Dirección General de Aguas en la mira: Senado solicita a Contraloría dilucidar posibles irregularidades en licitaciones en Campo de Hielo Sur
Información contradictoria sobre los lugares de instalación de infraestructura, posibles trabajos no realizados por los que se pagaron millonarias sumas e ineficiencia en el uso de recursos públicos. Tales son algunas de las dudas que el Senado busca dilucidar mediante un oficio que el 9 de diciembre enviara al contralor Jorge Bermúdez solicitándole fiscalizar una serie de licitaciones y tratos directos de la Dirección General de Aguas (DGA) relacionados con la instalación y mantención de infraestructuras en Campo de Hielo Sur.
El requerimiento fue presentado a solicitud de la senadora Yasna Provoste (DC), quien integra la Comisión de Minería y Energía y donde actualmente se tramita la Ley de Protección de Glaciares. La petición es un paso más en la controversia entre la oposición y el Ejecutivo en torno al proyecto, donde el director de la Unidad de Glaciología y Nieves (UGN) de la DGA, Gino Casassa, área que maneja las investigaciones en los campos de hielo, ha sido particularmente insistente en el avance de la ley aludiendo a la necesidad de contar con rigurosa información científica.
Historia de dos licitaciones
El oficio de la Cámara Alta apunta a dos licitaciones cuyas bases se aprobaron el 21 de octubre de 2019 y que serían ejecutadas en el Campo de Hielo Sur, en las cercanías de Villa O’Higgins. Una correspondía a la instalación de un iglú en la estación Glaciar O’Higgins (Licitación 1154-80-SE19, con un presupuesto de $ 49.000.000) y la otra para reparaciones menores en las estaciones Glaciar Greve y Nunatak Occidental (Licitación 1154-81-SE19, con un presupuesto de $ 31.977.962).
Las licitaciones, firmadas por Elías Niño Azócar en su calidad de director de la DGA en Aysén, se sustentaban en que la institución es “el organismo encargado de mantener y operar el servicio hidrométrico nacional”, correspondiéndole “investigar y medir los recursos hídricos del país, en este contexto es indispensable mantener y ampliar la infraestructura existente en Campo de Hielo Sur”.
A sólo dos semanas de cerrado el proceso, éste se declaró desierto por inadmisibilidad de las ofertas recibidas. Ante esto, el 22 de noviembre se contrataron por trato directo ambos requerimientos: el del iglú en la estación Nunatak O’Higgins por $ 44.731.787 y el de las reparaciones menores en las estaciones Glaciar Greve y Nunatak Occidental por $ 28.599.012. En total: $ 73.330.799.
Ambos contratos se los adjudicó la sociedad temporal entre Habock Aviation Chile SpA y Chucao SpA.
El plazo máximo para ejecutar los trabajos sería el 13 de diciembre. Sin embargo, el 12 de ese mes la sociedad ingresó una solicitud de aplazamiento por una semana, la cual fue aprobada el mismo día.
Hasta aquí, todo no pasaría de las vicisitudes comunes de una licitación pública.
¿Desprolijidad o irregularidades?
Un titular del diario aysenino El Divisadero informaba 13 de marzo de 2020 los resultados de la instalación del iglú en el Glaciar O’Higgins. El problema es que la fotografía aparecía “en el lago O´Higgins, sector distante a más de 10 kilómetros de lo solicitado en las bases en el sector Nunatak O´Higgins, en Campos de Hielo Sur” consigna la senadora Provoste en el requerimiento. Sobre la mantención de los refugios Glaciar Greve y Nuatak Occidental no hubo información alguna.
Pasaron sólo tres meses (22 de junio de 2020) y la DGA aprobó nuevas bases de licitación para mantener una vez más los refugios de Campos de Hielo Sur (Glaciar Greve y Nunatak Occidental), con especificaciones técnicas muy similares a las anteriores con un presupuesto estimado de $235.000.000, pero subiendo un peldaño el mandate: el propio director nacional de la DGA Oscar Cristi Marfil. Claro que en esta ocasión se sumaron la reposición de sensores en el lago Cachet, construcción e instalación de estaciones en lagos periglaciares del glaciar Steffen, la construcción de un cobertor para motos de nieve en Coyhaique y la reparación de la estación glaciológica del glaciar San Rafael.
