Claudio Orrego (DC), candidato a gobernador por la RM: "Transformar esta elección en una primaria presidencial es un insulto a la gente"
“Hay quienes creen que porque no han tenido cargos previamente, porque vienen de tal o cual partido, porque tienen tal o cual edad, o tal o cual género, la gente los va a apoyar solo por eso”, dice el candidato de Unidad Constituyente a la Gobernación de la Región Metropolitana (RM), Claudio Orrego (DC).
Y es que uno de los principales argumentos que publicita para diferenciarse de sus rivales es su “experiencia”, ya que el ahora postulante a la cabeza del gobierno regional fue ministro durante el gobierno de Ricardo Lagos, alcalde de Peñalolén por dos periodos consecutivos e intendente metropolitano durante los cuatro años del segundo gobierno de Michelle Bachelet.
De momento, la apuesta pareciera dar resultado, ya que algunos de los últimos sondeos publicados lo ubican primero, aunque sin posibilidades de ganar en primera vuelta. Sin embargo, afirma que “no me enamoro por las encuestas, ni me deprimo por ellas. La única encuesta que vale es el voto de la gente el día del 16 de mayo”.
En conversación con El Desconcierto, Orrego se refiere al escenario de la oposición con miras a las primarias presidenciales, donde asegura que no ve “espacio político” para realizar cambios de nombres en la candidatura de la DC; critica la "presidencialización" de las elecciones de mayo; y entrega claves sobre su eventual gobierno.
Además, aborda dos temas por los que enfrentó duras críticas durante su gestión en la Intendencia de la RM: el actuar de Fuerzas Especiales de Carabineros durante las protestas estudiantiles en 2016 y la firma del decreto de expulsión del realizador italiano Lorenzo Spairani. Este último llegó al país becado por la Unión Europea para cubrir a los movimientos sindicales en Chile, pero tuvo que abandonar el país a raíz de una decisión que la Corte Suprema, posteriormente, consideró “inaceptable” y declaró “ilegal”.
-¿Tiene confianza en que ganará la próxima semana?
-Las elecciones no se ganan hasta que se cuenta el último voto. Hay que ser muy prudentes y humildes. Sabemos que en los últimos años las encuestas siempre han tenido un alto margen de error. Lo que sí estoy convencido es que los número reflejan que la gente está valorando, al menos en las encuestas, la trayectoria, la experiencia, la capacidad de gestión, la presencia en terreno y la participación, que han sido el sello de nuestra propuesta para la Región Metropolitana. Ahora, ¿qué va a pasar el 16?, esperemos a contar los votos.
-Esas mismas encuestas muestran que hay un alto porcentaje de personas que no apoyan a ningún candidato. ¿A qué responde eso?
-El promedio de abstención en la últimas elecciones municipales fue arriba de 60%, entonces no es extraño que tengamos un nivel de indecisión de parte del electorado de cerca del 50%, de hecho, eso es menos que en la última elección. Y en la del plebiscito, que probablemente ha sido la de mayor participación en las últimas dos décadas, fue de 54%. Si a eso le agregas que la gente conoce poco el cargo de gobernador, creo que es entendible. Parte de la labor que tenemos que hacer los candidatos es explicar en qué consiste el cargo y por qué es importante ir a votar. Esta es la elección más trascendente que hemos tenido en Chile después de, probablemente, el plebiscito del año pasado y las elecciones de Patricio Aylwin.
-Si bien usted se mantiene primero, lo siguen Catalina Parot (Chile Vamos) y Pablo Maltés (PH). ¿Se ve en una segunda vuelta con Maltés?
-Por rigor y disciplina, me tengo que poner en todos los escenarios y ese es un escenario. Y no es un escenario imposible. Como tampoco lo son con alguno que otro adversario, uno tiene que estar disponible para competir con quien la gente decida que uno tiene que competir, si es que hay segunda vuelta.
-“Si es que hay segunda vuelta”. ¿Cree que podría haber un ganador en primera vuelta?
-Quiero ser bien consistente, creo que en las elecciones es muy probable que haya una segunda vuelta, porque hay ocho candidatos y mucha dispersión de votos. Pero eso solo lo vamos a saber el próximo 16 de mayo, cuando se cuenten todos los votos.
-¿Qué opinión tiene del candidato Pablo Maltés?
