VIDEO| ¿Qué está causando la degradación de las gélidas aguas del fiordo Comau?
Un estudio realizado en el fiordo Comau en la región de Los Lagos, develó que se trata de uno de los pocos lugares del mundo donde se pueden encontrar corales de agua fría cerca de la superficie del mar, lo que convierte al lugar en un laboratorio natural de gran interés para la investigación científica.
Pero el estudio también alerta sobre las amenazas que sufre este ecosistema, sobre todo a manos de las concesiones salmoneras que operan en el fiordo.
Nueva información para la ciencia sobre el fiordo Comau
En 1998 Häussermann y el biólogo Günter Försterra, investigadores principales del estudio, fueron los primeros en descubrir bancos de corales Desmophyllum dianthus en el fiordo Riñihue, en la Patagonia norte.
Bautizaron a la especie como coral de los fiordos y posteriormente, en 2003, descubrieron bancos de ellos buceando en las aguas someras del Comau.
Ese registro no es común. La especie habita en otras latitudes del mundo, pero lo hace a más de seis mil metros de profundidad. En Chile, en cambio, el coral de los fiordos se localiza a tan solo cinco metros bajo el agua.
Incluso “se pueden tomar los ejemplares buceando”, dice Ignacia Acevedo-Romo, bióloga marina y asistente de investigación del estudio. Dada esa accesibilidad que entrega el Comau, Häussermann no dudó en investigar a la especie.
Foto: Equipo de investigadores del Desmophyllum dianthus.
En marzo de este año, Acevedo-Romo junto a Ana Navarro Campony, científica que colabora en la investigación, viajaron hasta el AMCP-MU fiordo Comau con la misión de bucear en las gélidas aguas de la Patagonia chilena en busca de ejemplares para estudiar cómo y cuándo se reproduce el coral de los fiordos.
Ubicadas en el punto estratégico escogido para realizar la misión, se unieron a la hazaña integrantes de la Fundación Huinay, quienes colaboraron en el proceso. El resultado fue la recolección de ejemplares, los que fueron puestos en bolsas de acuario con agua de mar y oxígeno para ser transportados en cajas herméticas y aisladas para mantener la temperatura.
Los corales fueron luego puestos en acuarios en un sistema semi cerrado de flujo de agua de mar conectado a un enfriador para mantener la temperatura entre los 10 y 11°C y asemejar así, lo más posible las condiciones de su ambiente natural.