Bienes comunes versus propiedad privada: Comunidades indígenas se oponen a la venta de islas para millonarios en Chiloé
“Si eres amante del mar y quieres un espacio exclusivo donde puedas crear tu propio paraíso para poder hacer en libertad lo que tú quieras, las islas son la mejor opción”. Así comienza el aviso sobre la venta de un terreno insular en el sur de Chile. La oferta es tentadora y promete convertir a su futuro dueño en el exótico monarca de un reino de ensueño.
"En estos tiempos en los que prácticamente todo se puede comprar y vender, a la gente que nos gustan los viajes nos encantaría también disponer de nuestro pequeño paraíso particular. Así, podríamos acudir a él las veces que lo necesitásemos para desconectarnos del mundo y sentirnos nuestros propios reyes”, detalla la descripción que aparece en la web de la Inmobiliaria Rural Chilesur, empresa que tiene en venta otras siete islas, aunque hay varias más -ya vendidas- que aún aparecen en su página.
El promotor de estos paraísos terrenales es Fernando Paredes, representante legal y dueño de esta empresa, quien lleva más de 20 años en el negocio inmobiliario y dice recordar haber vendido entre 6 y 7 islas en todo ese tiempo. “Vendí una ahora en marzo, Isla Huelmo, cerca de Puerto Montt”, asegura. Su precio: US$1.350.000.
“Es lo mismo que vender una casa, un departamento, un vehículo, como cualquier bien…”, relata Paredes con soltura. “Normalmente son particulares y personas extranjeras, pero el de afuera viene a tantear cómo está el asunto acá, a regatear. En cambio, el chileno sabe lo que cuestan las cosas y para qué lo quiere. Compran más chilenos que extranjeros”, agrega el vendedor.
“Las usan para negocios como hotelería, turismo, pero para hacer una explotación como lo que querían hacer en Isla Guafo con el asunto del carbón, bueno ahí ya es otro asunto. Ahí yo me salí de esa venta”, sostiene Paredes, en alusión a la isla que acaparó la atención pública en estas últimas semanas, luego que apareciera en la página privateislandonline.com por un valor de 20 millones de dólares.
Paredes conoce el negocio al revés y al derecho. "A los dueños de Private Island Inc. yo los conozco personalmente, porque en 2017 estuvieron acá en Chile conmigo en una isla, con una cantante internacional famosa y dos actores de cine, hicieron un asunto de una publicidad para ellos”, cuenta sin revelar nombres debido a un acuerdo de confidencialidad.
El Desconcierto se comunicó con Chilesir, representante de Sotheby’s International Realty en Chile, donde aseguraron que efectivamente Isla Guafo, que causó controversia hace unas semanas por su puesta en venta, es una de las propiedades de su cartera que se encuentra, hoy en día, aún disponible para ser comprada, y que no es que tengan una asociación con privateislandonline.com, sino que estos avisos se publican en varios portales internacionales.
Y este no es solo el caso de Guafo. En la X región existen 1.700 islas que son privadas -y como sostiene Paredes-, se pueden comprar como cualquier bien inmueble, aunque exista un conflicto latente con alguna comunidad indígena que asegure poseer derechos ancestrales y cuyo valor otorgado a la isla sea en verdad intransable. La pugna entre estos dos conceptos, ideas y valorizaciones es lo que esconde el negocio millonario de las islas paradisiacas que se venden en el sur del Chile.
Isla Lacao
Nombre: Lacao
Comuna: Ancud
Terreno: 83 hectáreas
Valor: 1.816 millones de pesos
De acuerdo con una Solicitud de Transparencia a la que tuvo acceso El Desconcierto, en Chile hay 43.471 islas, de las cuales 19.471 son de propiedad fiscal. Es decir, más de la mitad de los territorios insulares de Chile, no son de Chile en el papel.
Y esto teniendo en consideración que la mayor concentración de islas en general e islas fiscales se observa en la Región de Magallanes, donde hay una menor densidad poblacional. Para Los Lagos, por ejemplo, de un total de 1.769 islas, solo 69 son fiscales, es decir, casi un 4%.
Si bien Guafo fue sacada de la página de Private Islands, hay otras tres islas en el archipiélago de Chiloé que continúan en venta en el sitio, y dos de ellas también se venden a través de la inmobiliaria de Paredes.
