
Helia Molina y proyecto de aborto: "Los hombres no nos pueden venir a imponer, las mujeres tenemos un derecho"
La semana pasada, el gobierno envió al Congreso el proyecto de aborto, iniciativa que busca transformarse en una ley de interrupción voluntaria del embarazo con plazos establecidos, esto es hasta las 14 semanas de gestación como máximo.
Y que en nuestro país ha encontrado un férreo rechazo en la oposición, desde donde varias voces se han mostrado contrarios a la existencia de esta normativa regulatoria de la gestación.
Qué piensa de esta idea legislativa la diputada del PPD y exministra de Salud, Helia Molina, es lo que comenta en entrevista con El Desconcierto, apuntando a la necesidad de abrir el debate, independientemente de cómo esta sea recepcionada entre los parlamentarios.
“Los proyectos de ley pueden tratar distintos aspectos, es cierto que la contingencia puede ser muy grande por las licencias médicas, o por distintas razones” como las “listas de espera, pero no se puede eludir la discusión entre temas que son sustantivos para definir qué pasa en un país", recalca la parlamentaria.
"No es aborto libre"
Y advierte acerca del alcance del proyecto. "El aborto legalizado no es aborto libre", dice al tiempo que recalca que "por supuesto" que "el aborto legalizado con marcos claros, es un derecho de salud sexual y reproductiva de las mujeres, y prácticamente el 95% de los países del mundo tienen aprobada la legalización del aborto, no somos pioneros de nada".
"Somos de los últimos en discutir el tema", asegura.
Respecto de su tránsito legislativo, la parlamentaria oficialista destaca que "el proyecto ingresa al Congreso, se va a una comisión técnica que en este caso va a ser la Comisión de Mujer, después va a pasar a Salud".
"Tenemos que discutirlo, tenemos que invitar expertos, hacer estudios comparativos con nuestros países", sostiene luego al tiempo que detalla que "este proyecto se ha basado bastante en la ley de legalización del aborto alemana. En contra o a favor, creo que igual hay que discutirlo. Uno no puede mandar un proyecto de ley solo porque porque está seguro que va a ganar, o no lo manda porque va a perder".
Creo, complementa, "que las discusiones hay que darlas, probablemente esta no va a ser una ley que se va a alcanzar a votar en este gobierno". Pero creo que podemos partir de la discusión, "y tomar la petición de miles de mujeres, además es un problema de salud pública".
"Yo soy médico, y como médico me ha tocado ver, desde que soy bastante más joven, las terribles consecuencias que pueden tener los abortos clandestinos hechos por patudos que se hacen pasar por trabajadores de la salud, y que le cuesta anualmente vidas a muchas mujeres", dice agregando que además, esta mala práctica también se puede traducir en una afectación a la fertilidad posterior de quienes deciden interrumpir su embarazo.
Entonces, releva, estamos frente a "un problema de salud pública", que se inserta en una realidad donde "hay varios miles de abortos clandestinos cada año en Chile".
A ninguna mujer le gustaría abortar
Profundizando en su postura, la parlamentaria del PPD apunta luego a que el aborto no es una elección a priori de nadie. "Ninguna mujer que yo conozca, por lo menos, en mi larga vida (…) no he escuchado decir que le gustaría hacerse un aborto".
Y tampoco, complementa, "ninguna mujer piensa que tener una legalización del aborto significa promover el aborto, por ningún motivo".
"¿Quién va a promover el aborto? ¿Quién va a decir que a las mujeres nos encanta hacernos abortos? Esas son tonteras. Cada persona tiene su libre albedrío para tomar una decisión. Si es católica y respeta 100% los mandatos de su iglesia, judía, musulmana, o evangélica, eso es un tema individual", releva Molina.
Además, asegura, "los políticos y las políticas deben ser para todos, independiente de los credos de distintas características de la población".
Entonces, comenta, "a mí me parece de lo más correcto, porque esto no va a ir hoy día a la sala. El primer trámite legislativo es bastante largo. Creo que la discusión hay que darla, no creo que uno no tenga discusiones porque resulta que hay un problema en seguridad, o con las licencias médicas o la pensión de adultos mayores".
