Rompiendo barreras: Mamás, derechos y discriminación laboral en Chile
En Chile se celebra el reconocimiento de los derechos maternales desde el primer día de un embarazo. Sin embargo, lamentablemente, muchas mamás enfrentan una cruda realidad: la discriminación laboral, especialmente aquellas con hijos menores de dos años.
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Según datos de la última Encuesta Nacional de Empleo (EFM 2024 ), más del 94% de las mujeres que están fuera del mercado laboral mencionan la crianza de los hijos o el cuidado de personas dependientes como la principal razón para no trabajar. Esto sugiere una desconexión preocupante entre la maternidad y la participación plena en el mercado laboral.
Esta actitud revela un profundo sesgo de género y una falta de compromiso con la equidad laboral. Las mamás que ya están trabajando a menudo enfrentan discriminación y dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar, viéndose obligadas a renunciar a oportunidades laborales o a sacrificar tiempo con sus hijos.
Es innegable que contar con protecciones para las madres es esencial, pero estos resguardos a menudo se convierten en una barrera para su inserción y permanencia en el mercado laboral. No estamos quejándonos de los derechos, estamos señalando la discriminación flagrante por parte de algunas empresas que muestran resistencia a contratar a mujeres en edad fértil o con hijos pequeños, temiendo licencias por maternidad y ausencias relacionadas con el cuidado de los hijos.
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Además, según un informe del Observatorio Laboral del Ministerio del Trabajo y Previsión Social de Chile, las mujeres con hijos menores de tres años tienen entre un 10% y un 14% menos de probabilidades de integrar la fuerza laboral en comparación al resto de mujeres con hijos en edad escolar o sin hijos.
Esto demuestra una clara discriminación basada en la maternidad, que no solo es injusta, sino que también perpetúa la desigualdad de género en el ámbito laboral. Por lo mismo, es momento de abordar este problema con seriedad. Las mamás no deberían ser penalizadas en el ámbito laboral por ejercer su derecho a la maternidad.
Las empresas deben adoptar políticas inclusivas que promuevan efectivamente la igualdad de género y la conciliación laboral-familiar. Esto implica ofrecer horarios flexibles, opciones de trabajo remoto cuando sea posible y programas de apoyo para el cuidado infantil.
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La maternidad no debería ser un obstáculo para el progreso profesional de las mujeres. Más bien, debería ser vista como una fuerza que enriquece a las empresas y a la sociedad en su conjunto. Las mujeres merecen oportunidades laborales basadas en sus habilidades y méritos, no en estereotipos o prejuicios. Esto no solo es un imperativo moral, sino también una necesidad para garantizar la verdadera igualdad de oportunidades en nuestro país.