Termoeléctrica arriesga multa de USD 18 millones por muerte de aves que develó otras faltas
En abril de este año, el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) constató la muerte de 90 aves de la especie Cormorán Guanay (casi amenazada) que quedaron atrapadas en el sistema de aducción de las desaladoras con las que opera la termoeléctrica Guacolda en Huasco.
También encontraron a un chungungo y otras 15 aves aún vivas que lograron ser devueltas a su hábitat. Ese mismo mes, se informó de la muerte de 20 cormoranes más en la infraestructura de la central, y en junio otros tres.
A raíz de estas situaciones, que la empresa calificó como “extraordinarias e imprevistas”, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) ordenó una fiscalización mayor para evitar otros incidentes.
Fue entonces que encontraron otras irregularidades, formulando 3 cargos graves y 5 leves, para los cuales la empresa titular arriesga una multa de hasta USD 18 millones.
No instalar manteletas en la zona de descarga de carbón (para capturar posibles derrames), usar más aditivo químico del autorizado para el tratamiento de agua de mar en las plantas desalinizadoras del proyecto y no cumplir medidas de control de impactos en las unidades de captación de agua de mar fueron los tres cargos graves imputados.
Los cinco cargos leves corresponden a no tomar acciones necesarias para evitar impactos que no fueron previstos en la evaluación ambiental del proyecto y que están afectando a especies marinas en estado delicado de conservación, que quedan atrapadas en los pozos de ingreso de agua de mar.