VOCES| Tecnología y lectura: La enemiga que nunca fue
El 11 de mayo de este año Twitter fue testigo de uno de los debates con más respuestas y burlas de esa semana. “Hoy fui a vacunarme. Unas 50 personas esperando al aire libre. Solo dos leyendo, yo (Maupassant) y una señora (El trauma menstrual ¿?). Todos los demás chequeando el celular. Vivimos en una era del presentismo”, tuiteaba @PabloTorche
Al otro día, el escritor Joaquín Barañao respondía lo siguiente a un tuit de Francisca Solar, también escritora, que se burlaba de Pablo Torche: “Tallas aparte, ¿no encontrai que el celu se está comiendo los espacios que podrían ser de lectura de calidad con un río de células inconexas que al final aporta poco? A mí también me pasa”.
Según el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, en su “Estudio sobre comportamiento lector a nivel nacional” del año 2011, los chilenos y chilenas, en su tiempo libre, prefieren ver televisión (37%), escuchar radio (16%) o practicar deportes (9%). Solo un 6% elige la lectura como primera preferencia de actividad en el tiempo libre.
[Te puede interesar]: VOCES| Querida Roser
Como nos muestran estos datos, los dispositivos electrónicos son los primeros al momento de ser elegidos en el tiempo libre de las y los chilenos. Según la Subsecretaría de Telecomunicaciones, en 2019 los aparatos celulares de nuestro país subían a 26 millones de unidades. En otras palabras, en Chile hay casi un celular y medio por persona.
Estos hechos podrían confirmar la primera afirmación de esta columna: que la tecnología es enemiga de la lectura, como dicen algunos. Sin embargo, la realidad actual dista mucho de aquellas opiniones y datos.
Es claro que el uso de celulares, tablets o computadores ya es masivo en nuestro país, y en el mundo. ¿Pero son enemigos implacables de la lectura? Yo diría, como lo vengo adelantando, que no es tal.
Primero, ¿qué entendemos por “lectura”?
¿La “lectura” solo es posible en libros?, ¿en libros físicos? Yo creo que no. En este sentido, actualmente estamos leyendo más que nunca gracias a la tecnología: Tuiteamos, leemos mensajes en Whatsapp, algunos aún usan los mensajes de textos, entre otros. Todo el tiempo estamos leyendo a través de nuestros dispositivos móviles.
A lo anterior podemos mencionar otros formatos de lectura que en la actualidad se consumen: audiolibros, con los que puedes leer un libro mientras cocinas o estás conduciendo tu auto. También están los videocuentos, que son pequeñas historias contadas a niñas y niños a través de lo audiovisual.
Pero si queremos decir que la lectura es igual a libros, puedo mencionar el éxito que ha tenido la Biblioteca Pública Digital durante estos tiempos. Esta biblioteca creció un 46 % comparado con el año 2019, donde prestó más de 390 mil textos.
Otro dato que nos puede dar una señal de que la lectura digital se está expandiendo, y por ende la lectura, es que, según la editorial SM, presente en el II Encuentro de Bibliotecas Digitales e Industria Editorial, organizado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en conjunto con el Ministerio de Educación, su producción de ebooks creció en 2018 un 500 %, y en la actualidad la venta de libros digitales creció un 1800 %, comparado al año anterior.
El uso de las tecnologías en los nativos digitales marca un hábito, que seguramente se seguirá repitiendo en las generaciones venideras, en el que estos usarán las nuevas herramientas no solo para ver videos, jugar o escuchar música, lo cual está bien, sino que también lo harán para leer. ¿Lectura de calidad? ¿Qué es “lectura de calidad”? Bueno, esa es harina de otro costal...
La tecnología no vino a destruir a la lectura, como se piensa, o se pensaba, sino que a potenciar a la misma a través de diferentes formatos que podemos encontrar en la actualidad.