“Nunca hizo una fila”: El ingreso especial de Javier Macaya a la cárcel de Rancagua
La escena la describen más o menos así. Un vehículo se estaciona en uno de los patios, a un costado de las casas fiscales de los oficiales, las visitas descienden y caminan por los senderos de un parque interior hasta llegar a un edificio administrativo.
A continuación, ingresan a un túnel por el sector donde transitan funcionarios y llegan a la guardia interna del recinto. Unos pasos más allá, alrededor de 50 metros, se encuentra el hospital penitenciario, el lugar donde hasta el sábado pasado estuvo recluido Eduardo Macaya Zentilli.
El acaudalado empresario, a quien visitaban frecuentemente sin restricciones horarias y por accesos diferenciados, acaba de ser beneficiado con un cambio de medida cautelar tras comprometerse a pagar una fianza de 150 millones de pesos.
El padre del actual presidente de la UDI permanecerá con arresto domiciliario tras ser formalizado como autor de abusos sexuales reiterados en contra de cuatro menores de edad, entre ellos una nieta, hechos que habrían ocurrido al interior del fundo Santa Elena en la ciudad de San Fernando, donde el ingeniero agrónomo tiene una viña.
Pese al cambio de medida cautelar, las visitas de familiares, incluido el senador Javier Macaya, no pasaron inadvertidas entre los funcionarios que trabajan en el recinto penitenciario, debido a que nunca se ajustaron al régimen “normal” de visitas que acceden comúnmente a la cárcel.
[caption id="attachment_842959" align="aligncenter" width="898"] Captura Instagram / Javier Macaya y Eduardo Macaya.[/caption]
-Nunca hizo una fila como el común de los mortales- dice una fuente al interior del establecimiento. De hecho colocan sus vehículos al lado del estacionamiento del alcaide.
El Desconcierto consultó a Gendarmería si el Senador por la región de O’Higgins y su familia habían solicitado un ingreso especial, respondiendo que era “una atribución de cada jefatura de unidad autorizar visitas especiales a personas privadas de libertad, en días y horarios que no necesariamente sean los definidos por cada establecimiento penitenciario, a partir de la solicitud del interesado/a”.
Fuentes internas aseguran que el permiso es de carácter discrecional y que cada jefe de unidad, o sea el alcaide, es quien determina las vías de ingreso y la frecuencia de las visitas, previa solicitud de las familias involucradas. “Es un criterio de seguridad relacionado con la segmentación”, dicen.
Cabe consignar, además, que en esta misma cárcel se encuentra preso Mauricio Hernández Norambuena, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y considerado autor intelectual del asesinato del fundador de la UDI Jaime Guzmán. Un dato relevante considerando la medida implementada.
Gente común y corriente
Mientras estuvo en prisión preventiva en la cárcel de Rancagua, Eduardo Macaya fue visitado por su esposa, otros familiares cercanos y el actual presidente de la UDI, quien aseguró que las acusaciones en contra de su padre eran falsas. Lo más llamativo, en un comienzo, fue el ingreso de los vehículos a un costado del sector donde se ubican las residencias fiscales, un lugar exclusivo donde sólo se estacionan los oficiales.
-El ingreso a ese sector es para las personas que viven ahí, pero hemos visto la camioneta del senador estacionada en las casas fiscales. Eso quiere decir que ingresa por un lugar que no es oficial para este tipo de visitas, porque es una entrada privada para funcionarios- dice un trabajador que prefiere omitir su nombre.
La gente común y corriente que visita a sus familiares presos, además de haberse enrolado, deben pasar una primera reja, caminar un tramo hasta una segunda barrera donde le toman los datos -entrada general- y luego ingresan a una zona de visitas que los dirige a un túnel, donde van ingresando a las distintas dependencias de acuerdo al lugar donde se encuentre la persona recluida.
Según el relato de algunos funcionarios, el senador Macaya y su familia hacían ingreso primero a los estacionamientos de los oficiales, luego a un edificio administrativo y, a continuación, al túnel -tal como describimos al comienzo e esta crónica-, saltándose las filas, el acceso general y al menos una reja perimetral.
Una vez en el túnel de acceso, separado en dos lados por una reja como en el Estadio Monumental, los familiares transitaban por el sector donde lo hacen funcionarios, abogados y personal de visita diaria como profesores y talleristas. O sea, tampoco por el lugar habitual de las visitas comunes.
[caption id="attachment_828763" align="aligncenter" width="1280"] Agencia Uno/imagen referencial.[/caption]
Esta situación contrastaría, aseguran, respecto a las visitas de los presos mapuches trasladados desde Angol. “Cuando llegaron a visitarlos desde sus comunidades se armó un operativo con perros y equipos especializados. Fue un trato diametralmente opuesto, del cielo a la tierra”, asegura otro trabajador intrapenitenciario.
Respecto a la frecuencia de las visitas, fuentes al interior del recinto aseguraron que eran absolutamente inusuales y que ocurrían al menos tres veces a la semana.
El Desconcierto se comunicó con el senador Javier Macaya para contrastar la información recopilada en este reportaje, junto a la respuesta ofrecida por Gendarmería, pero el parlamentario declinó referirse al tema.
Un día después de nuestra consulta, le revocaron la medida cautelar a su padre.
[Te puede interesar] Deberá pagar 150 millones: Revocan prisión preventiva para padre del Senador Macaya
[Te puede interesar] Padre de Javier Macaya (UDI) es detenido: Será formalizado por abuso sexual infantil