A casi un año de los hechos, la Fiscalía de La Serena confirmó la formalización del capitán del Ejército, José Faúndez Sepúlveda, por los delitos de violencia innecesaria, lesiones graves y homicidio, tras la represión a una marcha que terminó con la muerte de Romario Veloz.

El joven ecuatoriano participó de una movilización en las calles de la ciudad en el marco del estallido social, que fue convocada el 20 de octubre del 2019. Esta manifestación terminó con incidentes y saqueos en el mall local, contexto en el falleció producto de un disparo, sin que hasta el día de hoy exista claridad respecto a el o los autores del mismo.

Producto de los desórdenes, el capitán Faúndez determinó que la Segunda Sección de la UFE 1 del Ejército llegara hasta el lugar, armados con un fusil de guerra marca SIG calibre 7,62.  La Fiscalía detalló que luego se cambió por el fusil de guerra marca GALIL, calibre 5,56.

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Según informó La Tercera, pese a que los individuos que estaban saqueando las tiendas se retiraron con la sola presencia militar, el capitán formalizado ordenó el avance de la línea de tiradores para que formasen una línea.

“El imputado capitán José Faúndez instruyó a los funcionarios del Ejército subordinados a su mando, poner el selector del fusil de guerra en ‘1’ para luego, dar la orden verbal de percusión de munición ‘fuego’”, dice la investigación de Fiscalía.

Sin embargo, esta orden habría sido mal entendida por varios uniformados que estaban a su cargo, procediendo a los disparos que dejaron varios heridos de diversa consideración.

Esa mala comprensión de la orden, sumada a la falta de certeza respecto a si tenían balas de fogueo o de guerra, fueron las que a juicio de la Fiscalía causaron la muerte de Veloz.

“Frente a la pluralidad de interpretaciones de la orden de fuego y la falta de uniformidad en el números de balas de guerra y de fogueo que mantenía cada fusil, se produjo una cadencia de disparos que duró aproximadamente un minuto en que hubo percusión de balas no sólo de fogueo, sino además de munición de guerra (…) en lugar de ejecutar acciones destinadas a evitar daños colaterales e interrumpir o evitar la cadencia de nuevos disparos de guerra, a las 18:22 horas aproximadamente, el imputado instruyó una segunda orden de fuego, la cual no se encontraba justificada, ya que a ese minuto no se desarrollaba acto o intento hostil alguno que resultase proporcional al empleo de fuerza letal y no letal conforme las reglas de uso de la fuerza”, detalló la pesquisa.

Esta segunda ola de disparos fue la que le quitó la vida a Romario Veloz.

“Se encontraba de pie ubicado en las inmediaciones de la berma por calle Alberto Solari, a la altura del terminal de buses, quien se desvaneció en forma instantánea, falleciendo en el lugar”, agregó Fiscalía.