-Trato de no opinar sobre mis adversarios porque creo que son todas personas obviamente respetables. Lo que sí puedo decir, y esto vale para todos quienes han tratado de presidencializar esta elección, es que decir “si usted vota por mí, en el fondo está votando por tal o cual candidato presidencial”, y en eso Pablo Maltés no es el único, también lo ha hecho Catalina Parot y Karina Oliva. Pretender transformar esta elección de gobernadores en una primaria presidencial, es en el fondo un insulto a la gente y a sus necesidades. Esta es una región que requiere de un liderazgo que tenga la capacidad, la experiencia, el conocimiento, el terreno para abordar los principales desafíos y hacerla una ciudad y una región más justa y más humana. No me parece bueno, ni tampoco justo, que se ocupe esta elección tan importante para potenciar candidaturas presidenciales.
-Pero algunos líderes de Unidad Constituyente, como los senadores Jaime Quintana (PPD) y Carlos Montes (PS), sostuvieron que las definiciones sobre las primarias se harán después de la elecciones de mayo. ¿No puede ser leída, entonces, como una antesala a las primarias presidenciales?
-Creo que los ciudadanos van a ir a votar este 15 y 16 de mayo, en el caso de las regiones, por la persona que tenga la mayor experiencia, la capacidad de gestión, de diálogo y de resolver los problemas del territorio. No va a votar por alguien simplemente por una suerte de adhesión presidencial. En eso estoy absolutamente convencido. Quienes dicen, lo han dicho algunos candidatos, que si se pierde esta elección se pierde la presidencial, me parece que es absurdo, no se sostiene, además creo que es un insulto a la gente, la gente no es tonta. Dicho eso, creo que es distinto decir “mire, cuando termine la elección de mayo, bueno, analicemos políticamente lo que pasó”. Es evidente que todas las fuerzas políticas van a tener que evaluar cómo nos fue por separado y cómo nos fue juntos, recordemos que aquí tenemos grados de unidad mayores en algunas candidaturas que en otras. Políticamente, es razonable que se evalúe qué pasó con esta elección y que de ahí se saque conclusiones para adelante, pero no es lo mismo que decir “la elección de gobernador es una primaria presidencial”. Entre uno y otro hay un trecho tremendo.
-Y en esa evaluación posterior, ¿cree que puedan haber cambios de nombres en las primarias?
-Siempre es posible, creo que esto está muy líquido. Ahora, si me lo preguntas por el caso de Yasna Provoste, que es un caso específico de la DC, tenemos que separar dos cosas: todo el país hoy día valora el rol republicano que está jugando la presidenta del Senado, tratando de generar estos mínimos comunes en un momento tremendo de crisis social y política. Ahora, la DC ya tomó una decisión que, además, fue una primaria abierta de apoyo a Ximena Rincón, entonces no creo que hay que mezclar ambas cosas. Eso no quiere decir que no puedan surgir otros nombres en la papeleta, porque hay varios partidos, hay independientes también. En la última encuesta hasta a Julio César Rodríguez lo tienen como precandidato. Dicho eso, el apoyo que todos estamos dando al liderazgo de Yasna Provoste no hay que enredarlo, porque le podemos hacer un flaco favor con una decisión que ya tomó la DC participativamente, no la tomó un órgano del partido, fue una primaria abierta. Es muy difícil deshacer eso porque no hay tiempo político.
-¿Incluso con los resultados en la mano?
-En el caso de la DC, creo que no. Creo que las cosas se deshacen como se hacen: si tú hiciste una primaria, tendrías que hacer otra primaria y para eso, honestamente, creo que no hay espacio, sobre todo en medio de la pandemia en que estamos.
-¿Cree que debe haber primarias con el Partido Comunista y el Frente Amplio? ¿Qué hay de Pamela Jiles?
-Honestamente, lo único que yo pido, porque soy el candidato no solo de la Democracia Cristiana, sino que de Unidad Constituyente (UC), es que al menos UC tenga un candidato o candidata único. Para mí el desde es una primaria de ese nivel de la centroizquierda. Ahora, si hay espacio para crecer con coherencia, bienvenido sea.
-¿Dónde pondrá el foco en la última semana antes de las elecciones?
-Para mí lo más importante es que la gente vaya a votar. Eso es bueno para Chile, porque va a tener gran respaldo la Convención Constitucional, fundamental para las próximas décadas en nuestro país. Es muy importante que, con un gobierno nacional tan débil, los gobiernos locales que surjan de esta elección y los gobiernos regionales que son nuevos, cuenten con un gran mandato político. Además, en lo personal, cuando hay una persona con trayectoria y con experiencia, a mayor cantidad de gente participando, mejor me puede ir, pero creo que es muy bueno para la democracia que vote mucha gente. Yo no voy a cambiar mucho mi estrategia de campaña, siempre dije desde el día uno que íbamos a hacer una campaña híbrida, 50% en terreno y 50% en las redes. Así lo hemos mantenido, tenemos una presencia fuerte en redes sociales, no de ahora, como muchos, sino que el último año. Estoy recorriendo seis comunas diarias y creo que al final esa presencia en terreno, porque soy la única candidatura que ha visitado dos veces todas la comunas, al final va a ser valorada por la gente el día de la elección.
