Marcos Barraza, ex ministro de Bachelet y constituyente por el D13:

Marcos Barraza, ex ministro de Bachelet y constituyente por el D13: "El gobierno de Piñera ha debilitado los derechos sociales"

Por: Luciano Candia | 17.02.2021
El psicólogo y militante del Partido Comunista (PC), habla en extenso con El Desconcierto sobre los dos últimos casos con resultado de muerte que involucran el actuar de Carabineros, las principales candidaturas de la oposición ante las elecciones presidenciales, su propia candidatura como constituyente y su visión respecto del PC en el escenario político y ciudadano. "Difiero de la premisa de que hay una visión caricaturesca del PC. Creo que esa visión la expresan los partidos de derecha y sectores neoliberales, pero en el pueblo de Chile existe una valoración profunda", dice, entre otras cosas, el ex ministro de Desarrollo Social.

El proceso constituyente y el despliegue de candidatos y candidatas a la Convención Constitucional están atravesados por conflictos que vive el país derivados del estallido social y la pandemia del COVID-19. El rol de Carabineros y las demandas que se visibilizaron con la revuelta y el coronavirus están en el centro del debate y marcarán la hoja de ruta.

Al menos eso cree Marcos Barraza (PC), ex ministro de Desarrollo Social durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet, quien proyecta una disputa dura en la Convención. Psicólogo y actual director de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, el PC con mayor peso político en el anterior gobierno busca incidir en ese debate y decidió lanzar su candidatura a constituyente por el distrito 13, que comprende a las comunas de El Bosque, La Cisterna, San Ramón, San Miguel, Lo Espejo y Pedro Aguirre Cerda.

“Es un distrito de mucha lucha social, que refleja muy bien las expectativas de transformación que vienen en el país, y hay un movimiento popular muy fuerte, sólido”, dice Barraza sobre la zona que ha elegido para desplegarse.

Pero su camino no ha sido fácil. Pese a ser ex ministro y a militar en un partido, ve con preocupación cómo se ha construido la ruta para la Convención Constitucional.

“El acuerdo del 15 de noviembre tiene muchos déficits. Por eso no lo suscribimos (como PC). Uno de ellos es que no están garantizadas todas las condiciones para todas las candidaturas, ya sean de independientes o de partidos, para difundir ideas en un hito tan importante como es quienes van a redactar la nueva Constitución. Y eso tiene mucho más impacto en el mundo independiente”.

-¿Qué se puede hacer para solucionar esos problemas, como el escaso tiempo asignado para independientes en los spots de TV?

-La responsabilidad es del gobierno, y debiese dar garantías de pluralismo de información. Vimos que durante el plebiscito la derecha hizo un despliegue tremendo con información orientada para no cambiar la Constitución. Eso debilita aún más la democracia.

-Otro tema que ha puesto en cuestión el valor de la democracia recientemente ha sido la relación de la sociedad con Carabineros. En particular, por los últimos hechos que se ha divulgado ampliamente, como el caso Francisco Martínez, el malabarista abatido por un funcionario policial en Panguipulli. Usted ha dicho que se debe crear una nueva policía. ¿Qué propone para que eso pueda suceder?

–Primero, requisitos de acceso con estándares más elevados para quienes aspiran a ser policías; segundo, una malla curricular apegada completamente a un estándar de policía democrática, y en consecuencia, de derechos humanos; y tercero, la existencia de un control financiero y de transparencia riguroso. Ciertamente, se debe democratizar el acceso a Carabineros y revisar profundamente su dependencia del Ministerio del Interior, pues claramente tiene atribuciones que no son compatibles con una institución que debe estar regulada y no ser deliberante. Esto es lo más complejo. Carabineros actúa de forma militar y deliberante, se auto atribuye prerrogativas que son incompatibles con el Estado de derecho. 

-¿Qué opina sobre la forma en que las autoridades reaccionaron ante los hechos ocurridos en Panguipulli y al interior de la 51º Comisaría de la comuna de Pedro Aguirre Cerda?

–No se sostiene una defensa irrestricta al proceder de Carabineros por parte del Presidente Piñera y su gobierno, cuando todos saben que no se ajusta a una policía democrática. Muy por el contrario. Su historial de violaciones a los derechos humanos, del pasado y del presente, muestra con evidencia que es una policía que mantiene una doctrina de seguridad interior del Estado que es contraria a los parámetros democráticos. 

Las defensas corporativas que hace Carabineros respecto de su proceder están lejos de entenderse como la de una policía que está regulada por el poder civil. Actúan como una cofradía que es de un proceder completamente violento e irracional. Las imágenes de Panguipulli son elocuentes, desde el punto de vista de un proceder policial que está contextuado con normas y atribuciones, como la ley del control preventivo de identidad, que además de ser ineficiente, opera con el sesgo de clases, con resultado de muerte en este caso.

