Presidente de Argentina califica de "payasada" imputación del ex ministro de Salud por "vacunatorio VIP"
En una rueda de prensa desde el Palacio Nacional de Ciudad de México, en donde se encuentra de visita oficial, el mandatario argentino ha enfatizado que detesta los privilegios y que no se vale de ellos, ni soporta que ocurran, sin embargo, matiza, el caso de González García no pasa de ser una "una falta grave".
Este lunes, el fiscal federal Eduardo Taiano imputó a González García y a su sobrino, Lisandro Bonelli, por las irregularidades en el programa de vacunación que se dieron a conocer la semana pasada, cuando el periodista Horacio Verbitsky afirmó que accedió a la vacuna de manera prioritaria gracias a las gestiones de su "viejo amigo", en relación al ex ministro de Salud.
Cerca de una quincena de denuncias fueron presentadas ante la fiscalía, en las que se señalaba a González García por haber "dispuesto que personal del Hospital Nacional Posadas concurriese a la sede del Ministerio de Salud para inmunizar a diversas personas que no cumplían con los criterios de prioridad epidemiológicos".
"No hay ningún tipo penal en la Argentina que diga 'será castigado el que vacune a otro que se adelantó en la fila'. No existe ese delito y no se pueden construir delitos graciosamente", ha señalado Fernández, publica la agencia Télam.
"Terminemos con la payasada; le pido a los jueces y fiscales que hagan lo que deben", ha expresado Fernández para quien la justicia argentina tiene "muchos delitos para investigar", entre los cuales, ha remarcado, "el negocio de los peajes" del ex Presidente Mauricio Macri, "y el terrible y lamentable endeudamiento" que sufrió el país, "un negocio para los amigos del poder", añadió.
En ese sentido, Fernández considera "razonable" que algunas de las personalidades cuestionadas que recibieron la vacuna pudieran acceder ya a ella, puesto que estaban expuestas por sus tareas en el Gobierno tanto fuera como dentro de Argentina, como el ministro de Economía, Martín Guzmán.
A su vez, y ante las críticas de algunos sectores, Fernández ha explicado que "entre los vacunados había personas que estratégicamente debían vacunarse", entre ellos él, puesto que "los medios argentinos decían que no se podía confiar en la vacuna rusa".
"Tuve que convocar a la confianza ciudadana", ha aseverado Fernández, una situación similar, ha contado, por la que otras figuras políticas se vacunaron, como la vicepresidente Cristina Fernández u "otros gobernadores, muchos de los cuales no son ni del oficialismo".
"Hubo una campaña despiadada desatada por la oposición para hacer creer a los argentinos que la vacuna Sputnik V era veneno y hasta me denunciaron por estar distribuyendo veneno, y ahora son los mismos que piden por favor que les dé el veneno a ellos, que traiga más veneno", ha apuntado.