Dos mil millones quemados y un chofer desaparecido: Inéditos detalles de robo a camión Prosegur
En 1997 el escritor Argentino Ricardo Piglia publicó “Plata Quemada”, una novela policial inspirada en una increíble historia real: el asalto a un camión de valores en Buenos Aires por parte de una banda criminal, coludida con policías y políticos corruptos a quienes traicionan, cuyos miembros terminan muertos en una infernal balacera en Montevideo.
La historia fue llevada al cine el año 2000 por el director Marcelo Piñeyro y hoy cobra vida tras el hollywoodense atraco a un camión Prosegur, en pleno centro de Santiago, hace poco más de una semana. Aunque en la trama nacional no hubo muertos y políticos corruptos, tiene ingredientes de sobra para sorprender a los amantes del género policial.
Del cinematográfico atraco se sabe que fue a sólo dos cuadras de La Moneda, en las afueras de una sucursal del Banco BCI, y que los asaltantes abordaron al chofer del vehículo mientras los demás vigilantes se encontraban adentro del inmueble. A continuación, huyeron del lugar sin dejar rastro, tomando de rehén al conductor del camión.
[caption id="attachment_695804" align="aligncenter" width="900"] Agencia Uno (Archivo)[/caption]
Hasta ahí parecía un asalto más, pero un par de horas más tarde el vehículo fue en encontrado cerca de la intersección de las calles Mapocho y Almirante Barroso, al interior de un cercado de planchas de madera con señalética de intervención vial.
Ningún vecino reparó en la maniobra, confundiendo a los asaltantes con obreros, quienes luego de vulnerar el vehículo a través del método oxicorte, procedieron a incendiarlo para después abandonar el lugar. Del chofer, hasta ahora, no se tienen indicios. Al principio se barajó la hipótesis del secuestro, sin descartar, con el correr de los días, una eventual complicidad en los hechos.
¿Cuánto robaron? ¿Cuánta plata fue quemada? ¿Dónde diablos se encuentra el chofer? Son algunas de las interrogantes que quedan en el aire y que intenta dilucidar la querella criminal presentada esta semana, interpuesta por la “Empresa de Transportes Compañía de Seguridad de Chile Limitada” por “incendio contra vehículo y robo con violencia e intimidación”.
A continuación, los detalles.
“Cerca de la casa de gobierno”
De acuerdo al documento judicial, el lunes 28 de febrero pasado, la unidad blindada Nº 469, compuesta por el chofer Sebastián Tapia y los vigilantes privados Alfredo Riquelme, Sergio Pérez y Juan Almonacid, llegaron a las dependencias del Banco BCI ubicado en Huérfanos Nº 1134.
“La unidad blindada llegó al subterráneo -1 de las dependencias del Banco BCI, lugar donde el chofer, Sebastián Tapia, estacionó en un lugar especialmente asignado por el Banco, con el objeto que el resto de la tripulación pudiera efectuar el retiro y traslado de valores”, detalla el libelo.
El conductor habría quedado sólo al interior del vehículo de valores, a la espera de la carga de “las remesas que estaban siendo retiradas del Banco”. Una vez realizada ésta, los vigilantes se dirigieron a un piso superior a retirar sus armamentos, mientras Tapia condujo el camión hacia la vía pública con la intención de continuar con la ruta programada.
[caption id="attachment_821381" align="aligncenter" width="1090"] Captura de noticia sobre el asalto.[/caption]
Al salir del Banco, alrededor de las 13:30, la tripulación se percató de la ausencia de Vásquez y el vehículo de valores, realizando una llamada al teléfono del conductor que no fue contestada. De inmediato, agrega la querella, los porta valores dieron cuenta de la situación a la sala de monitoreo de Prosegur, “quienes levantaron la alerta de siniestro conforme al protocolo establecido”.
Debido a que la sucursal se encontraba en el casco histórico, “cerca de la casa de gobierno”, la operación era monitoreada por otro móvil, integrada por otros dos vigilantes, quienes se encontraban en las inmediaciones del lugar. Pero, detalla el documento, “éstos no se percataron de la salida de la unidad blindada desde las dependencias del banco”.
Posteriormente, la empresa fue informada del abandono de la unidad blindada Nº 469 en las inmediaciones de las calles Mapocho con Almirante Barroso, donde la habrían encontrado incendiada. “Lugar donde desconocidos desviaron la unidad y de forma que aún se desconoce, sustrajeron parte de los valores”.
Reporte tras el incendio
El camión blindado, según precisa la compañía en la querella, resultó con múltiples daños, tanto en su estructura como en su bóveda, a los que se suman deformación en su carrocería debido a las altas temperaturas, daño en cabinas, habitáculos, tableros de instrumentos, sistema eléctrico, módulo de control, aire acondicionado y en diversas partes del motor. Pérdidas avaluadas por la empresa en más de 40 millones de pesos.
Al momento del atraco, el vehículo transportaba la cantidad de $9.608.016.740. De haber podido robar la totalidad del botín, habrían superado los 6 mil millones sustraídos el año 2014 en el aeropuerto de Santiago, delito que fue bautizado por la prensa como “el robo del siglo”.
Luego de las pericias de rigor, se comprobó que los billetes robados o “absolutamente quemados”, correspondían a la cantidad de casi 900 millones de pesos. Aquellos con deterioro menores al 50% sumaban otros 1.040 millones y con deterioro mayor al 50% poco más de 1.085 millones.
Los billetes aptos para circular y que no fueron dañados sumaron en total $6.671.858.000.
Hasta el cierre de esta edición, aún se desconocía el paradero del chofer.