Una de ella es Lacao, isla pequeña ubicada al norte de Chiloé, y que actualmente está dentro de una solicitud aprobada de Espacio Costero Marítimo para Pueblos Originarios (ECMPO), uno de los recursos legales con los que las comunidades pueden postular para administrar los bordes costeros de sus territorios ancestrales.
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El antropólogo e investigador especializado en insularidad, Ricardo Álvarez, comenta a El Desconcierto que Lacao tiene un bosque con árboles de 45.000 años, y que además es un humedal “importantísimo” para la zona, aparte de la relevancia histórica que contiene.
“Hace años atrás, hicimos cartografías participativas para apoyar la solicitud ECMPO. La isla salió mencionada siempre como un lugar donde se iban a recolectar huevos, mariscos, un lugar donde aparecían estas concentraciones de árboles antiguos, entonces la isla tiene significados muy importantes para las comunidades aledañas”, relata. “Esa idea de las islas como algo desolado, es un mito más bien urbano”, concluye Álvarez.
Para Francisco Vera, vocero de la Mesa de Trabajo de Borde Costero para Pueblos Originarios de Caulín, espacio que incluye a Lacao, esta isla es un lugar más que histórico, pero dice que hasta la fecha aún no sabe quién es el dueño legal de este lugar.
“Ancestralmente nosotros hemos ido a pernoctar ahí para mariscar, por lo que nos preocupamos mucho cuando empezamos a ver en las redes sociales que esta isla se vendía, y tampoco sabemos que podemos hacer para parar este asunto. La isla está dentro de nuestro territorio, y el Estado no puede seguir haciendo lo que hace con nuestros peñi de Temuco, por ejemplo”.
“No me van a venir a decir que la isla era de gringos. Era territorio indígena. Esto nos afecta mucho en nuestra espiritualidad. Hay lugares arqueológicos en la isla, sitios ceremoniales, donde también hay alerces milenarios”, sostiene el representante.
“Perder este lugar sería un desastre”, asegura, depositando sus esperanzas en la solicitud de ECMPO que les permitiría, por lo menos, proteger la costa y el espacio marítimo de Lacao y otras islas ante eventuales intentos de privados de destruir el ecosistema. Sin embargo, aún se encuentran en etapa de resoluciones de los planes de administración, luego de 12 años de un proceso que, según Vera, se ha demorado innecesariamente.
En cuanto al dueño de la isla, en la página del SII aparece consignado como “Inmobiliaria e Inversiones Islav”. El Desconcierto buscó sin éxito registros de esta sociedad en el Diario Oficial, por lo que consultamos directamente al Servicio de Impuestos Internos, para que aclararan el nombre en caso de aparecer cortado en el certificado online, o derechamente que informaran si esta sociedad no existe, pero hasta el cierre de este reportaje no recibimos respuesta.
Isla Imelev
Nombre: Imelev o Imelef
Comuna: Castro
Terreno: Casi 13 hectáreas
Valor: 1.400 millones de pesos
Otra de las islas de Chiloé en venta en las páginas de Private Island y de Fernando Paredes es Imelev o Imelef, como le llaman las comunidades indígenas.
“Imelev es una joyita, es como las demás islas de Chiloé, pero a microescala. Es muy sensible el control que se hace del agua, del ganado, de la cantidad de animales que puedes tener, es como una isla en miniatura”, cuenta el antropólogo Álvarez.
Mientras, para el geógrafo chilote Álvaro Montaña Soto, quien se ha dedicado a realizar un trabajo de preservación de estas islas con las comunidades mapuche williche de la zona, Imelev es uno de los territorios que, si bien son de propiedad privada, tienen un uso comunitario y público.
“Eso es importante porque nuestra Constitución establece la función social de la propiedad, entonces el Estado debiera decir o hacer algo al respecto (…) para el pueblo mapuche williche, las islas son muy importantes en su cosmovisión, porque su desarrollo ha sido por cientos de años justamente costero”, explica Montaña.
Para Oritia Chiguay, cacique del la Isla de Quinchao, y participante del Consejo de Caciques de la comuna de Quinchao, lugar cercano a la isla Imelev, lo que ocurre con la venta y privatización de este terreno es lo que ocurre con la mayoría de las islas alrededor.
“En casi todas las islas de por acá viven personas y hay comunidades indígenas, pero no todos tienen sus terrenos regularizados, porque la gente antigua no usaba la documentación para vivir. La palabra era lo que valía”, relata la autoridad, agregando que les afecta especialmente la privatización de los espacios costeros, que se ocupan mayormente para salmoneras.
