Mil caras de Piñera, el outsider que puso a la derecha en La Moneda después de 50 años
“Era un demócrata”, “un estadista”, “una figura excepcional”, “político como pocos”. Estas son algunas de las frases que se han escuchado tras el fallecimiento del expresidente Sebastián Piñera, quien este martes perdió la vida en un accidente en helicóptero en el Lago Ranco.
Si bien en Chile es recurrente la frase “no hay muerto malo”, una cosa que nos recuerda las películas de Bong Joon-ho, director surcoreano ganador del Oscar por “Parasite”, es que la vida no se divide entre héroes y villanos, como tampoco nadie es tan bueno ni tan malo, sino que el ser humano es una escala de grises contradictoria donde muchas veces -como ocurre en las cintas de Joon-ho- el personaje que es el pelmazo, irresponsable y negligente de la historia, tiene un instante epifánico donde se viste de héroe para salvar la situación al final del día, para luego volver a ser el perdedor que siempre ha sido.
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Piñera es un buen ejemplo de esa contradicción humana, donde es admirado y odiado casi por partes iguales. Un outsider, un animal político que le permitió a la derecha chilena llegar al poder después de medio siglo. El mismo que tras el estallido social fue apuntado como violador de los derechos humanos por la misma persona que un par de años después lo describió como “un demócrata desde la primera hora”.
Los Piñera Boys
“Club Social Alumni Citibank” es el nombre del “club” de ejecutivos y empresarios que se formaron al alero de Piñera y que actualmente son parte de quienes dominan Sanhattan, denominación que se le dio al principal centro financiero de la capital de Chile.
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Así lo cuenta el periodista Sergio Jara en su libro Piñera y los leones de Sanhattan: “Piñera es el referente obligado de este grupo de ejecutivos y empresarios. Algunos forman parte de su primer gobierno como ministros y embajadores (…) Son influyentes entre sus pares y, tal como lo fue Piñera con ellos, ahora son los referentes de otra camada de ávidos banqueros de inversión y corredores de bolsa. La prensa lo sabe. Por eso los ha bendecido como la generación dorada del Citicorp y a veces los llaman “Piñera boys” o “Golden boys”. Ellos se reconocen de esa forma y celebran ser sus discípulos”.
[caption id="attachment_870565" align="alignnone" width="900"] Sanhattan/ Autor: Deensel.[/caption]
Sebastián Piñera era el tipo de empresario que “jubiló” a la vieja aristocracia chilena, -conservadora, pechoña y antiaborto-, para dar paso a los yuppie, ese ejecutivo joven progre, con mente de tiburón que dejó atrás las viejas oficinas cercanas a la Bolsa de Comercio y se trasladó a comunas del sector oriente, donde trabajaba y celebraba sus triunfos no precisamente en el Club de la Unión, sino que en fiestas en el Hotel W o en Zapallar.
Esa es la generación que formó Piñera. Un grupo de profesionales educados en las mejores universidades de Chile y el extranjero, que amasaron fortunas y redes de contacto en el mundo privado y que no le hace ruido que su mentor haya sido declarado reo luego de la quiebra del Banco de Talca.
Piñera, el líder incómodo de la derecha
"Hay una derecha a la que el personaje de Piñera le provoca urticaria, porque está en las antípodas de ese poder impersonal”, decía el periodista Mirko Macari en 2013 luego de la Cuenta Pública del mandatario.
Según el exdirector de El Mostrador, el empresario estaba lejos de la imagen de mandatario de talante autoritario y respetado por la ciudadanía, perfil con la que "se construye la imagen de los presidentes de Chile durante todo el siglo XX".
Por el contrario, el objetivo de Piñera era la de modernizar a la derecha, con una visión más liberal y global, acorde al siglo XXI, para que por fin ese sector se “destetara” de la figura de Augusto Pinochet y tuviera una mirada “innovadora, tolerante y alejada, por cierto, de las misas de día domingo”, como dijo el cientista político Claudio Fuentes.