Esta nueva licitación fue adjudicada a Marcelo Arévalo González, en una primera instancia mediante orden de compra 1154-43-SE20 del 21 de septiembre por un total de $ 279.343.218 (incluido IVA). El problema es que el monto realmente adjudicado fue de $ 234.742.200 con impuestos, producto de lo cual se debió emitir una nueva orden compra el 7 de diciembre (1154-66-SE20) por el total original.
Fueron estos antecedentes (o la falta de ellos) los que motivaron el oficio de fiscalización del Senado.
Una de las dudas apunta a que se haya dividido originalmente en dos licitaciones trabajos que se realizarían en la misma área. “Llama la atención que la realización de actividades en la misma zona, con objetivos similares y complementarios, haya sido fragmentada en 2 licitaciones distintas, con el objeto de acortar los plazos de publicación en Mercado Público, que para licitaciones menores a 1.000 UTM (unos $ 50 millones) es de 10 días, mientras que para licitaciones mayores a ese monto la publicación en Mercado Público es de al menos 20 días. Esto es relevante por lo acotado de los plazos, ya que ambas licitaciones establecían el 13 de diciembre de 2019 como plazo máximo de ejecución de los trabajos” señala el escrito como observación de orden general.
Se cuestiona también que se haya recurrido a la figura del trato directo, por ser “indispensable para el organismo”, en circunstancias que “la causa meteorológica no constituye una causa de ‘fuerza mayor’. Que la contratación haya sido considerada como indispensable, implica que las mentadas mantenciones debían realizarse previamente a alguna actividad urgente, como puede ser la ocupación de la infraestructura por parte de los funcionarios del servicio. Por ende se pide determinar la realización de actividades de monitoreo durante los 90 días inmediatos de terminados los trabajos, de otra manera no se justifica que sea haya calificado de ‘indispensable’”.
Más aún, la licitación por $ 234.742.200 de junio de 2020 “confirma las dudas respecto a que la mantención de los refugios, autorizado por trato directo con la empresa Habock Aviation Chile SpA mediante la resolución N° 937 de 22 de noviembre de 2019, no fueron llevados a cabo”. A lo que se agrega aclarar si el iglú en Glaciar O’Higgins efectivamente se construyó donde señalan las bases de licitación o a más de 10 kilómetros en Punta Nahuelcar en el lago O’Higgins, según consigna la publicación de prensa.
Este tema no se relaciona sólo con aspectos de índole financiera o gestión. Trata también sobre el trabajo que realiza la DGA, y en específico la Unidad de Glaciología y Nieves que dirige Casassa, en materia de recopilar información científica crítica en un área estratégica como son los campos de hielo, la tercera masa de agua dulce congelada del planeta.
El ex director de la UGN de la DGA, Gonzalo Barcaza, recuerda que “entre 2014 y 2016 llevamos a cabo una inédita implementación de infraestructura para monitoreo continuo (refugios y estaciones meteorológicas) con el doble desafío futuro de, por una parte, realizar una campaña glaciológica anual para validar observaciones remotas y aerotransportadas y, por la otra, consolidar una ruta terrestre desde Villa O’Higgins hacia los fiordos del Pacífico”. Por ello su opinión es clara: “Sin duda alguna que la falta de mantención implica una pérdida de datos”.
En días de cambio climático los glaciares son fundamentales al ser indicadores relevantes para medir el avance. La situación expuesta por el Senado en Campo de Hielo Sur coincide con la ofensiva del Ejecutivo para desmantelar el proyecto de Ley de Protección de Glaciares, tanto el actual como el previo, que el gobierno dejó caer a mediados de 2018 al quitarle su patrocinio.
O que en la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) de Chile, presentada a principios de este año y que son la guía de los compromisos del país en materia de cambio climático, no haya hecho mención alguna a los glaciares, los hielos o la criósfera, un olvido que beneficia en especial a la gran minería nacional y extranjera.