En el caso de la 51º comisaría de Pedro Aguirre Cerda, la muerte de Camilo Miyaki, claramente genera dudas que son profundamente justificadas. Estamos hablando de la misma comisaría que ha estado involucrada en violaciones a los derechos humanos durante el estallido social, de abuso sexual, de generación de montajes, y donde hay carabineros que están involucrados en procesos judiciales a propósito de su rol contrario a sus propios protocolos, que por débiles que sean, tienen. El historial de Carabineros es completamente contrario a la protección de la ciudadanía.

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-¿Y sobre la cobertura mediática que han recibido?

–Creo que, en términos generales, los grandes medios de comunicación se demoran mucho en hacer lecturas correctas, desde el punto de vista de la protección de la ciudadanía. El día que fue asesinado el joven en Panguipulli, los medios de comunicación se demoraron mucho en calificar el hecho, incluso como un presunto homicidio, aunque para todos fue evidente que lo era. Cuando pasó la muerte de George Floyd en Estados Unidos por violencia racial, los medios de comunicación chilenos rápidamente calificaron y valoraron el hecho como un asesinato racial, y aquí no se valora el hecho como un asesinato clasista. Los medios sólo revelan la orientación discursiva que tiene Carabineros de Chile, actúan de manera parcial. 

-A su juicio, ¿qué cree que fue lo principal en que se falló en el caso del joven malabarista abatido por Carabineros?

–Creo que hay más de una situación que muestra fallas estructurales de la formación de Carabineros. En primer lugar, el carabinero tiene protocolos que le permitían, ante una situación de riesgo, haber actuado de manera disuasiva en muchos términos. Eran tres carabineros. Pudieron haber reducido al joven y no disparar seis veces. Es más, en las imágenes, se observa que el otro carabinero bajó su pistola rápidamente.

¿Qué indicios les hizo pensar que la persona estaba cometiendo un ilícito, una infracción o un delito? Ninguno. ¿Por qué no se ajustaron a los protocolos que son disuasivos? Disparar un arma en la vía pública no corresponde. Pone en riesgo a la persona a la cual se le está disparando, ciertamente, pero también al entorno que transita. Carabineros podría haber reducido de otra manera a este joven. 

-¿Considera que el control de identidad preventivo es una medida eficaz?

–Es equivalente a la detención por sospecha durante la dictadura e inicios de la transición, que costó mucho dejar sin efecto. Opera con clasismo. Las personas que son controladas son de sectores populares, pobres, trabajadores que se desplazan a su fuente laboral, pero no es una práctica de la policía que se sitúe de igual manera en todos los lugares de Chile.

Esa misma práctica, que no se explica ni se justifica, además no muestra eficiencia. No hay ninguna evidencia de que el control de identidad permita perseguir la delincuencia, o generar arrestos oportunos a quienes tienen órdenes de detención por delincuencia. (...) La molestia, la ofuscación, frustración, rabia, de las familias, es porque Carabineros no tiene un rol que proteja a la población. Su actuar es contrario al interés social. 

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“La principal candidatura que hoy tiene posibilidades de desplazar a la derecha es la de Daniel Jadue”

Barraza, además de la contingencia, habla con El Desconcierto sobre su candidatura y las principales figuras de la oposición que pueden irrumpir fuerte de cara a las presidenciales de noviembre; Daniel Jadue, favorito en los sondeos ciudadanos, y Paula Narváez, proclamada por el Partido Socialista (PS) como su abanderada en la carrera por La Moneda.

-¿Ha habido poca apertura por parte de la ex Concertación para lograr acuerdos?

–El gobierno del Presidente Piñera ha debilitado los derechos sociales en nuestro país, los ha mercantilizado aún más. Ha profundizado una política de focalización extrema, que ha dejado a merced de las circunstancias y en el desamparo a millones de personas en nuestro país. ¿De qué otra manera uno se explica que en el distrito 13 existan tantas ollas comunes? Es porque hay hambre y miseria. 

Pero, además, es evidente que los partidos de la ex Concertación han asumido una política regresiva respecto a lo que fue su rol en el gobierno de la Nueva Mayoría. En mi opinión, han involucionado desde el punto de vista de los derechos sociales. No han puesto en el centro de la discusión la necesidad de transformaciones profundas en el plano económico-redistributivo. El mejor ejemplo es que, discrepo completamente del intento de querer legislar un cambio en el sistema de pensiones que mantenga a las AFP intactas en su lógica de lucro. La ex Concertación ha jugado un papel, en mi opinión, involutivo. No toda, pero ha sido hegemonizada por las posiciones neoliberales. 