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Sin embargo, para un sector del empresariado Piñera era visto con recelo, debido a que no era considerado parte de la aristocracia tradicional, como tampoco era fácil de controlar desde la billetera, ya que su fortuna le permitió costear de su propio bolsillo la campaña presidencial que lo llevó a La Moneda. Cabe recordar que en 2009, en plena campaña por el sillón presidencial, Piñera compró e importó desde Corea del Sur una impresora en PVC para hacer sus propias “palomas”.
[caption id="attachment_374943" align="alignnone" width="649"] Imagen de archivo[/caption]
El mismo año, el exdiputado y exsecretario general de la UDI, Darío Paya, trataba a Piñera de “imbécil”. Según un cable de la embajada de Estados Unidos en Chile, Paya le dijo a un diplomático estadounidense que “Piñera es un imbécil, pero es capaz de hacer el trabajo”.
En el mismo cable, dado a conocer por Wikileaks en 2011, Paya sostiene que “Piñera se preocupa sólo de una persona: él mismo”.
Pero el Piñera más incómodo para la derecha tradicional fue el que, ya siendo presidente, habló de “cómplices pasivos”, en directa alusión a sus compañeros de la UDI.
“Si buscamos responsables de lo ocurrido durante el gobierno militar y, particularmente, de los atropellos a los derechos humanos y la dignidad de las personas, por supuesto que hay muchos. Por de pronto, las máximas autoridades del gobierno militar, que sabían o debían saber lo que estaba ocurriendo. Pero no solamente ellos. Hubo muchos que fueron cómplices pasivos: que sabían y no hicieron nada o no quisieron saber y tampoco hicieron nada”, dijo Piñera en una entrevista a La Tercera en agosto de 2013.
De hecho, tras las declaraciones de Piñera, se comenzó a utilizar con mayor frecuencia el término “dictadura cívico-militar”, para dejar en claro que las Fuerzas Armadas fueron sólo un actor más en la dictadura de Pinochet.
Ese mismo año, y tras la polémica entrevista a Manuel Contreras -quien aseguraba que no estaba en prisión-, Piñera tomó la decisión de cerrar el Penal Cordillera, lo que fue visto como una traición por la “familia militar”.
“He tomado la decisión de cerrar el centro penitenciario Cordillera y trasladar a los internos al centro penitenciario de Punta Peuco”, dijo el exmandatario, medida que se concretó el 28 de agosto de ese año.
Tanto sus dichos sobre los “cómplices pasivos”, como la decisión de cerrar el Penal Cordillera, no dejaron indiferente a nadie. Mientras la izquierda estaba sorprendida por la postura de Piñera, la derecha no pudo ocultar su molestia e incomodidad.
Incontinencia bursátil
Para que Piñera pudiera llegar a La Moneda en 2010, tuvo que establecer un fideicomiso ciego para no tener conocimiento de sus inversiones mientras ejercía el rol de Presidente de la República y así evitar conflictos de interés.
Sin embargo, el 21 de julio de 2010 un artículo del Financial Times revelaba que el mandatario tenía en su oficina de La Moneda un terminal de Bloomberg, lo que le permitía ver cómo iban sus inversiones. Pese a que la compañía estadounidense envió una carta a la Secretaría de Comunicaciones asegurando que eso no era cierto, Jude Webber, periodista que entrevistó a Piñera, afirmó que el propio mandatario le confirmó que era un acceso a Bloomberg.
Otro caso de conflicto de interés fue el de Exalmar. El 27 de enero de 2014, la Corte Internacional de Justicia de La Haya fijó un nuevo límite marítimo, lo que significó que Chile perdiera 22 mil kilómetros cuadrados de mar en beneficio de Perú. El 15 de agosto de 2012, es decir, cuatro meses antes de que se llevaran a cabo las dos jornadas de audiencia de la corte internacional, Piñera compró acciones de Exalmar, empresa peruana que se vio beneficiada con el fallo de La Haya.
Piñera sufre de "incontinencia bursátil". Esa fue una frase utilizada en las filas de la ex Concertación, para referirse a la incapacidad de Piñera para separar su rol de mandatario con el de empresario.