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"Un Stgo"
-Su lema de campaña es “Un Stgo”, ¿cómo se refleja eso en las comunas de la periferia de la capital?
-Mi principal diagnóstico es que nuestra región, que está siendo la región más populosa de Chile, es la más desigual. La experiencia de calidad de vida de alguien en Alhué, en San Pedro, en La Pintana, en Cerro Navia, en Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea, no tiene nada que ver. Hay gente que no sabe que la RM es la “Región Metropolitana de Santiago”, así se llama. Entonces, cuando decimos "Un Stgo" nos referimos a toda la región. Incluyendo a las 18 comunas rurales, que soy el único candidato que las ha visitado. La idea de “Un Stgo” es que tengamos un mismo estándar, que si vamos a hacer un parque en La Pintana, que tenga el mismo estándar que el Parque Bicentenario, si vamos a hacer una plaza en Bajos de Mena, como de hecho hicimos cuando yo era intendente, que tengan el mismo estándar los juegos de una plaza en el Parque Araucano. Creo que hay que hacer una especie de Plan Marshall, un nuevo pacto en materia municipal y en materia territorial. Dos ejemplos: hoy día el ingreso per cápita de los municipios tiene hasta 1.000% de diferencia. Cuando uno pregunta “¿no debiéramos dar más plata a La Pintana que a las Condes?”, sí, pero el sistema de financiamiento municipal hoy día le da más plata a Las Condes, que tiene menos necesidades. Pero además, cuando hablamos de la seguridad, cómo se asignan los carabineros, tu llegas nuevamente a la sorpresa de que tenemos más carabineros por habitante en las comunas que tiene menos delitos y menos en las comunas que tiene más delitos. No solamente es desigual, sino que la acción del Estado profundiza la desigualdad.
-Una de las principales demandas sociales en el último tiempo es mayor participación ciudadana, ¿tiene contempladas instancias de ese tipo en una eventual gestión regional?
-Nosotros no solamente hemos hablado de participación ciudadana, sino que la hemos practicado. Te desafío a que encuentres una candidatura que haya tenido 70 cabildos virtuales ciudadanos en todas las comunas, en todas las temáticas y que haya construido un programa de gobierno en base a las opiniones de más de 10 mil vecinos. Eso es una muestra concreta de cuánto creemos en la participación. Todos los proyectos que vamos a financiar como gobierno regional van a tener un componente de participación. Es distinto hacer una plaza que hacer la nueva alameda providencia, son mecanismos de participación distintos. Pero lo importante es que cada peso de financiamiento que haga el gobierno regional tenga también al menos el cedazo de la participación de la gente. Además, creemos que es importante revisar hoy día el plan regulador metropolitano, que ya lleva más de 20 años y una de las maneras que estamos viendo es a través de una Convención Metropolitana, en la que podamos tener representantes de todas las comunas.
-¿Qué tipo de representantes comunales?
Hay que ver cómo lo hacemos, si a través de los consejos municipales, de los consejos económicos y sociales de las comunas, etc. Pero una instancia que no sea solamente el Consejo Regional, sino que también incorporemos a gente del mundo académico, del mundo privado y del mundo social. Yo siempre he dicho que el nuevo gobernador tiene que ser como un director de orquesta, ahora un buen director de orquesta tiene que tener dos elementos. Uno, un grupo diverso de músicos: municipios, sociedad civil, academia, mundo privado, etc. Y segundo, una buena partitura, porque tu puedes tener los mejores músicos, pero si tienes partituras distintas no llegamos a ningún lado. Lo que le falta a Santiago es que asumamos que no podemos seguir trabajando cada comuna como una isla, sino que tenemos que trabajar en conjunto como si fuéramos una orquesta. Si algo yo he aprendido de esta campaña, es que hoy día no hay democracia sin participación y no hay autoridad legítima sin terreno. Eso va a ser un sello de lo que nosotros vamos a hacer.
-Uno de los principales desafíos que tendrá la o el nuevo gobernador será la reactivación económica regional, ¿qué le han dicho las pymes al respecto?