Si bien en las bases de datos del SII, la propiedad de la isla aparece a nombre de Violeta Noemi Vargas Cárdenas, quien de acuerdo con el mismo organismo posee empresas en la zona relacionadas con el rubro pesquero, y que según Sernapesca también tiene inscritas naves que prestan servicio a la acuicultura, la concesión marítima de Imelev pertenece a la empresa Salmones Mainstream S.A., que cuenta con varias de estas concesiones a su haber, y que ha ido traspasando a Mainstream S.A. y a otras empresas madre o accionistas. Además, está vinculada a la multinacional Cermaq, como lo corroboran los registros del Diario Oficial.
“La mayoría de las islas tiene salmoneras aquí, y eso nos afecta de diferentes formas. El mar y los bordes costeros se contaminan con los residuos del salmón, que tiran indiscriminadamente las empresas”, acusa Chiguay.
Sobre la venta en línea de este territorio, la representante mapuche asegura que esto le afecta profundamente, pues sus ancestros han resguardado y vivido alrededor de la isla desde hace generaciones.
“La isla Imelef es un patrimonio que uno tiene, una maravilla que uno ve cuando pasa por esos lados (…) y a nosotros no nos preguntan, no nos consultan nada. El Estado chileno no está haciendo su trabajo como debería”, denuncia la cacique.
Sin embargo, y pese a esto, aparentemente nada podrá evitar que este territorio se venda al mejor postor. “Mas allá de diciembre no creo que esté, ya hay una oferta de compra por esa isla”, cuenta el inmobiliario Paredes, quien tiene esta propiedad publicada en su sitio.
Isla San Pedro
Nombre: San Pedro
Comuna: Quellón
Terreno: 6.474 hectáreas
Valor: Según requerimiento
El caso de San Pedro es más conocido, pues fue una propiedad fiscal hasta el año 2003, cuando se convirtió en “moneda de cambio” para una restitución de tierras indígenas, pagadas al empresario estadounidense Jeremiah Henderson, quien sería más tarde quien le vendería 118 mil hectáreas en Chiloé a Sebastián Piñera mediante una sociedad offshore.
El mandatario adquirió el 21 de diciembre de 2004 estos terrenos -en una operación que hasta hoy es cuestionada dentro de los traspasos realizados mediante paraísos fiscales-, equivalentes a un 15% de la isla, y donde más tarde inauguraría el Parque Tantauco.
“El Gobierno traspasó la isla San Pedro, de 6.002 hectáreas, la más grande en la costa sur de Quellón, al empresario estadounidense Jeremiah Henderson, dueño del 18% de la isla de Chiloé. A cambio, el inversionista y propietario de 123 mil hectáreas en la comuna de Quellón, en la isla Grande de Chiloé, entregó al Fisco los títulos de 4.780 hectáreas inscritos a nombre de la Forestal Hawarden, que eran reclamadas por la comunidad williche de Piedra Blanca”, publicaba El Mercurio en el año 2003.
El periodista Mauricio Vlastelica, quien representó a dirigentes de las comunidades en las conversaciones con Henderson, cuando el norteamericano compró los territorios mencionados, cuenta a El Desconcierto que esta persona compró “sin ver” este terreno a una forestal francesa, a través del empresario Carlos Larraín.
Además relata que durante el gobierno de Allende se dispuso que estos territorios fueran devueltos a las comunidades de la zona. No obstante, luego del Golpe de Estado, el anterior dueño del lugar, Timoleón de la Taille, logró que Pinochet le devolviera estas tierras, lo que casi ocasiona un desalojo masivo de más de 100 familias en el año 1974.
Luego de que se produjera esta permutación que dejó a Henderson con la propiedad de San Pedro, removiendo su carácter fiscal, en 2005 su sociedad Forestal Hawarden S.A., cuyo representante era Carlos Larraín, se dividió en dos sociedades anónimas cerradas, una de las cuales se inscribió como St. Peters Island S.A., actual dueña de una de las islas de mayor tamaño de la zona, luego de la Isla Grande de Chiloé.
Cabe mencionar que esta semana San Pedro también fue quitada de la página privateislandonline.com, luego de la controversia que ocurrió con Guafo.
Isla Guafo
Nombre: Guafo o Wafo
Terreno: 50.000 hectáreas
Comuna: Quellón
Valor: 15.792 millones de pesos (20 millones de dólares)
Hace una semana, el conflicto por la propiedad de Isla Guafo, ubicada en el Archipiélago de Chiloé, fue noticia nuevamente debido a la aparición de un supuesto heredero del territorio insular, quien interpuso una demanda ante el 30 Juzgado Civil de Santiago acusando usurpación.
