La ministra del Interior, Carolina Tohá, se refirió a la petición de renuncia a la titular de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval, como una de las grandes repercusiones que dejó la fallida compra de la casa de Salvador Allende.

A modo de mea culpa, la secretaria de Estado manifestó a la prensa que “esto es algo que no debió haber sucedido, claramente. Por eso el Presidente ha tomado la decisión que se ha conocido en las últimas horas”.

“La salida no tiene que ver con un error, tiene que ver con una responsabilidad política”, añadió a la entrada de La Moneda.

Finalmente escudó a la ministra de Defensa y nieta del expresidente Allende, Maya Fernández, avisando que “la gestión de Gobierno está radicada en ese Ministerio (Bienes Nacionales) y el Presidente decidió hacer valer ahí la responsabilidad”.

Esto, porque el diputado de RN, Frank Sauerbaum, criticó que “es llamativo que el hilo se corte por lo más delgado como siempre en el gobierno. Nosotros nos preguntamos dónde está la responsabilidad política también de la ministra de Defensa, la principal beneficiaria, junto con la senadora Allende”.

“Además, demuestra esto un nivel de desconocimiento o simplemente alguien se quiso pasar de listo, trayendo un beneficio, cierto, que evidentemente era inconstitucional para un ministro de Estado y también para un parlamentario. A mí me extraña que el presidente de la República haya sido quien era el principal promotor de esta decisión”, añadió.

En tanto, desde el oficialismo el diputado PS Marcos Ilabaca expresó que “el nivel de desprolijidad en el proceso de adquisición de las compras de la casa del presidente Aylwin y del presidente Allende ha expuesto innecesariamente al gobierno y ha expuesto innecesariamente a una familia que nunca tuvo que haber estado involucrada en este conflicto”.

“El Presidente de la República le pida la renuncia a la ministra Sandoval me parece de toda lógica y correcta. Felicito la acción y ojalá que este tipo de errores no forzados se vayan terminando y no se vuelvan a repetir (porque) no es posible que una acción que me parece correcta, que es tratar de resguardar el patrimonio histórico de nuestro país como son las casas de los dos expresidentes, se haya transformado en un problema político producto de la falta de prolijidad”, complementó.