-Nosotros tuvimos dos cabildos vinculados al tema del desarrollo económico. Uno que era de turismo y el otro que era en general de desarrollo económico de la región. El sector turismo es lejos el que está más destruido, pequeños hoteleros, pequeños agentes turísticos, el sector del Cajón del Maipo, de Isla de Maipo, toda la ruta de las viñas, los pequeños comercios. Cuando yo era intendente creamos una corporación de turismo que después se transformó en corporación de desarrollo, queremos retomar este foco. Lo segundo es que las autoridades sectoriales del gobierno no tiene idea lo que le pasa a la gente, entonces lo que queremos hacer nosotros es una mesa regional de desarrollo económico con tres objetivos: coordinar la labor de Sercotec, Sence, Corfo y BancoEstado con los municipios y los territorios; promover la creación de corporaciones de desarrollo económico y productivo de las comunas; un plan de activación y aceleramiento de obras públicas, porque sabemos que además las obras públicas son intensivas en manos de obra, tanto las nacionales como las regionales. Hay un cuarto punto que es más de mediano plazo, que tiene que ver con la idea de hacer un parque tecnológico industrial. Estamos en conversaciones con la Universidad de Chile, porque creemos que es importante que la región genere espacios de convergencia entre el mundo académico, el mundo de los emprendedores y también el mundo del financiamiento o inversión de capital.
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Gestión como intendente metropolitano
-Si bien las potestades de un intendente y del nuevo gobernador son distintas, ¿qué ventaja le da esa experiencia?
-La ciudadanía de verdad quiere que la persona que resulte electa le ayude a resolver los problemas. No quiere alguien que le prometa que le va a resolver todo de la noche a la mañana, porque la gente sabe, no es tonta, que eso no es posible. Pero sí aquí no estamos eligiendo quien tiene la mejor lista de deseos, estamos eligiendo a la persona que tiene la mejor lista de ideas y que tenga la capacidad de implementarla. Mi experiencia fundamental es de cargos territoriales, nunca he sido parlamentario, no he sido líder de partido, yo soy una persona de terreno, ejecutiva. Entonces, cuando una persona pregunta “¿qué es lo que ha hecho?”, yo le puedo decir todo lo que he hecho. Los ocho parques que hicimos cuando era intendente, los 100 kilómetros de ciclovía, el Chimkowe en Peñalolén. Yo creo que tengo una aproximación a este cargo mucho más como un alcalde mayor que como un parlamentario chico. Creo que eso es bueno porque el parlamentario se dedica a debatir, las autoridades locales y especialmente los alcaldes tienen que resolver los problemas. Si miras a los ocho candidatos que estamos, sin duda alguna la persona que tiene más experiencia del territorio, tanto por lo que ha hecho antes como también por cómo enfocó su campaña, soy yo.
Cuando escucho a algunos de los candidatos contendores míos, pareciera que están postulando a otro cargo, porque van a cambiar las leyes, van a construir trenes. Yo digo “oye, pero sabrán cuáles son las atribuciones del nuevo gobernador”, porque ojo, uno tiene que empezar a gobernar del día uno. Lo siento, señor o señora, usted va a ser elegido para administrar un cargo que tiene ciertos recursos y ciertas atribuciones. Y la gente le va a pedir resultados desde el día uno, para esa pega sin duda alguna que yo creo que mi experiencia es algo que la gente va a valorar como un punto a favor.
-¿Cree que lo pueda afectar el descontento general que existe en relación con los partidos políticos, sobre todo con los que han sido gobierno últimamente?
-En esto que hay que ser muy humildes, porque todos tenemos que hacer autocríticas de la crisis de la política en nuestro país, sobre todo los que militamos en partidos. Pero nunca es bueno arrogarse la representación absoluta del pueblo. ¿Te acuerdas cómo fue el resultado de las últimas primarias? Entonces yo digo mira, yo no me voy a arrogar la representación de la gente, yo he escuchado mucho en este campaña, he recorrido el territorio y le he hecho una propuesta a la ciudadanía y voy a escuchar con mucha humildad qué nos dice el 16 de mayo. Hay gente que cree que porque no ha tenido cargos previamente, porque viene de tal o cual partido, porque tiene tal o cual edad, o tal o cual género, la gente los va a apoyar solo por eso. Yo creo que hoy día el ciudadano chileno es mucho más exigente y puede ser muy crítico de la política actual y de los partidos. Cosa que yo también comparto, siendo militante de un partido, soy muy crítico. Pero al final la gente lo que va a evaluar es qué es lo que uno ha hecho en la vida y si tiene o no capacidad para llevar a cabo lo que promete. En esa ecuación, creo que la trayectoria de Claudio Orrego como alcalde y como intendente es súper.
