Miguel Concha, candidato a alcalde por Peñalolén: «Los partidos deben entender que es la ciudadanía la protagonista del proceso constituyente»
Hace pocos días, Miguel Concha (33), uno de los rostros nuevos de la política territorial chilena, fue increpado en duros términos por una vecina de Lo Hermida, en Peñalolén. Concha, militante de Revolución Democrática (RD) desde 2013, sintió ese día “el malestar profundo” que tiene la ciudadanía con la clase política.
“Fue una situación dolorosa y compleja que vuelve a evidenciar el profundo malestar que existe de la gente hacia los partidos políticos”, dice Concha, quien por estos días recorre las calles de la comuna tomando el pulso de los vecinos y vecinas, en lo que es su primera campaña popular, pues el periodista se postulará como alcalde por Peñalolén en la elección del próximo 11 de abril.
En conversación con El Desconcierto, el también ex coordinador territorial de RD de la comuna, explica cuál es el proyecto colectivo de su candidatura y releva una tesis: los partidos políticos deben ceder poder a los independientes para que el proceso constituyente logre realmente encauzar las demandas sociales.
-¿Cuál es su reflexión tras el episodio vivido en Lo Hermida?
-Evidencia el malestar y distancia con el sistema de partidos políticos. Pero esta rabia, o malestar, no viene desde el estallido social; comenzó hace unas décadas y tiene que ver con el abandono que hicieron los políticos y el Estado de muchos territorios en Chile. Es una rabia que se viene acumulando por promesas incumplidas, falta de servicios, diferencias entre barrios y plazas, pensiones miserables, maltrato social y ninguneo. Es cosa de mirar cómo son las plazas, calles y servicios desde Tobalaba hacia arriba, versus las de La Faena, Lo Hermida y San Luis, para comprender la rabia y el malestar. Entonces, hubo tanta desconexión con la realidad, que todos los que queremos luchar por un cargo público para hacer mejor las cosas somos percibidos como una masa uniforme e institucional que le da la espalda a su pueblo. Tenemos la convicción de que no somos más de lo mismo y por eso nos hemos estado movilizando desde 2006, impulsando cambios en educación, pensiones, rebaja de sueldos de parlamentarios, nueva Constitución y límite a la reelección de cargos.
-La persona que le grita, los acusa a usted y a su partido, RD, de ser unos oportunistas políticos. ¿No tiene algo de razón?
-Frente a lo que nos ocurrió como equipo, no puedo más que empatizar, y esa misma rabia y enojo es la que motiva para ser alcalde de Peñalolén. ¿Cuántos políticos no se han paseado por Lo Hermida, o sectores populares, prometiendo el oro y el moro en campañas y luego no se vuelven a aparecer en una calle, una feria o un evento vecinal? Llevo muchos años recorriendo los barrios, conversando y escuchando a vecinos y vecinas y lo que me gritaron en Lo Hermida es una emoción compartida. Hay demasiada decepción en los políticos. El domingo pude ver a mi abuela después de muchos meses, y comentamos lo que pasó en Lo Hermida. Ella vive en la población Clara Estrella en Lo Espejo, y me advirtió que si quiero meterme en política, no puedo transformarme en un político oportunista que termine dándole la espalda a la gente. En Chile eso no va más y los que tienen que llevar adelante ese cambio son los mismos pobladores y pobladoras, vecinos y vecinas y personas que estén ajenos a las élites políticas y económicas.
-¿Cómo evalúa la actuación de su partido tras el estallido social?
-Existe una crisis de representación que nos afecta a todos, pero hemos tomado el camino de jugarnos por cambios en una institucionalidad deslegitimada, lo que obviamente trae costos, pero que, para nosotros, valen la pena. También hay una agenda de división de la izquierda que se alimenta de mentiras, como un supuesto pacto de impunidad o por la aprobación de la ley antibarricadas, que no apoyamos. Desde el Frente Amplio y Revolución Democrática hemos denunciado todas las violaciones a los Derechos Humanos después del estallido: participamos de las acusaciones constitucionales contra el Presidente y los ministros del Interior; nos hemos reunido con víctimas de violaciones de DD.HH. para apoyarlos; hemos participado de acciones internacionales para condenar al gobierno de Piñera y hasta ingresamos una querella en contra de los altos mandos del gobierno y de Carabineros, porque creemos que debe sancionarse a los responsables políticos de lo que ha ocurrido. Entendemos la rabia de la gente, pero no somos nosotros los que tienen que responder por qué en Chile hay impunidad por los crímenes que ha sufrido el pueblo.
-¿Cómo cree que se canalizará esa rabia en el proceso constituyente si finalmente son esos mismos partidos los que definirán los cupos de la Convención Constitucional?
