19 con los hospitales colapsados, con apenas personal médico suficiente. Esto demuestra los intereses que ellos tienen, y que no buscan una solución real a los problemas sociales.
-¿Qué te parecen las declaraciones del ministro de Interior cuando dice que su encargo será enfrentar a “estos delincuentes”?
-Es una manera muy racista de ver la realidad. Ellos acostumbran a tratarnos a los mapuche de terroristas y delincuentes. Es el concepto clasista y racista que tienen ellos para referirse a los mapuche y a la gente pobre.
- ¿Crees que esta violencia puede opacar de alguna forma el proceso constituyente que estamos viviendo?
-Creo que la gente con mayor razón debería querer cambiar la Constitución. El Presidente está haciendo hoy lo que hace porque precisamente la Constitución actual se lo permite. Vivimos prácticamente en una monarquía presidencial. Esa figura no debería tener tantas atribuciones y el poder debería repartirse, porque si no puede hacer y deshacer como quiere. Tal vez hablar de un parlamento unicameral también, porque sabemos que las dos cámaras lo único que hacen es hacer más lentos los trámites burocráticos que significan impulsar nuevas leyes.
-¿Crees entonces que una nueva Constitución podría ayudar a solucionar el conflicto en La Araucanía?
-Sí, totalmente. Obviamente no es la única forma en la que se pueden solucionar las cosas, pero yo soy mapuche y creo en la Constitución como una manera para cambiar la realidad del territorio. Claramente no será de un día para otro, ni siquiera una vez que esté escrita la nueva Constitución vamos a quizás ver cambios tangibles en el trato hacia nuestra gente, pero es un gran paso que hay que dar.
Además, tenemos que pensar en policías que sean democráticas, que tengan escalafón único, porque así permitimos que estas instituciones jerarquizadas fomenten la participación de los sectores más vulnerables. Necesitamos refundarlas, y que sean policías que estén capacitadas en Derechos Humanos. Esto debería ser un tema primordial a tener en consideración al escribir una nueva Constitución, y así también les quitamos poder a quienes hoy nos están atacando, que también provienen de nuestro mismo pueblo a veces. En la mayoría de las familias mapuche existe alguien uniformado, por lo que hay que estar consciente de esa realidad también.
-En esa misma línea, ¿qué te parece que es importante dejar establecido en una nueva Constitución?
-Bueno, la plurinacionalidad es algo que debería estar sí o sí, con una Constitución que reconozca a los distintos pueblos que habitamos en Chile, con prácticas culturales, socioeconómicas, políticas, etc.
Es necesario que se reconozca también que existen diversas formas de vida en nuestro planeta, y a raíz de ese pensamiento hay que declarar a nuestros bienes comunes como parte primordial del desarrollo de nuestras vidas. El agua, por ejemplo, porque la Constitución fomenta la privatización de este recurso y no nos permite acceder a ella, siendo que es un derecho humano ratificado por Chile. Hay que buscar una forma de economía diferente a la que tenemos, apuntar hacia un nuevo modelo es fundamental para deshacer un poco las desigualdades que hoy vemos.
-Siendo mapuche, ¿por qué decides postular a la Convención Constitucional al alero de un partido en vez de buscar uno de los escaños reservados?
-Porque, como mapuche, yo no quiero competir contra mis lamgen. Los escaños reservados ya van a llevar mapuche a la Convención, entonces ya esos cupos están asegurados, y yo quiero competir contra quienes no son mapuche porque así también aumentamos la posibilidad de incidencia de nuestro pueblo en el órgano constituyente, considerando que los escaños que nos dieron son muy pocos. Nosotros pedíamos por lo menos el 10% por lo menos, proporcional a la cantidad de población mapuche que hay en el país. Hoy tenemos solo 7 escaños, lo que es poquísimo para llegar a lograr cambios reales para los pueblos originarios, mapuche en este caso.
Otra razón es que nuestro foco también es hacer un programa que sea transversal, no solo que cubra las demandas del pueblo mapuche, sino también las demandas de la población oprimida. Para las y los chilenos pobres, campesinos, que no han tenido acceso a la educación, por ejemplo. Yo estudié en escuela rural, tuve que salir del campo a la ciudad para perfeccionarme en otras áreas, y esa realidad la viven muchos jóvenes, que se ven obligados a dejar sus hogares para “poder ser alguien”.