-Pero esa misma experiencia, ese mismo trabajo, se refleja en algunas cosas que fueron bastante criticadas en su momento, como la represión hacia las protestas estudiantiles en 2016 o la expulsión del realizador audiovisual Lorenzo Spairani, que venía becado por la Unión Europea y que después fue declarada ilegal esa expulsión por la Corte Suprema. ¿Cree que estos hechos podrían afectar sus posibilidades?
-Yo creo que la gente va a evaluar una gestión que en el caso mío no es solamente de cuatro años de intendente, también es de ocho años de alcalde. Respecto al tema estudiantil, creo profundamente y he defendido siendo estudiante yo, en tiempos de dictadura, cuando a uno lo metían preso por cualquier cosa, en cualquier momento y nos apaleaban, que el derecho a manifestarse pacíficamente es un derecho humano, esencial de la democracia, que hay que protegerlo y que hay que cuidarlo. Y no solo eso, creo que la autoridad tiene que ser proactiva en aquello. Ahora, no existe ningún derecho humano a protestar violentamente o a destruir la ciudad, eso no existe. Cuando eso ocurre tiene que intervenir la fuerza pública con protocolos y de manera proporcional. ¿Qué hice yo? ¿Cuál es mi récord? Yo autoricé, como intendente de la RM, 3.757 marchas. Creé un consejo de movilización social, no me lo exigió nadie, compuesto por Carabineros, el INDH, las federaciones de estudiantes, el mundo de los ciclistas, la CUT, el mundo de las mujeres, el mundo de la diversidad sexual y el mundo de la liberación de la marihuana. Nos reuníamos varias veces en el año y lo que hacíamos era ver cuál era la mejor manera de ejercer este derecho, de manifestarse pacíficamente, sin que hubiera problemas en la ciudad. Buscamos maneras de poder ponernos de acuerdo. Tanto es así, que en esa mesa surgió la primera publicación de los protocolos de actuación de Carabineros, gracias al trabajo de este consejo. Entonces, cuando la gente dice así como suelta de cuerpo "Orrego los reprimió", lo que no dice es que yo autoricé 3.757 marchas, que tuvimos una mesa de trabajo permanente, estoy hablando del 2014 al 2018, mucho antes de todo lo que ha pasado, y probablemente si se hubiera mantenido esa instancia nos hubiéramos evitado muchos problemas y atrocidades que hemos vivido durante este tiempo.
Cuando hubo disturbios, como esa marcha nocturna que quemaron casi toda la Alameda, bueno, Carabineros tiene que actuar y siempre con proporcionalidad. Por lo menos en el tiempo en que yo estuve como intendente no tuvimos ningún caso de violación a los derechos humanos como los que hemos vivido ahora. Mi récord, desde el punto del resguardo de este derecho fundamental de la democracia, creo que es súper bueno. Ahora, si tú me preguntas si el Estado democrático tiene que controlar, legal y proporcionalmente, por su puesto, hechos de violencia que destruyen la ciudad, sí.
-¿Eso incluye destruir un torniquete, por ejemplo?
-Si tú me dices a mí que alguien está destruyendo, no solamente un torniquete, un local de la esquina, cualquiera sea este, eso tiene que ser controlado, pero por supuesto dentro del apego a derecho. El gran desafío de la democracia contemporánea en Chile y en el mundo es cómo se preserva el orden público con pleno respeto a los derechos humanos. Acá hay tres tipos de personas, aquellos que dicen que hay que restablecer el orden público aun a costa de los derechos humanos; otros que dicen que no importa el orden público, que da lo mismo que se queme un museo o que se queme una iglesia; y aquellos que sostenemos que tenemos que buscar la manera en democracia de restablecer el orden público con respeto a los derechos humanos. Eso significa un nivel de formación en Carabineros, protocolos de actuación, como el tema de balines y la cantidad de personas que quedaron sin ojos, eso es claramente un tema abusivo de parte del Estado. Pero no porque tú rechaces la violación de los derechos humanos que vivimos en el país en el último tiempo vamos a decir que no es importante el orden público. No hay democracia sin orden público. Imagínate una sociedad en la cual opere la ley de la selva, que cada uno haga lo que quiera, eso no es democracia.
-Y en el caso de Lorenzo Spairani, ¿fue un error haberlo expulsado?
-Los antecedentes que se dieron en ese momento eran antecedentes que había dado la Policía de Investigaciones y por eso se adoptó la medida. No puedo agregar mucho más que eso.