VOCES| De Lollapalooza a Santiago a Mil: La nueva inquisición de la cultura en Chile
Si existe un gremio afectado por la pandemia es el mundo de la cultura en todas sus manifestaciones. Prácticamente desde el estallido social que los teatros y espacios culturales comenzaron a cerrar sus puertas por temor a ser vandalizados (Centro Cultural Violeta Parra, Cine Arte Alameda). A partir de ese momento los artistas vieron cómo sus fuentes laborales desaparecían junto con la llegada de la pandemia, que definitivamente les impidió poder ejercer su trabajo. Es así como músicos, actores, equipos técnicos y gestores culturales se vieron obligados a reinventarse ejerciendo oficios alejados de su expertiz para sobrevivir junto con sus familias.
Al día de hoy la situación no ha variado, cumpliendo dos años de parálisis laboral y de futuro incierto en el horizonte, lo que depende del comportamiento de los contagios que inciden en los aforos permitidos en los espacios como teatros y otros. En este contexto las posibilidades de trabajo real para los artistas como los festivales de música, teatro y otras instancias, representan la posibilidad de volver a recuperar su fuente laboral. Es aquí cuando resulta incomprensible que con toda esta realidad las autoridades comunales no tengan la sensibilidad de apoyar al mundo de la cultura. Por el contrario, toman decisiones que los perjudican y coartan aún más sus posibilidades laborales.
Festival Lollapalooza
Se ha desarrollado en la explanada del Parque O'Higgins por diez años. Lo cual ha posibilitado que puedan venir al país las bandas y artistas más destacados en su género a nivel internacional, que los artistas nacionales puedan presentarse en ese escenario y que a partir de esta plataforma puedan acceder a otros países. Sin embargo, el festival no podrá continuar en este espacio de la comuna de Santiago por decisión del reinado y su corte que determinó que representa un problema para el sector. Independiente que la organización aporta al municipio cerca de $600.000.000 y sin perjuicio que la actividad representa una fuente laboral no solo para los artistas, sino también para equipos técnicos, de producción, y variados servicios que se han ganado un nombre en el resto de los festivales a nivel internacional.
La inquisición del reinado de Santiago decide eliminar de su comarca a Lollapalooza. La corte así lo determinó.
Puerto de Ideas
Con un gran esfuerzo de energías, compromiso y contactos de sus organizadores, se ha logrado por diez años levantar una gran iniciativa que es un orgullo no solo para Valparaíso, sino también para nuestro país. Este encuentro ha sido reconocido a nivel internacional, lo que queda de manifiesto con las personalidades que año tras año participan en su programación.
Sin embargo, nuevamente asoma la inquisición del reinado de turno, en este caso Viña del Mar. Municipio al cual se le ofreció poder llevar parte de las actividades del encuentro a los habitantes de esta ciudad. Pero como el poder lo tiene la corte y el séquito del reinado deciden no aceptar la oferta. Aduciendo que el evento se financia con aportes de una embajada que a esta corte no le simpatiza (Israel). Y así entonces impiden y dejan a sus súbditos sin la posibilidad acceder a los contenidos de este gran encuentro cultural.
Festival Santiago a Mil
Por treinta años ha brindado a los chilenos lo mejor del arte en forma gratuita, no continúa más en el reinado de Las Condes porque la corte por siete votos contra tres determinó que “no comparten la ideologización de sus contenidos”. Así, se suma al oscurantismo de la cultura en esta asonada de la inquisición de la cultura en nuestro país.
La corte determinó que los vecinos de su reinado merecen algo superior a sus elevadas mentes y necesidades intelectuales. Proponen que los artistas ahora deberán concursar con sus propuestas vía casting, donde deberán demostrar sus habilidades artísticas. Así los músicos podrán interpretar temas acordes a sus oídos, pero no vaya a ser cosa que quieran mostrar temas de Violeta Parra o versos de Pablo Neruda, porque lo más probable es que no le va a ir bien y no van a calificar a los fondos. Lo mismo con las obras de teatro.
Museo de los Tajamares
A partir de 1603 se comenzó a construir el puente Calicanto sobre el río Mapocho. El primer paseo público de gran nivel en Santiago y uno de los tres proyectos arquitectónicos más importantes de Latinoamérica en su época. Posteriormente el puente fue derribado, quedando partes enterradas en los alrededores de la construcción.
A comienzos de 1980 se inauguró el Museo de los Tajamares bajo la superficie, destacando grandes bloques de lo que fue el puente para que los visitantes pudieran admirar por ejemplo cómo pegaban con claras de huevo los ladrillos. En ese espacio se presentaban diversas exposiciones artísticas, decayendo los últimos años, pero toda la infraestructura permanecía intacta.
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Hoy en día se cumplen dos años desde que por decisión del reinado de Providencia se ordenó sepultar bajo toneladas de tierra y escombros al museo. Sin mayor consulta a la comunidad y pasando a llevar decretos que lo calificaban como Monumento Nacional. En cualquier país civilizado atentar contra el patrimonio implica grandes penas, siendo el Estado quien persigue a los responsables. Aquí pareciera que el reinado conlleva impunidad a los autores de este daño a un bien patrimonial.
De nuevo se asoma la Inquisición. Que como en los otros casos mencionados y este en particular un ser iluminado determinó que las nuevas generaciones de chilenos no podrán conocer parte de nuestra historia en los comienzos de la Colonia. Enterrar un Museo representa una vergüenza para nuestro país.
SANTIAGO, LAS CONDES, PROVIDENCIA Y VIÑA DEL MAR UNIDAS JAMÁS SERAN VENCIDAS.