A tres años de la aprobación del aborto en tres causales: Los factores que explican el difícil acceso de las mujeres durante la pandemia
La última semana de julio terminará con una actividad relevante respecto a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres: una manifestación virtual, como cada año se realiza, por el acceso al aborto. Esta vez, en un contexto sanitario particular que, sin embargo, ha generado mayores complejidades a las mujeres para acceder a la Interrupción Voluntario del Embarazo (IVE) en tres causales.
La crisis desatada por el coronavirus ha encendido las alarmas sobre el acceso efectivo que se está garantizando a las mujeres por la falta de stock de medicamentos abortivos, como la mifespristona y misotrol, advertido por matronas y ginecólogas integrantes de la Red de Profesionales de Salud por el Derecho a Decidir, la Coordinadora Feminista 8 de Marzo y por organizaciones que realizan acompañamientos a mujeres que interrumpen sus embarazos. Una situación que, de todas maneras, ya había sido alertada con anterioridad a la pandemia, incluso, fue planteado por el Colegio Médico y uno de los antecedentes mencionados en la interpelación al ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, en enero pasado.
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En estos meses de pandemia, con el cierre temporal de algunos cesfam para priorizar la atención de urgencias por los contagios, muchas mujeres han visto postergadas sus atenciones ginecológicas y los exámenes anuales que se realizan, donde generalmente son detectadas enfermedades de transmisión sexual y el cáncer cervicouterino y de mamas. Pero, además, estos recintos de atención primaria han estado entregando medicamentos o anticonceptivos en la entrada, y lo mismo con la derivación de horas médicas. Una condición que ha dificultado el acceso a la interrupción del embarazo.
Sumado a que el sistema público de salud no ha protocolizado la atención integral en cuanto a derechos sexuales y reproductivos en contexto de pandemia, otro factor relevante ha sido el aumento de violencia en contexto de pareja, específicamente entre los matrimonios y convivientes ha aumentado sustancialmente, lo que también conlleva violencia sexual. Todos factores que han complejizado las condiciones para que las mujeres puedan ejercer el derecho al aborto ante embarazos no deseados.
Isabella Toledo Messina, Psicóloga del Área Psicosocial, Miles Chile, explica que, al no haber una adecuada difusión y educación sexual, además del miedo al contagio por recurrir a centros de salud, se podrían estar omitiendo muchos abortos, en particular, por la tercera causal por violación. Además, otra traba que se ha podido identificar es el no contar con equipos e instituciones que practiquen abortos por esta causal en todos los establecimientos públicos que podrían estar habilitados durante la emergencia.
La Segunda Encuesta de Acceso a Salud Sexual y Reproductiva en tiempos de pandemia elaborada por Miles, registró los casos en que las mujeres no pudieron acceder a la ley IVE. Se trata de una aproximación a lo que se ha observado durante la emergencia, con una muestra de cerca de 500 mujeres. De ahí se concluye que un 4,2% no pudo acceder a la IVE y, de ellas, un 60% se encontró con falta de stock en la Mifepristona y Misotrol y un 50% no accedió por temor al contagio del virus en el centro de salud al que acudiría.
[caption id="attachment_388884" align="alignnone" width="593"] Resultados Encuesta Miles[/caption]
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Por otro lado, la Asociación Chilena de Protección a la Familia (Aprofa), integrante de la Mesa de Acción por el Aborto en Chile, registró la atención de 420 mujeres por alguna consulta de aborto desde abril hasta hoy.
María José Oyarzún, matrona del área salud de Aprofa, explica que se ha identificado falta de acceso a la atención primaria que son las que recogen las denuncias o la información y derivación hacia las terceras causales a los centros de alto riesgo obstétricos donde están los policlínicos de la ley IVE. Es por eso que han disminuido las intervenciones dado las menores denuncias registradas y las aplicaciones de causales.
En cuanto al contexto de estos meses y las trabas que ha significado para la atención de las mujeres, Oyarzún identifica que muchas se han encontrado con paros en la atención primaria, así también con la falta de información producto de esta pandemia. Esto ha generado mayor hermetismo en relación a la entrega de antecedentes para hacer uso de las causales. “Se han parado todas las capacitaciones, enfocándose solo en Covid, entonces esto se ha dejado bastante de lado”, lamenta la profesional.
