Fabiola Campillai en el Congreso: Los primeros días de la senadora más votada de Chile
Desde el 26 de noviembre del 2019 que Fabiola Campillai no puede ver. El impacto en el rostro de una bomba lacrimógena por parte de Carabineros, en el marco de las manifestaciones del estallido social, provocó la pérdida permanente de su vista, olfato y gusto, en un contexto donde el gobierno, incluso, fue acusado por organismos internacionales de violar sistemáticamente los derechos humanos, considerando las otras 459 lesiones oculares ejecutadas por fuerzas especiales.
El panorama se volvió complejo para la auxiliar de producción de Carozzi, tomando en cuenta que nunca recibió ningún tipo de ayuda por parte del Estado. No obstante, la visibilidad y la consigna de lucha que instaló Campillai dentro del espectro público, le permitieron afianzar un respaldo ciudadano más que suficiente para postularse al cargo de senadora por la Región Metropolitana.
La tarea no fue sencilla, no solo por lo que significaba su discapacidad visual, sino también por las dificultades económicas que tuvo para sacar adelante su campaña y la arriesgada decisión de ser candidata independiente. Sin embargo, el sueño se hizo realidad para Campillai, rompiendo todos los pronósticos electorales y convirtiéndose en la senadora más votada a nivel nacional.
En ese contexto, desde el 11 de marzo del 2022, Fabiola Campillai se convirtió en la primera parlamentaria no vidente de la historia de Chile, provocando que el Senado, de forma inédita, haya tenido que adoptar una serie de medidas especiales e inclusivas para ella, quien se ha diferenciado de sus pares no solamente por su actitud confrontacional e interpeladora- especialmente contra la derecha política- sino también por lo que ha sido su rutina legislativa durante estas primeras tres semanas de gestión.
Adaptándose a un nuevo desafío
Ya pronto a cumplirse un mes desde que Fabiola Campillai juró para convertirse en senadora, la adaptación a su entorno y lo que significa ser la primera parlamentaria no vidente, ha traído consigo un particular y cuidadoso estilo laboral en las instalaciones del Congreso.
Dentro de su entorno de trabajo, destaca la presencia de su esposo, Mario Cornejo, quien, además de ser la primera y última persona que la senadora escucha cada día, es el chofer y el encargado de movilizar a la parlamentaria de martes a miércoles al Congreso de Valparaíso. Mario conduce hasta el primer estacionamiento del primer subterráneo del Senado -el más cercano al ascensor- para ayudar a bajar a su pareja del automóvil y despedirse de ella y de su asistente personal, Claudia Ahumada, quien viaja todos los días junto al matrimonio.
Algunos catalogan a Claudia como “los ojos de Fabiola”, ya que además de ser su amiga, prácticamente siempre la acompaña, tanto dentro como fuera del Congreso. Una amistad que nació desde hace muchos años gracias a la pasión que comparten sus hijos por el fútbol, los cuales jugaban juntos en su querida comuna de San Bernardo.
Si la senadora necesita comer, beber, hacer una llamada, ir al baño, desplazarse a la sala de votación o simplemente hablar con alguien, su "lazarilla" siempre estará ahí, acompañándola y asistiéndola al igual que su bastón blanco mientras recorren las instalaciones del Congreso, el cual la hospeda en una de las oficinas más grandes del piso 9, ubicada en el mismo pasillo que las oficinas de sus pares de Apruebo Dignidad.
Dicen que siempre anda muy acompañada, pero aquello es el reflejo de la complejidad que significa haber perdido tres de sus cinco sentidos. Al llegar a su oficina, la senadora escucha muchas voces saludándola, se sienta en un sillón y comienza a prestarle atención a su jefa de gabinete, Yerka Ávila, quien le organiza la agenda todos los días, mientras que el asesor legislativo, el asesor coyuntural y los mensajeros- entre ellos Carlos Astudillo, víctima de violencia en el estallido social- se encargan de adaptar y convertir todas las noticias, textos y documentos a archivos de audio.
[caption id="attachment_729328" align="alignnone" width="1024"] Fabiola Campillai en el Senado. Agencia Uno[/caption]
Los almuerzos son más bien íntimos, ya que la mayoría de la gente que trabaja con ella come afuera de la oficina de la senadora. Sin embargo, Claudia se queda con Fabiola y le menciona qué hay en el plato, con el objetivo de que la parlamentaria mastique los alimentos con el debido cuidado. Cuando llega la hora de dirigirse a la sala de votación, Campillai no esconde su buen humor con los funcionarios de seguridad, aseo y personal de planta, quienes siempre la saludan, al igual que varios parlamentarios con los que se cruza en el camino, los cuales siempre deben presentarse y decir sus nombres para que la legisladora se comience a familiarizar con las voces de sus colegas.
