Sin psiquiatras y escasez de psicólogos: Crisis de salud mental golpea a Puerto Williams
Verónica Balfor nació en Puerto Williams. Dice que le encanta vivir en la isla Navarino, pero que cada cierto tiempo siente la necesidad de abandonarla e ir al norte a reunirse con sus hijas. “Me dan los ahogos”, reconoce, haciendo referencia a una sensación que comparten otros habitantes de este territorio extremo y que han denominado como el “Efecto Navarino”. Una suerte de opresión que empuja a desplazarse de este punto en el archipiélago de Tierra del Fuego y retornar al continente.
No es algo sencillo. Puerto Williams se encuentra en la ribera norte de la isla Navarino, la que está desconectada del territorio de Chile continental y a la que solo se puede acceder vía aérea o marítima, en viajes que, muchas veces, son suspendidos debido a las condiciones climáticas. Por lo mismo, sus habitantes deben lidiar con una constante sensación de aislamiento, la que se hizo más patente durante los peores meses de la pandemia de coronavirus, cuando la isla tuvo que permanecer cerrada.
Así, además de aislados, los vecinos de Puerto Williams, reconocida desde 2019 como la ciudad más austral del mundo, se vieron forzados a vivir encerrados, lo que tuvo un severo impacto en su bienestar. “El aislamiento geográfico es un factor fundamental en el deterioro de la salud mental, porque muchas de las personas que habitan esta isla son población flotante y no tienen redes de apoyo en este lugar”, explica Esmeralda López, psicóloga del Hospital Comunitario Cristina Calderón de Puerto Williams.
Este problema quedó al descubierto cuando se comenzaron a levantar las restricciones sanitarias adoptadas durante la emergencia. Ahí, los funcionarios del hospital evidenciaron una inquietante alza en el número de atenciones de urgencia relacionadas con el ámbito de la salud mental, especialmente en pacientes jóvenes.
“A nosotros nos llamó bastante la atención que volvieron las clases, empezamos a sociabilizar de nuevo y comenzaron las consultas de urgencia con intentos de suicidio, crisis de pánico, de angustia; las que fueron intensas, reiterativas y de todas las edades. Y eso no solo lo vimos nosotros, también varias instituciones de la comuna”, explica el doctor Matías Ulloa, director del recinto hospitalario.
[caption id="attachment_802696" align="alignnone" width="1920"] Hospital Comunitario Cristina Calderón de Puerto Williams. Foto: Felipe Sasso[/caption]
Déficit de profesionales
El hospital de Puerto Williams es de baja complejidad, por lo tanto no cuenta con especialistas médicos. Esto significa que en toda la isla Navarino no hay ningún neurólogo, oftalmólogo o psiquiatra. Por supuesto, esta carencia también condiciona la forma de abordar los casos de salud mental, especialmente los más severos.
Para algunos de ellos, el equipo del Cristina Calderón se apoya de consultorías mensuales con psiquiatras de manera virtual, las que se realizan, generalmente, desde Punta Arenas. Hace poco y por algunos meses, uno de los profesionales que hacía un reemplazo trabajaba desde fuera de la Región de Magallanes.
Para los más graves, en tanto, se dispone el traslado fuera de la isla Navarino y la hospitalización en la unidad de cuidados intensivos psiquiátricos en el hospital de Punta Arenas. Precisamente, esta situación constituye una de las principales preocupaciones de las autoridades de la zona.
“Lo que deberíamos tener es contar con profesionales en la isla. Desgraciadamente, lo que tenemos hoy en día es un hospital de baja complejidad, por lo tanto, no contamos con los profesionales que se requieren...Es un tema complejo y no hemos tenido la capacidad para abordarlo”, apunta la delegada presidencial de la Provincia Antártica, María Luisa Muñoz.
