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Cinco razones para visitar el norte de Argentina
Imagen cedida

Cinco razones para visitar el norte de Argentina

Por: Paula Flores | 30.09.2025
Salta y Jujuy son fieles exponentes de una región que combina tradición, dos trenes que recorren paisajes épicos, cerros de colores, gastronomía y vinos de altísima calidad, entre muchas variables para ver y disfrutar.

La región del Noroeste argentino incluye seis provincias: las mencionadas Salta y Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, La Rioja, Catamarca. Aunque, este itinerario se centrará en las dos primeras, dos provincias vecinas reúnen algunos de los paisajes más impactantes del país.

Desde Santiago de Chile, llegar a esta región es más sencillo de lo que parece. Aerolíneas Argentinas ofrece vuelos promocionales a Buenos Aires a partir de 272 dólares tarifa final ida y vuelta, vigentes para la venta hasta el 30 de septiembre. Además, está la posibilidad de sumar un tramo adicional a Salta, Jujuy u otros destinos del país desde 50 o 100 dólares más.

Si el arribo es en Salta, el Aeropuerto Internacional General Martín Miguel de Güemes está a 11 kilómetros del centro y se puede llegar en taxi en un viaje de 20 minutos. En cambio, arribando al Aeropuerto Internacional Gobernador Horacio Guzmán que se encuentra a 32 kilómetros aproximadamente de San Salvador de Jujuy, el traslado al centro toma media hora. En ambos casos, el acceso a la ciudad es rápido y permite comenzar el viaje por estas dos provincias que concentran algunos de los paisajes y culturas más representativos de la región. A continuación, un recorrido por cinco experiencias del norte argentino.

El Tren a las Nubes: una travesía por la puna salteña

Ubicada en el noroeste argentino, al pie de los cerros, la ciudad de Salta encanta con su cuidada arquitectura colonial y la calidez de su gente. Luego de degustar la gastronomía típica, se puede emprender el recorrido en el Tren a las Nubes, que inicia a primera hora de la mañana en bus por la Ruta Nacional 51, atravesando la Quebrada del Toro. En el trayecto se realizan paradas en Campo Quijano, un pueblo conocido como el “Portal de los Andes", y luego en El Alfarcito, donde se sirve un desayuno campestre con productos locales. El ascenso continúa por parajes de la puna salteña hasta llegar a San Antonio de los Cobres, un pueblo ubicado a 3775 metros de altura. Desde allí parte el tramo ferroviario del Tren a las Nubes, que recorre unos 18 km hasta alcanzar el Viaducto La Polvorilla, una imponente estructura ubicada a 4.200 metros sobre el nivel del mar. En el camino de vuelta, el bus se detiene en Santa Rosa de Tastil, para conocer el Museo del Sitio.

Noche salteña: entre guitarras, vino y tradición

Al final del día, cuando el sol se esconde detrás de los cerros y la ciudad comienza a iluminarse con faroles coloniales, no hay plan mejor que ir a cenar a una peña folklórica. Más que un espectáculo, las peñas son espacios donde la tradición se comparte entre guitarras, bombos, copas de vino y platos típicos como empanadas, tamales y locro. Si bien en muchas de ellas se presentan músicos locales, no es raro que cualquier visitante se anime desde la mesa a cantar o se sume con algún instrumento. La calle Balcarce, una de las principales, se transforma en peatonal los fines de semana. Allí destacan peñas como La Vieja Estación y, fuera del circuito céntrico, el histórico Balderrama, que mantiene su mística como uno de los íconos de la noche salteña, y La Casona del Viejo Molino, que conserva el encanto de la arquitectura tradicional y ofrece espectáculos con música en vivo.