Todo pareciera marchar acorde a los mecanismos especiales que se pactaron para la discapacidad visual de la senadora, tomando en cuenta además el Plan Estratégico Institucional y la Ley N.º 20.422 que establece normas sobre Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social de Personas con Discapacidad, especialmente dentro del aparato público. Sin embargo, ha habido una serie de supuestas dificultades que, según comentan en la interna, “son el reflejo de que Chile no está preparado para los procesos de inclusión”.
Disconformidades en la instalación
La primera vez que Fabiola Campillai pisó las instalaciones del Congreso como autoridad electa fue el 15 de diciembre del 2021, invitada a un recorrido liderado por la Presidenta del Senado en ese entonces, Ximena Rincón. El nuevo equipo de trabajo de Fabiola mantuvo sus primeras conversaciones con profesionales de la Fundación Luz y la Universidad de Santiago, quienes han intentado adaptar la infraestructura del Senado a las necesidades de la parlamentaria.
Para aquello, se redactó un documento que establece recomendaciones con el fin de incluir, de manera eficiente, la condición de discapacidad que presenta Fabiola Campillai dentro de los estándares de funcionamiento en el parlamento. No obstante, según gente cercana a la senadora, varias de las medidas prometidas no se han ejecutado de manera “convincente”, generando que la parlamentaria no cuente con “algunas de las condiciones básicas para realizar el trabajo legislativo”.
En primer lugar, algunas voces revelan que hay una gran deuda del Senado con respecto al acceso a la información y a las comunicaciones de la senadora Campillai. Al no tener la capacidad de leer, la parlamentaria está obligada a escuchar todos los textos y documentos escritos. Sin embargo, sitios como la Biblioteca del Congreso Nacional no cuentan con audiolibros o lectores de voz en la mayoría del material disponible, por lo que la legisladora no puede acceder al contenido de manera independiente.
En ese sentido, aquella situación también ha sido un problema con respecto a los computadores. Según se comenta en la interna, la Cámara Alta no le ha proporcionado un equipo portátil apto a la senadora para efectuar las votaciones y para uso personal en la oficina. El computador que actualmente está utilizando en la sala supuestamente no tiene un registro táctil para que logre discriminar de forma autónoma el voto, generando que su asistente personal, Claudia Ahumada, la deba estar guiando constantemente.
Sin embargo, según información proporcionada por el Departamento de Tecnología del Senado, el computador de la sala de votación cuenta en este momento con la tecnología necesaria para que la senadora emita su voto de manera autónoma. Gracias a las recomendaciones de la Fundación Luz, el equipo tecnológico de la Cámara Alta instaló un equipo con cuatro botones: F1 (votar SÍ), F2 (votar NO), F3 (votar ABSTENCIÓN), F4 (PAREO), los cuales son discriminados por el tacto en conjunto con un sistema de lectura que le pregunta a la senadora, a través de sus audiófonos, si el voto que emitió es acorde a su preferencia, además de recordarle cuánto tiempo le queda para exponer cuando interviene en sala.
Por otro lado, en este momento la administración del Senado está muy pronto a facilitarle a la parlamentaria un computador especial con el programa JAWS instalado, el cual le permitirá que todos los textos de la biblioteca y los documentos digitales puedan ser traspasados a archivos de audio, generando una mayor fluidez y comodidad dentro de su trabajo legislativo.
El otro punto incómodo es la dificultad con la que lidia la senadora para movilizarse en las instalaciones de la Cámara Alta. Los cables en los pasillos, la falta de demarcación de los pisos y las entradas angostas le han traído percances y retrasos durante estas primeras semanas.
Sin embargo, Ximena Amigo, jefa del Departamento de Administración y encargada de la infraestructura del Congreso, aclara que la mayoría de las medidas inclusivas acordadas han sido resueltas.
“Hay varias cosas a largo plazo en la que estamos trabajando, como la accesibilidad universal en las entradas. No obstante, casi todas las medidas han sido resueltas con relación a la infraestructura, como el tema de la oficina, la cual está debidamente equipada tanto en el Congreso de Santiago como en el de Valparaíso. Con respecto al tema de los cables en el suelo, aquello fue resuelto, ya que instalamos cables de aire en los pasillos, principalmente para los periodistas. Además, la ruta que la senadora desde su oficina a la sala de votación está totalmente despejada para que se movilice sin problema”, manifestó.