[caption id="attachment_692629" align="alignnone" width="742"] Agencia Uno (archivo).[/caption]
Pero el caso más bullado estalló en octubre de 2021, cuando el exmandatario apareció en los Pandora Papers, filtración de 11,5 millones de documentos confidenciales y que hasta la fecha es considerada la mayor filtración de datos de sociedades offshore, donde personalidades del espectáculo y líderes mundiales aparecían ocultando parte de su patrimonio en paraísos fiscales.
En el caso de Piñera, fue nombrado por venderle a su amigo Carlos Alberto Délano su parte de la Minera Dominga, compraventa que se realizó en las Islas Vírgenes Británicas y que estaba sujeta a una cláusula que aseguraba que la venta se realizaría sólo si no había cambios regulatorios que pusieran en peligro la instalación de la minera y su puerto en la región de Coquimbo. Esos cambios dependían de las decisiones en el segundo gobierno de Piñera, las que claramente no afectaron al proyecto minero y permitieron que la familia Piñera obtuviera una ganancia de 1.000%.
Las mentiras de Piñera
En abril de 2009, cuando Piñera figuraba como carta segura para llegar a La Moneda, El Mostrador publicó un artículo titulado "Los políticos menos creíbles para la prensa", donde el medio de comunicación hizo un sondeo entre una veintena de periodistas que cubrían política para saber cuál, según ellos, era el político más mentiroso. En primerísimo lugar quedó el empresario y expresidente de RN.
"Lo primero que salta al tapete es su permanente conflicto de intereses entre los negocios y la política. “Son poco creíbles sus argumentos respecto al conflicto de intereses”, dice un reportero que no vacila en agregar que “en materia de reformas políticas ha sido oscilante. Se maneja muy mediáticamente y es populista”.
Otro va más allá al sostener que “tiene una clara disonancia entre su discurso personal y lo que dice en los medios”. “Su falta de transparencia se nota en que no es capaz de improvisar sobre ningún tema y siempre sus cuñas son armadas con anticipación”, son algunos de los argumentos", dice el artículo.
Durante su primer gobierno (2010-2014), se hicieron célebres las “Piñericosas”, situaciones, expresiones o errores cometidos por el mandatario que eran tomados para la risa y la burla.
Los errores no forzados o las “fake news” de Piñera no pasaban más allá del debate cotidiano y funcionaban como una manera para humanizar y hacer más cercana la figura del mandatario.
Un ejemplo fue cuando aseguró que había visto en vivo a The Beatles. Fue a raíz de un cuestionario de El Mercurio, donde se le preguntaba (siendo candidato presidencial) cuál era el mejor concierto al que había asistido. Piñera aseguró que fue el de los Fab Four, sin embargo, las fechas nunca quedaron claras y era poco probable que los hubiera visto debido a que cuando la banda británica se separó, Piñera era muy joven.
Más allá de que sea cierto o no, Piñera logró su objetivo: que se hablara de él y no de los otros candidatos a La Moneda. ¿Alguien se acuerda qué respondió MEO?
Sin embargo, los errores, imprecisiones o derechamente faltas a la verdad dejaron de ser un chiste en su segundo mandato y menos durante el estallido social.
Piñera:SE QUEMAN IGLESIAS,MUCHAS VECES,CON MUJERES Y NIÑOS DENTRO
Jürgensen:Eso nunca ha pasado presidente ah con mujeres y niños dentro nunca
Piñera:Han salido cuando se empieza el incendio x eso q afortunadamte no hemos tenido q lamentar muertes#Bienvenidos13 Presidente Piñera pic.twitter.com/a2aS51sp2S— ? ʳᵒᵇᵉʳᵗᵒᵖᵒˡᵘˢ ? (@robertopolis) December 26, 2018
En marzo de 2018, durante una entrevista con la periodista Patricia Janiot de Univisión, se refirió al conflicto mapuche en La Araucanía donde habló de terrorismo y que personas “queman las iglesias con niños y mujeres adentro”.