[caption id="attachment_802698" align="alignnone" width="1920"] Canal Beagle y la costa norte de la isla Navarino. Foto: Felipe Sasso[/caption]
Actualmente, el hospital de Puerto Williams cuenta con una psicóloga, la que debe combinar sus horas de atención con labores administrativas. Debido a esto, muchas veces la profesional no alcanza a responder a la demanda de los vecinos. Hay una lista de espera de pacientes que aguardan por atención psicológica. Si bien se ha reducido, en un momento, el tiempo de espera para algunos puertowillemses era superior a seis meses.
Por lo mismo, el deseo de la delegada presidencial también es compartido al interior del recinto médico. “Este hospital necesita más psicólogos, porque las patologías que tenemos acá se tienen que ver a nivel de psicólogos y psicólogas, ellos son los que van a ir de alguna forma hacia lo curativo. El acompañamiento lo podemos hacer nosotros como médicos y, si tenemos alguna duda, podemos preguntar a un especialista e ir avanzando, pero el grueso del tratamiento e intervención es psicología”, agrega Matías Ulloa.
De todas formas, un tema tan complejo como la salud mental no puede ser abordado solo desde el ámbito de la salud. A través de una declaración, el Equipo de Salud Mental del Hospital Cristina Calderón, destaca “la necesidad de que existan otros dispositivos que aborden el área de manera más específicas, considerando que somos el único ente que se visualiza que debe intervenir, y que desde nuestra cartera de prestaciones como atención primaria nos vemos limitados cuando hay temas de atención secundaria e incluso de especialidad”.
Para esta cruzada, el Hospital de Puerto Williams realiza trabajo intersectorial junto a otros organismos de la comuna como la Oficina de Protección de Derechos de Infancia (OPD), el programa de convivencia escolar del liceo Donald Mc Intyre Griffiths y el Hospital Naval, entre otros.
[Te puede interesar] Incendios en Viña: Psicólogo da consejos para superar crisis en aspecto a salud mental
Mejor sí hablar de ciertas cosas
Aprovechando la vasta presencia de áreas verdes en la isla Navarino, la psicóloga Esmeralda López realiza terapia de bosque, una práctica contemplativa donde se invita a los participantes a conectarse con la naturaleza mediante la estimulación de los sentidos. Esta forma de vincularse con el entorno surgió en Japón y conlleva múltiples beneficios para la salud mental de las personas.
“Diversos estudios han demostrado que la inmersión en bosques y entornos naturales genera efectos significativos y contribuyen a la salud de las personas en su bienestar a nivel físico, psicológico y emocional”, explica la profesional.
[caption id="attachment_802701" align="alignnone" width="1920"] Parque Ukika en invierno. Foto: Felipe Sasso[/caption]
Otra forma de abordar esta problemática es generar espacios de interacción ciudadana e instancias que sirvan para distraer y recrear a los vecinos de Cabo de Hornos, especialmente durante los extensos meses de invierno donde aparece otra amenaza para la salud emocional de las personas: la escasa luz natural. Acá cobrarían relevancia actividades vinculadas al deporte, la cultura y la ciencia a través del flamante Centro Subantártico Cabo de Hornos.
Lo más urgente, por ahora, es darle visibilidad a este tema e incentivar el diálogo en torno a la importancia del cuidado de la salud mental. Un verdadero desafío en una zona donde se prefiere callar frente a algunos temas relevantes como la sexualidad, la depresión y los suicidios, pese a los dramáticos casos que han enlutado a la isla en el último tiempo. “En Puerto Williams cuesta mucho conversar las cosas. El tema es cómo involucrar a más gente para hablar sobre esta situación y empezar a trabajar desde la prevención, realizar un trabajo comunitario, en bloque”, agrega María Luisa Muñoz.
Un primer paso sería realizar un catastro en la comuna y cuantificar el número de personas que sufren problemas de salud mental, lo que permitiría pedir recursos y encarar de mejor manera este problema. “Si no lo ponemos en cifras, Puerto Williams está feliz y no hay problema de salud mental. Como estamos en la ciudad más austral del mundo, pareciera que estamos todos felices viviendo acá”, responde, con sarcasmo, la delegada presidencial de la Provincia Antártica.