Las mujeres sobresalen en el triatlón más extremo de la Patagonia chilena
Mujeres de los alrededores del mundo fueron las protagonistas de la última edición de la “Patagonman”, uno de los triatlones más duros y bellos del mundo por las condiciones y los paisajes en los que se disputa, y en el que demostraron "mayor nivel" y una participación creciente en la línea de una tendencia mundial.
La “Patagonman” se celebra en el corazón de la Patagonia chilena, en un clima extremo que pone al límite a los corredores en sus más de 200 kilómetros y los funde en la inmensidad de la naturaleza que copa la región.
“Participaron menos mujeres que hombres, pero el nivel de ellas fue mayor”, explica a EFE la española Saleta Castro, que fue la tercera mujer en llegar a meta y la décima en el cómputo general del triatlón, que se celebró el pasado domingo.
Pese a la menor participación de mujeres en el Patagonman en comparación con los hombres, cada vez son más las que se apuntan a la prueba; en el primero, en 2018, corrieron una veintena de mujeres, cifra que se dobló en apenas dos ediciones.
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“El Patagonman es una prueba selecta que aún está creciendo, y no puede correr todo el mundo; exige un nivel de preparación mayor que otras carreras pero, a medida que se vaya conociendo más, se apuntarán más mujeres”, defiende Castro.
“El próximo año, seguramente vengan muchísimas más mujeres y de más nivel, aunque este año el nivel ya ha sido altísimo”, añade la triatleta española.
El “Patagonman” es uno de los triatlones más duros del mundo, no solo por la extensión de su recorrido, sino por las características de su recorrido: empieza de noche, en las aguas gélidas de un fiordo, sigue con 180 kilómetros de tramo montañoso en bicicleta, para acabar con 42 kilómetros al trote por caminos sin asfaltar.