Nueve meses después, repitió por cuarta vez la misma frase, ahora en el matinal "Bienvenidos", de Canal 13.
"En Ercilla, Malleco, hay una violencia muy grave y muy desatada. Se queman iglesias, muchas veces con mujeres y niños adentro", afirmó Piñera, siendo interrumpido por el periodista Mauricio Jürgensen. “Eso nunca ha pasado, presidente, con mujeres y niños nunca”.
Piñera respondió que “han salido cuando empieza el incendio, por eso, afortunadamente, no hemos tenido que lamentar muertes”.
En medio del estallido social, en una entrevista con CNN en Español en diciembre de 2019, Piñera aseguró que muchos de los videos donde aparecen violaciones a los derechos humanos son falsos.
“Muchas de las noticias, de los videos relacionados con derechos humanos, que se han difundido profusamente en los medios de comunicación chilenos y también extranjeros, no corresponden a la realidad. Hay muchos de ellos que son falsos, que son filmados fuera de Chile, o que son tergiversados”, señaló el exmandatario, en el mismo periodo en que Amnistía Internacional acusaba al Estado de Chile de vulnerar los derechos fundamentales de las personas y de dejar a cientos de víctimas de trauma ocular.
En ese sentido, el espacio de memoria Londres 38 emitió este miércoles 7 de febrero una declaración pública donde acusa que se está intentando instalar una narrativa sobre el estallido social que omite causas y motivaciones, al igual como la “violenta y criminal respuesta del Estado, incapaz de dar otra respuesta ante a las legítimas demandas del pueblo”.
“Ante la muerte del expresidente Sebastián Piñera, se pretende instalar un forzado consenso transversal en torno al carácter democrático de este y su gobierno”, dice el comunicado.
El documento cierra haciendo un llamado a “no olvidar a ninguna víctima de las violaciones a los derechos humanos durante la revuelta popular, a exigir y alcanzar toda la verdad y toda la justicia, que los responsables enfrenten a tribunales como cualquier persona, más allá de su posición de poder”.
Las vacunas en tiempo récord
Las manifestaciones del estallido social sólo se detuvieron con la llegada de la pandemia del coronavirus, donde los chilenos debieron encerrarse para evitar la propagación del virus.
El debate público como el político cambió radicalmente, pasando de la revuelta popular a los riesgos de contagio por el mortal virus.
Gracias a las gestiones realizadas por la administración de Piñera, Chile se convirtió en uno de los primeros países en asegurar vacunas para toda su población, logrando una inmunización en tiempo récord, convirtiéndose en un ejemplo a nivel mundial.
La gestión de Piñera fue valorada por todo el espectro político, donde sus adversarios debieron reconocer la excelente gestión realizada.
“Innegablemente, en el top 3 de los políticos más exitosos de los últimos 30”, asegura una fuente que trabajó en el segundo gobierno de Piñera.
[caption id="attachment_632161" align="alignnone" width="800"] Agencia Uno[/caption]
La misma persona describe a Piñera como una persona pragmática con capacidad de formar equipos más allá de lo político. “Sus cuadros eran técnicos, los políticos desechables”.
“Un excelente gestor, gran sentido del humor. Con una grave desesperación por sentirse el centro de atención, aún a costa de los demás”, lo describe la misma fuente, dejando ver la mixtura y complejidades propias del personaje.
Al igual que los protagonistas de las películas del surcoreano Bong Joon-ho, Piñera es un personaje contradictorio que va más allá del blanco y negro, admirado y odiado por la sociedad chilena, pero que pasará a la historia como el líder político que logró alinear a la derecha para que llegara dos veces a La Moneda y que, tras ser acusado de violar los derechos humanos, fue aplaudido por mantener a salvo a los chilenos durante la pandemia gracias a su gestión para obtener vacunas antes que todos.
Más allá de las críticas y que para una parte de la población Piñera haya sido un violador de los derechos humanos que evadió la justicia, lo cierto es que el outsider de la política estará en los libros de historia y será despedido con todos los honores que exige un funeral de Estado.