El divocio era pecado...
"Creo que el problema siempre coexiste, pero eso no quiere decir que no sigamos discutiendo temas. Acuérdese usted que no hace más de 20 años el divorcio acá era considerado un pecado, o sea nadie de la derecha votaba a favor del divorcio, ahora la mitad están divorciados", dice luego al ser consultada por la postura de la oposición frente al aborto".
En esta misma línea discursiva comenta que, "muchas cosas que en un momento parecen ser, 'uuuuy, no, ¿cómo se le ocurre?, en Chile no hacemos eso', después se transforma en algo que es absolutamente de aceptación de todas las personas".
Y yo creo, insiste, "que esto hay que discutirlo, hay que analizarlo, hay que conversar con las organizaciones, la sociedad civil, con los académicos, con la sociedad científica, en fin".
"Esos son los referentes para que los que hacemos las leyes nos basemos en evidencia", detalla.
Además, la demanda por una ley de aborto, destaca, "es bastante transversal en la población, todas las encuestas que se han hecho sobre aprobación o no del aborto, son de alta mayoría en la población. Otra cosa es lo que dicen los partidos de extrema derecha o de derecha muy dura, porque es parte de su dogma general".
"Pero en la población, en las mujeres, independiente que después vayan a votar por un republicano o por un liberal de cualquier tipo, tienen su posición de que tienen derecho a decidir sobre su cuerpo. Nadie más puede decidir sobre nosotros, que nosotros mismos", recalca Molina.
Piensan que somos útero y pechuga nomás
- Y no siente que hay un poco de paternalismo ahí...
¡Machismo! Probablemente, porque normalmente como la concepción ancestral que tienen muchos hombres de las mujeres es que somos útero y pechuga nomás, que nosotros estamos para tener hijos, criar hijos, cuidar la casa y todo lo demás... es raro y son ideologías perversas, lo he escuchado de políticas.
Entonces por eso no me extraña, porque en realidad casi en forma bastante transversal.. el machismo no tiene color político, machistas son aquí y en la quebrada del ají. Y el hombre se puede dar vuelta cuando la mujer le dice, ‘estoy embarazada." Y el gallo se va y no vuelve nunca más, pero está contra el aborto.
Yo tengo cinco hijos, jamás me habría hecho una aborto porque soy pediatra, jamás. A no ser que hubiera sido por las tres causales o algo así, porque no está en mi naturaleza, porque yo soy privilegiada y los podía alimentar y criar.
Pero no es la situación de todas las mujeres. Hay mujeres que tienen hijos que trabajan todo el día, que no tienen ni para comer y quedan embarazadas.
Y no tienen ninguna posibilidad de poder tener otro hijo. Ahora, es verdad que hay métodos anticonceptivo y son bastante bien utilizados en Chile. En Chile el problema del aborto es importante, pero no es como en nuestros países, por supuesto que no.
Pero quiero decir que si tenemos una política de prevención del embarazo buena, hasta tenemos pastilla del día después, no todo el mundo alcanza ni siquiera el nivel de información muchas veces para ir a buscar una pastilla del día después, o simplemente se le pasó, no le hizo efecto el anticonceptivo. Entonces, ¿por qué no va a poder decidir?
Ahora, en la ley se (establece) que hasta las 12 semanas se va al consultorio, y se va a tratar con medicamento.
Pasadas las 12 semanas y hasta las 14, hasta ahí no más llega la ley. Porque ahí el feto no tiene sistema nervioso formado ni nada. Entonces, a las 14 semanas tienen que ir al hospital.
"Yo también soy pro vida"
Retomando el tema de la oposición a esta ley, ejemplifica con una expresión característica de quienes asumen esta postura en Chile. "Yo no puedo ser más, entre comillas, ‘pro vida’. Y resulta que cuando alguien discute sobre el aborto dice, 'no, yo no estoy de acuerdo porque soy pro vida' Yo también soy pro vida. Me he dedicado la vida entera a salvar vidas, a atender recién nacidos, a estar en servicio de urgencia, ¿cómo no voy a ser pro vida yo?", cuestiona apuntando a este argumento.
