Subdirector médico de Posta Central y secuelas del COVID: “No aprendimos nada como sociedad"
“No hemos vuelto a ser los mismos”, dice el doctor Jorge Ibáñez, subdirector médico de la Posta Central, sobre los trabajadores de la salud que arriesgaron sus vidas durante los meses más duros de la pandemia.
“Fue similar a encontrarnos en una guerra, donde estás constantemente expuesto al riesgo y tienes que hacer cosas para poder ir al objetivo de tu batalla todos los días. Cuando uno está en una situación de guerra, y está estudiando la literatura médica, lo que uno tiene que empezar a estudiar es que los funcionarios están bajo estrés postraumático”, agrega.
Las palabras de Ibáñez, quien durante la emergencia sanitaria fue el jefe del Servicio de Urgencia del principal hospital público de la Región Metropolitana, sirven para referirse a la realidad la “primera línea” como también de la sociedad chilena en su conjunto.
“Estamos recibiendo un golpe de humanidad que probablemente no sé si va a ser bueno, porque creo que no aprendimos nada de esto como sociedad”, dice sobre las secuelas sociales que dejó el evento más devastador que ha tenido la historia de la humanidad y que en Chile mató a más de 65.000 personas.
Un análisis al perfil de paciente que llega a la Posta Central puede dar luces de lo que ha vivido la sociedad chilena durante los últimos cuatro años y cómo ha repercutido en el personal de salud. Desde octubre de 2019 el Servicio de Urgencia de la Posta Central debió recibir a una gran parte de los heridos del estallido social.
Cinco meses después tuvieron que hacer frente a la emergencia sanitaria generada por la pandemia del Covid y en la actualidad están lidiando con pacientes que presentan patologías graves de salud mental, como brotes psicóticos, síndrome de burnout, estrés postraumático e intentos de suicidio.
“Empezamos a ver más pacientes producto de la violencia, de toda la adecuación social que hubo después de todo esto. Tuvimos que empezar a ver más pacientes con problemas de salud mental, pacientes psiquiátricos, descompensados, que son muy difíciles de tratar. Si tú lo pones en una línea de tiempo, la Posta Central ha estado expuesta desde el estallido social hasta ahora a demasiada presión y eso nos ha costado muy caro desde el punto de vista de la fortaleza en el nivel de adhesión. Conflictos interpersonales que ha llevado a mucho conflicto laboral. Han aumentado las tasas de denuncias por acoso, por maltrato. Ha sido un círculo vicioso muy difícil de resolver”, señala Ibáñez.
Empatía bajo presión
Respecto a las consecuencias de la pandemia, muchas de ellas invisibles a simple vista, Ibáñez dice que faltan unos tres o cuatro años para comprender lo que se está viviendo como sociedad.
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“Existe una secuela importante, la estamos viviendo actualmente. Yo creo que no es una secuela, porque una secuela es cuando uno se logra recuperar y levantar, es decir, esta es mi herida, esta es mi cicatriz. Creo que actualmente estamos en la etapa subaguda, digamos, del enfrentamiento de una complicación secundaria de la pandemia. Si la pandemia fue nuestra enfermedad principal, ahora estamos en una complicación secundaria que es el enfrentamiento de la salud mental de la población y de la de los trabajadores de la salud propiamente tal”, reflexiona.
La dirección de la Posta Central y sus trabajadores comprenden que son parte de uno de los hospitales más importantes de la Región Metropolitana, el que tiene un rol social que cumplir, más cuando una parte importante de los ciudadanos está bajo mucha presión y que las consecuencias por lo experimentado tanto en la pandemia como por la incertidumbre política, económica y social en que se encuentra la población, están pasando la cuenta y tensionando las relaciones personales de la sociedad en su conjunto.
Es por esta razón que han desarrollado iniciativas comunicacionales para generar consciencia en la población de que no todos lo están pasando bien y que, independiente del rol de funcionario público o paciente, existen preocupaciones y conflictos que no siempre son sencillos de abordar.
