A la sombra de la libertad: Desafíos estructurales en la sociedad chilena
En estos días, altamente influenciados por la vorágine que implica el nuevo plebiscito que pretende cerrar el proceso constitucional que se inició hace un buen tiempo ya, uno de los conceptos que ha marcado la agenda discursiva es la idea de libertad. Así como muchos otros conceptos, este tiene una serie de implicancias que son necesarias de revisar a la luz de diversos contextos. En ese sentido, se vuelve imperativo reflexionar en torno a esta bella palabra, pero que esconde una serie de situaciones que han sido normalizadas por la elite política de nuestro país.
En el tejido mismo de la sociedad chilena, el concepto de libertad se ha vuelto un término ambiguo, un espejismo que se desvanece ante la realidad de las desigualdades estructurales profundamente arraigadas en nuestro sistema. A menudo, se presenta la libertad como un valor absoluto y desvinculado de sus dimensiones políticas, lo cual, en el contexto chileno, se traduce en una cortina que oculta las brechas flagrantes en áreas fundamentales como la salud y la educación, ambas fuertemente influenciadas por las leyes del mercado.
Para comprender la intersección entre la libertad y estas desigualdades, es esencial recurrir a la reflexión de pensadores que han examinado críticamente las estructuras sociales. El filósofo francés Michel Foucault, por ejemplo, abordó la relación entre el poder y la libertad, destacando cómo las formas de poder moldean nuestras experiencias y limitan nuestras opciones, incluso bajo el disfraz de la libertad aparente.
Por otro lado, el pensamiento de Judith Butler, también aporta a la discusión. Butler examina cómo las normas sociales y las estructuras de poder influyen en la percepción de la libertad y la igualdad. En el contexto chileno, la libertad se ve determinada por normas que favorecen a ciertos grupos, perpetuando así desigualdades. El trabajo de Foucault y Butler nos insta a cuestionar no solo la distribución material de la libertad, sino también las normas que definen quiénes son considerados/as dignos/as de ella (¿los verdaderos chilenos?).
La libertad sin contenido político permite que la desigualdad florezca en el sistema de salud chileno. Aquí, la libertad individual para acceder a servicios médicos de calidad está directamente vinculada a la capacidad económica. Este escenario, donde la salud se convierte en un privilegio más que en un derecho, refleja la influencia del neoliberalismo que ha marcado la historia reciente del país. El sociólogo Zygmunt Bauman argumentaría que en una sociedad líquida como la nuestra, la libertad se convierte en un bien preciado, pero su distribución desigual revela la fragilidad de los cimientos sociales.
En el ámbito educativo, la libertad sin un trasfondo político eficaz conduce a disparidades educativas que perpetúan la estratificación social. Paulo Freire, en su obra "Pedagogía del Oprimido", destacó cómo la verdadera libertad educativa solo puede alcanzarse cuando se superan las barreras socioeconómicas. Así mismo, bell hooks destaca cómo la educación debe ser un espacio para la liberación, no una herramienta de opresión.
En Chile, donde la educación ha sido tratada como una mercancía más que como un derecho universal, la libertad de aprender y crecer se ve limitada para muchos debido a las barreras económicas y estructurales. Incluso, el mismo sistema se encarga de reproducir las condiciones de desigualdad y pobreza, generando un círculo infinito de reproducción de la pobreza.
La noción de libertad en el contexto chileno debe ser analizada críticamente, despojada de su fachada superficial y examinada a la luz de las desigualdades arraigadas en nuestro sistema. La libertad, desprovista de contenido político, se convierte en un velo que oculta las verdaderas disparidades que persisten en áreas cruciales como la salud y la educación. Solo al reconocer y abordar estas inequidades podemos aspirar a una libertad que sea auténtica y significativa para todos los ciudadanos.
Finalmente, cabe preguntarse ¿a qué libertad nos invitan los sectores que en este próximo plebiscito nos invitan a votar “a favor”? Citando a los prisioneros, se trataría de “…libertad para vivir en la miseria, libertad para morir en la cárcel por deudas, libertad para torturar al esclavo…”