CRÍTICA| Soul, una película animada para adultos
Cuando se piensa en Pixar, vienen a la mente películas como Toy Story, Monster Incs, WALL-E y Ratatouille, entre otras, que han entretenido exitosamente al público y que según La Guarida, se han llevado 1.021 nominaciones y 485 premios. Pero detrás de sus entretenidas escenas y melodías alegres, este estudio se ha destacado por abordar temas complicados a través de la animación.
En Soul, por ejemplo, la historia gira en torno a Joe Gardner, profesor de música y amante del jazz. Gardner, por no percatarse de su alrededor, cae en una obra pública y queda agonizando, estado que se representa como un “campo cuántico del universo”, muy complicado para ser explicado a los más pequeños. Se trata de algo así como una matrix.
En dicho campo se ordenan a las almas para que vayan hacia la tierra y aquellos que han fallecido, se vayan del plano terrenal debidamente. Incluso se pueden encontrar “almas perdidas”, las que se han consumido por sus ansiedades y obsesiones, y por ello se han desconectado de la vida.
La animación se adapta para los mayores, usando personajes transparentes y de forma lineal, designados así para no indicar un estereotipo específico. Pero también captura la atención de los/as niños/as por sus tonos pasteles y fluorescentes.
La "falta de tiempo" vs. la sutileza de la vida
Si bien solo se lanza como un comentario breve, no hay que dejar de lado cuando “22”, alma perdida que acompaña al protagonista a que su alma vuelva a la tierra para hablar con la que podría ser una oportunidad amorosa, señala su “falta de tiempo”. Se trata de una defensa que usualmente se escucha ya entrados los años.
"22", al no estar consciente de las superficialidades de la cotidianidad, disfruta de los pequeños detalles, como hacer ruido con las rejillas, probar dulces y disfrutar del aire, cosas con las que se pueden familiarizar los infantes. Pero, también se detiene en los pequeños detalles, como el escuchar a un cantante callejero, las hojas caer de los árboles y todo aquello que solo se puede dar cuenta al ya tener una noción de la sutileza de la vida.
Problemáticas de la vida adulta
Por otra parte, el protagonista pasa gran parte intentando postergar su muerte, afirmándose del solo gusto por el jazz, como si fuese su única pasión. Esto se entrelaza con la mamá de este, quien lo incentiva a que tenga un trabajo formal y así se pueda independizar totalmente, dejando de lado su sueño, que es el triunfar en la música. Esta es otra de las problemáticas que los menores no deben atravesar, ya que el contemplar los costos de la vida están lejos de ser su preocupación.
Aquí también se ve el valor de la honestidad, ya que Joe le esconde a su madre sus reiterados intentos por triunfar en la melodía y solo al estar “fuera de sí”, se impulsa a realizar conversaciones tensas y sinceras. Esto también pasa a ser parte de la vida adulta, el tener que poner límites entre lo que quieren nuestros seres queridos, la realidad, y lo que el propio Joe escoge.
Finalmente, el protagonista se da cuenta que el propósito no es uno en específico, sino que un conjunto de cosas. El sentir el mar en los pies, un viaje en tren, el tiempo con sus seres queridos, enseñarle a los niños y andar en bicicleta, son momentos que lo han hecho sentir vivo. En definitiva, es una buena estrategia la que usa este estudio, ya que escoge temas delicados y difíciles de afrontar, pero con una carátula más amigable.
Sin duda Soul es una de esas películas que al verlas más veces, se pueden sacar diversas reflexiones, independiente de su rango etario, pero que en los mayores hará un “click” en sus cabezas.
[Te puede interesar]: ‘La Era del Hielo’ estrena su sexta película a 20 años de su aparición en los cines
Soul. 2020. 100 min. Estados Unidos. Pete Docter, Kemp Powers. Pepe Docter, Mike Jones y Kemp Powers. Animación, fantástico, drama, comedia y familiar. Pixar. Animación. Matt Aspbury, Ian Megibben. Trent Reznor, Atticus Ross, Jon Batiste.