Que a renglón seguido confronta. "Pero otra cosa es decir, 'yo soy pro vida', pero al final de cuentas me importa un comino lo que pasa con ese niño o esa niña si es que el embarazo no termina. Entonces, me parece de un doble estándar ese tipo de comentarios..."
"'Soy provida', pero no aceptan que aumente el sueldo vital, no aceptan que salga una reforma de pensiones, no aceptan que haya sala cuna universal. O sea, en todas las cosas que realmente son pro vidas están en contra, pero para el aborto ahí son pro vida", dice.
Aborto vs crisis de natalidad
Consultada luego por este proyecto, pensando en la bajísima natalidad que tenemos en Chile, Molina es categórica.
"Usted le va a decir a las mujeres, ‘mire, tenemos poca natalidad, así que ustedes tienen que tener la guagua, les guste o no les guste, quieran o no quieran. Se haya ido o haya desconocido el macho que las embarazó su paternidad, aunque (el hijo) esté abandonado, aunque no tenga ni para comer, pero usted tiene que aumentar la natalidad...", cuestiona.
No, pues, sostiene. Porque "para aumentar la natalidad, lo primero que se tiene que hacer es generar políticas de protección social, que estimulen a la mujer a a tener hijos porque sabe que va a estar protegida, que va a tener sala cuna, que va a tener buena salud, que va a tener derechos laborales, que va a tener un buen postnatal", recalca.
"O sea, eso es para mejorar la natalidad pero eso no significa... entonces las mujeres siempre salimos para atrás, no poh, esa cuestión es esclavitud", dice.
Lo importante es discutir con altura de mira
Y en caso contrario, en Mejor Niñez, antiguo Sename, hay muchos niños viviendo en condiciones de alta vulneración. Si tuviéramos una ley de aborto como el proyecto que se presentó, tal vez se podría al menos disminuir el drama que vemos cotidianamente en casas de acogida del Estado, le planteamos a la parlamentaria.
"La cantidad de guagüitas que están ingresando a Mejor niñez tiene que ver con embarazo adolescente, embarazos en drogadictos y drogadictas a los que no les interesa (ser padres), quieren botar la guagua, o simplemente las guaguas tienen síndrome de abstinencia porque sus padres eran drogadictos", comenta.
Porque hoy, además de los problemas que tenemos, dice, "el país no está preparado para eso, porque el Sename nace para los jóvenes que tienen problema con la ley, o sus padres tienen problemas con la ley". Ahora, recalca otra cosa "es cuando los jueces de familia dicen, ‘no puede estar con sus padres’".
"Son múltiples factores, creo que son realidades distintas. Lo que importa es que se discuta el tema con altura de mira, mirando la literatura internacional, lo que pasa en otros países", agrega.
Porque, "nosotros somos más buenitos que Francia, que España, que Italia, que Suecia, que Dinamarca, Finlandia, somos mucho mejor personas porque no aprobamos el aborto que ellos?", cuestiona.
Lo importante es que las mujeres podamos decidir
- Usted piensa que si se aprobara esta ley, esta ¿nos permitiría evitar algunas de estas situaciones de madres que quedan embarazadas situaciones muy vulnerables?
Claro que sí, pero creo que lo importante es que las mujeres tengamos el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.
Problemas con drogadictos siempre van a haber, a lo mejor no se dan ni cuenta que están embarazadas. Pero lo que quiero decir, que creo que las mujeres tenemos un derecho de salud sexual y reproductiva que no nos pueden venir a imponer los hombres.
No nos pueden venir a imponer ideas que no corresponden. Religiosas, por ejemplo, yo respeto enormemente a las religiones y a la religión católica, la religión judía, las respeto. Y hasta me gustaría tener una religión porque soy agnóstica, no soy creyente, pero otra cosa es que el país legisle de acuerdo a religiones.