-Ante la elección presidencial de fin de año, ¿qué piensa de la candidatura de Paula Narváez por la oposición?

–Respondo la pregunta de otra manera. Yo creo que es evidente que la candidatura de Daniel Jadue es la que considera mayor adhesión popular, la que considera mayor voluntades. Ha sido una que muestra de que es posible realizar gobiernos comunales transformadores, que ponen al centro políticas social universales desde la comuna. Tiene esa magnitud en términos del derecho social, porque no está orientada al lucro. Creo que la principal candidatura que hoy tiene posibilidades de desplazar a la derecha es la de Daniel Jadue. 

-¿Y Paula Narváez?

–Es muy prematuro pronunciarse en términos de valoración. Pero no creo que, en general, el proyecto de la ex Concertación despierte adhesión popular. Lo que me parece central, es que la ex Concertación, como lo dije antes, carece de un claro contenido antineoliberal y de una estrategia para desmantelar el neoliberalismo en Chile.

-¿Pero cree que su candidatura pueda restarle votos a Jadue?

–La candidatura de Jadue tiene solvencia política y fundamento social que le permite crecer y no decrecer. 

-Con su experiencia como ex ministro de Desarrollo Social, ¿cómo planea trabajar con los barrios que conforman el distrito?

–Estamos trabajando activamente en diálogos y encuentros con las organizaciones sociales de las comunas que conforman el distrito 13. El elemento central es que las organizaciones, las comunidades, sean protagonistas desde el inicio del proceso constituyente, hasta el término y más allá del término. La Constitución será más representativa del pueblo de Chile en la medida que sean activos participantes, no sólo en ser representados, sino que tengan una incidencia real en las propuestas que se manifiestan. 

Las comunidades aspiran legítimamente a que todo este proceso sea con deliberación popular y el compromiso de Apruebo Dignidad, y yo como candidato del PC, es que ahí se reflejen y expresen las voluntades, particularmente del distrito 13. Lo que se va a iniciar es un proceso de término de la neoliberalización y desmantelamiento de las estructuras neoliberales del país, y eso va a ser largo. 

-¿Cómo trabajaría con este “nuevo” Chile que cuestiona la política antigua de los partidos políticos, y que a veces plantea una imagen algo caricaturesca del Partido Comunista?

–Difiero de la premisa de que hay una visión caricaturesca del PC. Creo que esa visión la expresan los partidos de derecha y sectores neoliberales, pero en el pueblo de Chile existe una valoración profunda del rol del Partido Comunista, desde su protagonismo en la lucha contra la dictadura, de las políticas de lucha y de resistencia a las políticas neoliberales durante la transición, y que se refuerzan con nuestra conducta desde el estallido social en adelante. 

Hemos sido altamente consistentes con la demanda popular y tengo la impresión de que el pueblo lo valora mucho. El pueblo tiene claro que demandas como educación gratuita universal; salud pública digna y de calidad; la vivienda como un derecho fundamental, o el fin de las AFP, son históricas del partido. Y esa visión se ha expresado. Siempre dijimos que teníamos que terminar con la Constitución pinochetista. Lejos de existir una distancia, existe mucha cercanía y encuentros con visiones que el partido venía planteando desde mucho atrás. 

-En diciembre de 2020 Guillermo Teillier sostuvo que le gustaría hacer un acuerdo parcial con el Frente Amplio para una primaria presidencial entre ambos ¿Eso sigue en pie? ¿Buscarán otra alianza con la oposición?

–Nosotros construimos el pacto Apruebo Dignidad, donde el PC es parte en materia constituyente, donde también es parte el FA y Unidad Para el Cambio, como así también la mesa de Unidad Social. Es un proyecto antineoliberal, que es lo central.

Desmantelar el neoliberalismo en nuestro país y construir políticas con enfoque de derechos. Esa es la premisa, el fundamento de Apruebo Dignidad. Ciertamente hay que profundizar esa perspectiva estratégica para la construcción de un nuevo país y un nuevo Estado en Chile. Entonces, es clave que las deliberaciones que se hagan en materia de primarias y otras figuras, tengan en el centro acuerdos programáticos de fondo para combatir el neoliberalismo. 

-¿Entonces podrían tener una primaria presidencial eventualmente entre ambos?

–Nunca hemos dicho que no. El punto está en que tiene que fundarse sobre la base de ideas programáticas que pongan en el centro transformaciones reales, no cosméticas en el país.