Cafayate, el paraíso del vino

Al sur de la ciudad de Salta, a casi tres horas de viaje por la Ruta Nacional 68, el paisaje se transforma en una sucesión de formaciones rocosas y valles rojizos. Además de atravesar la Quebrada de las Conchas, con paisajes y formas geológicas increíbles como el Anfiteatro, la Yesera, la Garganta del Diablo o la figura del Sapo, tallada naturalmente en la piedra. Al final del camino se llega a Cafayate, la tierra sagrada del buen vino salteño. Siendo un oasis de viñedos enclavados en los Valles Calchaquíes, Cafayate es sinónimo de buen vivir, gusto sofisticado, tranquilidad y descanso pleno. Allí, bodegas como El Esteco, Piatelli, o Bodega El Porvenir ofrecen visitas guiadas y degustaciones a los turistas. Pero si hay una razón que hace única a esta tierra, es el torrontés, la cepa blanca emblemática del norte argentino: fresca, aromática y perfecta para una tarde al sol.

Colores de Purmamarca

Concluida la etapa salteña, la aventura sigue más al norte aún, en la provincia de Jujuy. Desde la ciudad de Salta, el trayecto hasta San Salvador de Jujuy lleva unas dos horas en auto por las Rutas Nacionales 9. Desde allí, un desvío hacia el oeste por la Ruta Nacional 52 conduce, en poco más de una hora, a uno de los pueblos más encantadores del norte argentino: Purmamarca.

Ubicado al pie del Cerro de los Siete Colores, Purmamarca es una de las grandes imágenes de la región. Sus callecitas inigualables, la popular feria artesanal en la plaza central, la Iglesia Santa Rosa de Lima y el algarrobo histórico, el Paseo de los Colorados, el pintoresco cabildo y el nuevo mirador frente al icónico cerro son sólo algunas de las máximas de este increíble pueblo.

Además, una de las excursiones más emblemáticas es la que lleva a las Salinas Grandes, un inmenso desierto blanco de sal, ubicado a 65 km de Purmamarca y sobre la Ruta Nacional 52. Para llegar, se puede ir en auto o acompañados por un guía turístico, pasando por los paisajes panorámicos de la Cuesta de Lipán. Una vez en las salinas, el paisaje se vuelve surrealista y los visitantes suelen tomar fotos con efectos de perspectiva. Muchas excursiones incluyen paradas en miradores naturales, y algunas permiten visitar piletones de extracción de sal.

Por la Quebrada de Humahuaca

A solo 40 minutos al norte de San Salvador de Jujuy comienza la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. El recorrido inicia en el pueblo de Volcán, también cabecera del moderno Tren Solar de la Quebrada, el primer tren turístico de Latinoamérica impulsado por energía solar.

Inaugurado en 2024, este servicio recorre 42 kilómetros entre cerros y pueblos andinos, con paradas en Tumbaya, Purmamarca, Posta de Hornillos, Maimará y Tilcara, una de las localidades más visitadas de la región. Al respecto, Juan Cabrera, presidente de la empresa, comentó: “El Tren Solar de la Quebrada no es solo un medio de traslado: es una experiencia única para descubrir la Quebrada de Humahuaca desde otra mirada, más pausada, respetuosa de la naturaleza, profundamente ligada a la cultura local y con propuestas que enriquecen cada visita. Lo especial está en múltiples aspectos que trascienden la innovación y la sostenibilidad, vinculandose con la conexión con el paisaje, la cultura y la recuperación de la identidad de los lugares". Además, el ejecutivo destacó que, a los recorridos regulares, se suman “experiencias diferenciadas como Cielo en Movimiento, un viaje nocturno guiado por astrónomos para contemplar uno de los cielos más puros del mundo".

Desde Tilcara y ya habiendo bajado del tren, la ruta lleva hacia Humahuaca, la localidad más grande del valle y punto de partida para visitar el Hornocal, también conocido como la Serranía de los 14 Colores. A más de 4300 metros de altura, este paisaje multicolor es uno de los tesoros naturales más impactantes del norte argentino. Se recomienda subir liviano y con agua, ya que la altura se siente.

Tanto en Salta como en Jujuy, la lista de paisajes y experiencias es interminable. Y más allá de los circuitos tradicionales, cada pueblo guarda historias y sabores que invitan al viajero a explorar cada uno de ellos. Por eso, aquellos que deseen conocer más sobre cada una de estas propuestas, pueden consultar en Visit Argentina, la plataforma oficial de turismo del país.