Un ejemplo de ello fue la campaña comunicacional centrada en la empatía que lanzaron en agosto de este año. El trabajo audiovisual caló hondo en la población, convirtiéndose en el video más visto en las redes sociales de la Posta Central, sumando más de 2 millones de reproducciones. Incluso el Presidente, Gabriel Boric, aplaudió la iniciativa. “Este mensaje de la Posta Central es para la vida”, comentó el mandatario.
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Esta falta de empatía, sumada a la tensión existente en las relaciones personales, están impactando negativamente en la población, panorama del que no son ajenos los funcionarios de los centros de salud.
[caption id="attachment_889299" align="alignnone" width="900"] 29 de mayo de 2020
Ex Posta Central, confirmó la reconversión de 110 camas críticas, que se suman a la Red Integrada COVID_19 y ya están realizando atención a pacientes.
El establecimiento es uno de los que tendrá un uso exclusivo COVID_19.
Fotos: Alejandra De Lucca V. / Minsal 2020[/caption]
“Todo el sistema está sobrepasado, eso también a su vez en un sistema de salud que no se logra parar todavía y eso repercute en la primera línea”, señala el doctor Ibáñez.
“Hay un aumento de patologías graves de salud mental con intentos suicidas, brotes psicóticos que no teníamos antes. En 2019 esto era algo muy anecdótico, teníamos uno o dos pacientes a la semana, pero ahora tenemos cuatro o cinco diarios”, agrega Ibáñez, quien ve problemas de salud mental tanto en los pacientes como en los propios equipos de la Posta Central.
Sobrecarga y salud mental
Según el Ministerio de Salud, las agresiones a funcionarios públicos prácticamente se triplicaron de 2021 a 2022, alcanzando 6.691 casos. Esto, sumado a la sobrecarga y el desgaste de los equipos, ha repercutido en un alza de licencias médicas y ausentismo laboral.
La Subsecretaría de Redes Asistenciales cifró en casi 3.000 las licencias médicas solicitadas por funcionarios de la salud entre abril y junio de este año, lo que se traduce en un aumento de 118% de ausentismo en comparación a los tiempos previos a la pandemia.
Según la publicación “Estrés Post Traumático en el Personal Sanitario de la Unidad de Emergencia de un Hospital Terciario en Pandemia SARS COV-2”, publicado en septiembre de 2023, hay una alta prevalencia de agotamiento y trastorno de estrés postraumático (TEPT) entre el personal médico y enfermería, incluso dos años posterior al brote de Covid.
El estudio señala que el personal de salud, principalmente los conocidos como la “primera línea, en la actualidad presentan serios problemas de salud mental. 87% presenta Síndrome de Burnout, un 81% cansancio emocional alto, un 61% sintomatología compatible con despersonalización, que es la sensación de observarse a sí mismo desde fuera del cuerpo o tener la impresión de que lo que lo rodea no es real.
“Probablemente nos falte todavía unos tres o cuatro años para poder salir de esto, así que ahí viene de frentón la pregunta a la autoridad acerca de cuáles son los planes para poder seguir avanzando. Creemos que son insuficientes, aun los planes que se han hecho en cuanto a la salud mental de la población en general”, señala Ibáñez.
“Vamos en la dirección contraria de lo que creemos todos los directivos, que, en este caso, yo estoy haciendo parte de la dirección de la Posta Central, como la subdirección médica, teniendo en cuenta que están recortando presupuestos para los funcionarios contratados en horario, sin haber un reemplazo en contrata”, ejemplifica Ibáñez, sobre la falta de recursos en el sistema público.
A eso hay que sumarle la enorme migración que está ocurriendo desde las isapres a Fonasa, lo que ha puesto más carga sobre los hombros del personal de salud. “Existe una migración de cerca de 500.000 planes de salud, no hablo de personas, son 500.000 planes de salud hacia el sistema público, entonces nosotros hemos tenido que soportar toda esa migración”, cierra Ibáñez.