Boric, Edipo y la navidad: una mirada desde el psicoanálisis
Este tiempo de navidad, en tanto simbología de natividad, de nacimiento, es un periodo de mucho significado personal, evocador en general en todos nosotros. La familia constituida en el pesebre está formada por la madre, el padre y pastores y hombres que vienen a saludar al recién nacido. Este nacimiento podría verse como un nuevo periodo para Chile, que despierta esperanzas e ilusiones. La situación política en la que una coalición nueva, de jóvenes provenientes de las marchas estudiantiles, en oposición a los partidos tradicionales, de alguna forma despierta en la mente un modelo similar al de Edipo.
Freud, en uno de sus textos comentaba que lo que hace que la obra de Sófocles sobre Edipo Rey permanezca tan vigente tiene que ver con que, más allá de las diferencias de época, hay algo que conmueve y hace que los espectadores revivan a través de la obra ciertas conflictivas propias. En ese caso particular, sería el enfrentamiento del hijo con el padre y el emparejamiento con la madre.
La situación política que hemos estado viviendo nos ha ubicado en un escenario similar, en el sentido de que, desde hace unos años ya, vivimos una conflictiva generacional, en la que una nueva generación empezó a irrumpir en el escenario político, con profundas críticas al establishment político precedente. Conocidas son las críticas de estos jóvenes a los gobiernos de la Concertación o Nueva Mayoría, recordando en cierto aspecto a la situación edípica en el enfrentamiento de Edipo con su padre en un cruce de camino, donde muere el padre Layo. En el caso de política nacional, este enfrentamiento a ratos más fuerte que otros ha sido persistente, teniendo un momento de apogeo con el estallido social, donde unos jóvenes deciden saltar los torniquetes, que simbólicamente representaba el no aceptar imposiciones que les parecían injustas, sin duda reviviendo las dinámicas intergeneracionales. Después, tormentosamente fuimos testigos cómo fuerzas represoras atacaron los ojos, en total concordancia con la historia de Sofocles.
Pese a lo anterior, el día del triunfo en las elecciones de Gabriel Boric vimos sobre el escenario al próximo Presidente con su pareja, pero también a sus padres y hermanos, al modo de una familia unida. También es algo que se dio simbólicamente cuando, previo a las elecciones, tanto el padre Ricardo Lagos como la madre Michelle Bachelet aparecieron dando un abierto apoyo al entonces candidato de la coalición de apruebo dignidad. Además de esto, el propio Boric hizo acercamientos, al usar como referencia en un debate televisivo al gobierno de Bachelet, en este sentido, también los padres simbólicos subieron al escenario a celebrar el triunfo de este hijo. De la misma forma, en el discurso de Gabriel, tras su triunfo, manifiesta ser heredero de una historia, rescatando a los diferentes padres y experiencias tenidas, dando, a mi modo de ver una muestra de madurez política.
En Freud, la resolución del Edipo podría ser el aceptar la mayor fuerza del padre y entonces renunciar a la madre. Esa sería una resolución de aceptación del poder y de sometimiento a este. Otra resolución es un padre comprensivo y estimulador de los desarrollos del hijo, conociendo el cambio de los tiempos, aceptando el paso de este. Esto permite que el hijo no mate al padre, sino que reciba su apoyo y de esta forma incorpore elementos de él de forma consciente. Sin duda, estos elementos recién descritos se encuentran en desarrollo, y las tensiones entre los padres e hijos han sido oscilantes y propios de los ajustes requeridos, dependiendo siempre de la voluntad de los padres y de los hijos de realizar este importante proceso.
En este sentido, la propuesta es que la conflictiva edípica puede tener diferentes resoluciones, una en la que Edipo reconoce a sus padres y los incorpora, y unos padres que se dan cuenta que su hijo pertenece a otra generación, con otros tiempos y lo estimulan a desarrollarse con lo que los padres aportaron. La familia reunida en el pesebre, en unión de los abuelos, con la pareja de jóvenes padres y con un nacimiento al que muchas personas acuden con esperanzas, fue la simbología del día del triunfo de Gabriel Boric luego de su discurso.