[caption id="attachment_717928" align="alignnone" width="1024"] Agencia Uno[/caption]
Los primeros roces y distanciamientos
Fabiola Campillai fue clara y rotunda cuando asumió como senadora: “yo apoyo la libertad de nuestros presos políticos del estallido social. Ellos salieron a luchar por todos nosotros, no solamente por ellos y hoy están en las cárceles y los verdaderos delincuentes están en las calles”. Aquella frase no solamente marcó un acercamiento de palabra con la bancada de Apruebo Dignidad, a pesar de que se ha mantenido como parlamentaria independiente, sino también provocó los primeros encontrones con referentes de Chile Podemos Más.
El noveno piso no solo es el espacio que aloja a la senadora Campillai, sino también el lugar donde se encuentran los parlamentarios del Partido Comunista, Revolución Democrática y la Federación Regionalista Verde Social. Los nombres de Claudia Pascual, Daniel Núñez, José Ignacio Latorre, Esteban Velázquez y Alejandra Sepúlveda, según mencionan fuentes cercanas a la bancada de Apruebo Dignidad, son los únicos parlamentarios de izquierda que han mantenido reuniones profundas con Campillai, en desmedro del Nuevo Pacto Social.
"La senadora no tiene problemas en saludar a los parlamentarios de nuestra bancada, pero no se ha dado la oportunidad de mantener reuniones profundas con ella. Yo creo que aquello se debe también al rol que ha jugado la Democracia Cristiana con respecto a la votación para indultar a los presos del estallido. Ximena Rincón y otros parlamentarios de centroizquierda saben que al haber puesto condiciones a un eventual indulto o poner en tela de juicio la labor de la Convención Constitucional, generaron que se arriesguen los lazos con Apruebo Dignidad. Creo que eso no le ha agradado a Fabiola", declaró en off un cercano a la bancada Socialista del Senado.
Sin embargo, a pesar de aquella sensación de exclusividad que ha generado Campillai con su entorno político, hay un parlamentario de Chile Podemos Más que ha sido la excepción: Manuel José Ossandón (RN). El segundo senador más votado de la Región Metropolitana, de lunes a miércoles, siempre saluda a Fabiola Campillai, tanto dentro como fuera de la oficina de la legisladora. Conversaciones amenas e, incluso, reuniones privadas entre ambos han marcado las primeras semanas de este nuevo ciclo parlamentario. No obstante, aquella relación de fraternidad quedó en jaque desde hace algunos días.
El exalcalde de Puente Alto, en una reunión que mantuvo con la senadora en su oficina, le propuso analizar un eventual proyecto para indultar a los presos de Punta Peuco que presenten enfermedades terminales, lo cual habría causado indignación por parte de Campillai, quien reveló que existía una intención de canje e intercambio de votos entre el indulto a los condenados por el estallido social con los condenados por violaciones de lesa humanidad en dictadura, situación que el senador por la Región Metropolitana desmiente tajantemente.
"Yo fui a su oficina porque había conversado harto con ella en la sala, y ahí me ofreció que aprobara la Ley de Indulto, pero nunca le ofrecí un canje a Fabiola Campillai porque, de partida, no estoy de acuerdo con la Amnistía que sugiere el gobierno, así que no podría estar planteando algo que no voy a apoyar", aclaró Manuel José Ossandón a El Desconcierto.
En ese contexto, la senadora Campillai, en una entrevista realizada a la Radio 5 Pinos, ratifica sus dichos y lamenta la propuesta que recibió por parte del senador. "La relación con Ossandón había sido buena, porque yo hablaba con él y se dirigía a mi oficina para saludarme. Sin embargo, mi impresión de él dejó de ser buena cuando decidió venir y ofrecerme esta propuesta, sin considerar que estaba tratando con una persona que fue cegada por agentes del Estado", declaró, dando a entender que las relaciones con él se quebraron.
Por otro lado, dentro de la sala de votación, el senador Luciano Cruz Coke (EVO), también perteneciente a Chile Podemos Más, fue increpado directamente por la senadora, en el marco de la discusión sobre el proyecto de ley que busca penalizar los delitos de incendio a lugares de culto religioso. En medio del debate, Fabiola Campillai emplazó al parlamentario de Evópoli, luego de que este último mencionara varias iglesias quemadas durante las protestas de octubre de 2019.
“Preguntarle a él si sabe cuántas personas fuimos mutiladas, preguntarle cuántas personas fueron violadas dentro de las comisarías, preguntarle si sabe cuántas personas fueron asesinadas por agentes del Estado. Ojalá, me gustaría que me diera una respuesta (...) Ojalá eso se pensara aquí y no condenar sólo algunos delitos, sino condenarlos todos, porque ya un asesino, como Sebastián Piñera, se fue sin tener justicia“, sentenció la ex Lista del Pueblo, sin obtener una respuesta por parte del parlamentario de derecha.