El panorama no ha sido muy distinto para las mujeres que se atienden de manera particular. “Hay médicos que dejaron de hacer consultas y pocos centros médicos que siguieron haciendo ecografías. Eso ha bajado la cantidad de profesionales y exámenes disponibles para hacer una pesquisa de la causal 1 y 2 y falta de controles habituales para que la mujer también pueda hacer acceder a la causal 3 de violación”, explica.
Falta de información
En Miles, la última actualización de las cifras que manejan de las mujeres que han podido acceder efectivamente a la interrupción del embarazo va desde enero hasta fines de marzo pasado: 142 casos fueron constitutivos para abortar en 3 causales, ejecutándose 118. Cifras que contrastan con 24 que continuaron con el embarazo.
Hasta ahora desconocen la cifra del acceso en los meses de pandemia, aunque sostienen que han solicitado reiteradamente al Ministerio de Salud los datos para hacer el seguimiento y estos, sin embargo, no han sido entregados.
Una situación que, advierten, se enmarca en la falta general de información que han entregado las autoridades de salud. Hasta el año pasado tampoco tenían la base de datos actualizada e, incluso, reconocieron un error en el conteo de casos.
Más allá de las tres causales, en general, se desconoce una cifra oficial de abortos clandestinos que se practican en el país. No hay cifras claras de los abortos que se llevan en clandestinidad, explica Toledo, por no cumplir con el criterio de las 3 causales.
Sobre esto, un estudio realizado en 2018 por Corporación Humanas, estimó que se practican entre 60.000 a 70.000 abortos clandestinos al año. Una cifra que podrían aumentar luego de estos meses de emergencia por el confinamiento con agresores sexuales y la falta de acceso a métodos anticonceptivos, ya sea por no la falta de atención pública, por el aumento de precios o la falta de stock en las cadenas farmacéuticas, plantea la psicóloga de Miles.
Por otro lado, agrega que, al día de hoy, no se ha explicitado el desglose por las consultas por violencia sexual que recibe el fono 1455 de SERNAMEG. “Podemos pensar que esto ocurre por el miedo al contagio ante salir a hacer la denuncia, el menor personal policial que existen en los centros de atención, debido al requerimiento de fiscalización, y al miedo que se le tiene a la persona que las agrede en tanto conviven y ya no pueden salir bajo su autonomía, debido al control que sus parejas ejercen”, plantea.
[caption id="attachment_282086" align="alignnone" width="700"] Imagen referencial / Agencia Uno[/caption]
Balance a tres años
La ley de aborto en tres causales fue promulgada en 2017 después de una larga tramitación en el Congreso. Desde esa fecha hasta fines del año pasado se contabilizaban 1.080 interrupciones: 447 por la causal de riesgo de vida de la madre; 462 por inviabilidad fetal y 175 por la causal de violación.
Respecto a las cifras de este año, desde Miles indican que, entre el 1 de enero al 31 de marzo, las cifras constitutivas de 3 causales representan el 10% del total que se contabilizó entre septiembre del 2017 y diciembre del 2019, lo que significa un aumento importante en el tiempo de implementación. Sin sumar todavía los registros que corresponden entre abril y julio.
Para Toledo, sin embargo, es complejo hacer un balance porque señala que las estadísticas no han variado sustancialmente a lo largo de los años. Sí destaca la necesidad de avanzar más allá de las tres causales. “Las tres causales parecieran no ser suficientes ante las necesidades de los cuerpos gestantes en Chile, no sólo por lo restrictivas que son, sino que también por los objetores de conciencia, que impiden el pleno derecho estipulado por la ley para poder realizar los abortos que corresponde a voluntad y criterio de quienes deciden realizárselo. Porque finalmente depende en gran medida de la junta médica la aprobación o no del criterio tres causales en los que entrarían las mujeres que solicitan un aborto”, dice.
Una situación que pone en perspectiva y considerando los distintos tratados y acuerdos internacionales por la erradicación de las violencias contra las mujeres que ha suscrito el país. “Vemos como los programas implementados para cumplir con las normativas son insuficientes o no dan abasto, debido a que no apuntan a un cambio estructural de la sociedad”, cierra.