De acuerdo a lo informado por Bío Bío, el abogado de Vittorio Noli, quien reclama la propiedad de la isla, asegura que este terreno perteneció al abuelo de su cliente y que una sociedad lo habría enajenado para luego traspasarlo a uno de sus dueños.
Además, sostienen que en 2019 se decretó una medida precautoria sobre el terreno, que impide que sea vendido.
Esto, aún cuando desde Sotheby’s indican que continúa a la venta.
Según los datos del Servicio de Impuestos Internos, el dueño de este territorio sería Rafael Valentín Valdivieso Ovalle, accionista de distintas sociedades (Agrícola Santa Ema de Cuimilahue, Inversiones Puchuncaví, Club de Golf de Santiago, entre otros), ex director de la Pesquera Itata y uno de los financistas de la campaña de Sebastián Piñera en 2017, como consignó La Segunda hace unas semanas.
Esta isla, efectivamente, fue removida del sitio privateislandonline.com, donde se vendía por US$20 millones, luego de que su publicación trascendiera en la prensa.
“Isla Guafo es una isla cubierta de bosque adulto denso virgen. Tiene un ecosistema boscoso de gran valor ambiental, de gran capacidad de captura de carbono. Probablemente tiene especies únicas, eso es una teoría, porque ni siquiera la isla se ha investigado”, cuenta Álvaro Montaña.
“Es un lugar que tiene una selva lluviosa y la mayor colonia de fardela negra del mundo, algunos dicen dos millones de parejas reproductivas. Si existe esta colonia ahí, eso significa que esta zona es muy rica en producción ambiental. Aparte tenemos colonias de lobos marinos, y presencia de cetáceos como la ballena azul”, afirma el especialista, quien además destaca su importancia como una de las pocas zonas libres de pesca artesanal que quedan en el sector.
Montaña relata que hace al menos ocho años atrás comenzaron a hacer estudios para diversas concesiones mineras, que buscaban poner una fábrica de explotación de carbón en la isla, para abastecer a las termoeléctricas ubicadas en la región.
Además, el geógrafo destaca la importancia de la solicitud de ECMPO que presentaron más de una decena de comunidades indígenas de la zona, ya que esta búsqueda por resguardar el espacio costero se transformó en un factor determinante para que los intereses privados abandonaran la idea de la explotación minera.
Así lo confirma Patricio Colivoro, werken de la Asociación de Comunidades Lafkenche de Quellón, quien asegura que el proceso de presentar esta solicitud no fue fácil, ya que tuvieron que poner de acuerdo a 11 sindicatos de pescadores artesanales y 12 comunidades para que apoyaran esta iniciativa, ya que a todos les corresponde co-administrar y llevar de manera conjunta estos espacios marítimos.
Luego, se sumaron a un trabajo con la ONG WWF (World Wild Fund for Nature) y finalmente en abril de 2019 presentaron la solicitud de la ECMPO, que fue aprobada en enero de este año, y cuyo trámite se encuentra retrasado debido a la pandemia.
“En promedio estos procesos deberían durar cinco años, pero hay casos -como el de Lacao- donde han pasado más de 10 años y aún no se logra nada”, explica el vocero.
“Isla Guafo está ubicada al oeste. Para el pueblo mapuche, y creo que casi para cualquier pueblo originario, el oeste siempre marca un espacio sagrado, hacia donde viajan las almas, cuando han pasado por esta vida y continúan su camino hacia otras formas de energía”, señala Colivoro.
“Entonces, cuando tú vas a Isla Guafo vas a eso, a un viaje que no tiene una certeza. Siempre es un desafío, siempre una nueva experiencia. Es un espacio de espiritualidad en sí, y se espera que no sea intervenido, porque los ngen, los espíritus o seres que son el equilibrio de la naturaleza, habitan y se desarrollan y tienen el espacio sin intervención que requieren para seguir desarrollándose en esta vida, y manteniendo este equilibrio”, relata.
“Pero quizás, claro, desde una cosmovisión chilena no se entienden ese tipo de energías”, concluye el werken, estableciendo que el “saqueo” de Guafo y otros territorios de su pueblo, que en su mayoría están asociados a la destrucción de los ecosistemas, “es una aberración, una injusticia, un crimen contra las comunidades, pero también un crimen contra la naturaleza”.