-Los partidos políticos tienen que entender que son los vecinos y vecinas los protagonistas del proceso constituyente y las alcaldías. Se percibe en las calles una tensión muy grande por este tema, donde nos pasan preguntando si efectivamente los independientes van a tener espacio en la construcción de la nueva Constitución. Ahí no nos podemos perder, los partidos deben ceder poder y entregar todas las condiciones para que los independientes, vecinos y vecinas, pobladoras y pobladores integren de manera mayoritaria y competitiva las listas para ser constituyentes. Y eso también implica que partidos como el mío no solo apoyen con el cupo, también con el liderazgo en las listas, recursos y apoyo profesional y logístico para que los independientes sean electos. Si eso no pasa, de seguro este proceso constituyente no contará con la legitimidad suficiente para encauzar la crisis social y política que vive Chile.
-¿Cómo ve la discusión que se dio luego de que un grupo de diputadas opositoras presentara un proyecto para eliminar el quórum de los 2/3 en la Convención?
-El Congreso está ensimismado y no está escuchando a la gente. El problema no es el quórum, es la composición de la Convención Constitucional. Podemos tener quórum de 2/3, mayoría simple o el mecanismo que sea. Lo que nos reclama la gente en la calles es quiénes estarán discutiendo la nueva Constitución. Si tiene una mayoría perteneciente a los partidos políticos, el proceso corre el riesgo de no tener legitimidad, lo que generará una alta frustración ciudadana. Por el contrario, si la Convención refleja de buena manera la diversidad del país -con independientes, vecinos, escaños reservados para pueblos originarios, personas con discapacidad, emprendedores, trabajadores, profesionales-, sin duda que la discusión logrará ser representativa de las expectativas que tiene la gente. Además, hay que destacar que este proceso permitió terminar con la Constitución de Pinochet, una Constitución profundamente neoliberal que, desde ahora, partirá de una hoja en blanco, con 50% de mujeres que será construida de manera muy democrática.
Peñalolén: «Hoy es el momento de competir por la alcaldía que lleva 16 años en manos de la DC»
-¿Cuál es el desafío electoral de RD en las elecciones municipales?
-La representación territorial es por lejos el principal desafío que tiene RD en las próximas elecciones, y a eso me refiero con las elecciones a gobernadores regionales, alcaldía y concejales. Hoy el partido adolece de esa representación territorial que le permita conectar e incidir directamente en la vida diaria de las personas. No es novedad que el Frente Amplio se encuentra encapsulado en el Congreso y necesita construir mucho más en las comunas, en regiones. En mi caso particular, nosotros venimos trabajando hace años por un proyecto transformador en Peñalolén y tenemos la convicción que hoy es el momento de competir por la alcaldía que lleva 16 años en manos de la DC.
-Pero parece ser muy difícil poder sacar a la DC de una comuna histórica para el partido...
-Hay un desgaste natural tras 16 años de un municipio liderado por un mismo partido político y donde se ha normalizado un estilo de gobierno vertical, con poca capacidad para innovar y resolver problemas en materia de seguridad, desigualdad y acceso a servicios. Esta falta de renovación en los liderazgos se traduce en una desconexión gigante entre la municipalidad y los vecinos y vecinas, quienes ven a una alcaldía lenta, dormida y ausente en los territorios. El cambio es necesario o corremos el riesgo de seguir quedándonos atrás frente a otras comunas que entendieron el valor de involucrar a los vecinos en las decisiones de sus barrios.
-¿Cómo logrará entonces construir una alternativa que le haga sentido a los vecinos con 16 años de liderazgo de la DC?
-Debemos escuchar, escuchar y escuchar, invitando a los vecinos y vecinas a formar parte de las decisiones de su comuna. Para eso es necesario un programa ciudadano que nazca desde los cientos de cabildos y organizaciones sociales que están activas en Peñalolén. No hay forma de entender un municipio sin escuchar y vincular realmente a los vecinos en las decisiones de los barrios. La horizontalidad y la participación son la base de una gestión municipal ciudadana. Con esa nueva mirada podemos aspirar a una comuna más dinámica, segura, sustentable, familiar y donde cada barrio sea el reflejo de sus vecinos y no sólo de la planificación centralizada de un municipio.
-¿No existe la preocupación que la alcaldía quede en manos de la derecha al ir tan dividida la oposición?
-Es que eso nuevamente es mirar la política solo desde los partidos. Si hay un municipio que lleva 16 años con la misma gente y la derecha impulsa a Carlos Alarcón, un exalcalde de la comuna designado por Pinochet, sin duda que lo que se está proponiendo en Peñalolén es mantener las mismas ideas sin la participación efectiva de los vecinos. La comuna necesita una renovación y un cambio urgente que involucre a los vecinos y termine con las enormes desigualdades que hay entre barrios. Ya no es tolerable que tengamos casas sobre los 400 millones y otras con pisos de tierra, cuatro familias en un mismo techo y zonas con parques, veredas y calles llenas de hoyos completamente abandonadas.