El clan Arriagada González, oriundos de Hualpén, en la región del Biobío, vive en una profunda incertidumbre: tras una serie de exámenes para determinar si alguno es portador de COVID-19, no tienen certeza de ningún resultado.

Catherine González, la matriarca de la familia, se sometió a un test para identificar la presencia del virus el 27 de marzo en la Clínica Universitaria de Concepción. Funcionaria de la salud pública, se acercó al centro médico tras presentar síntomas, los que fueron descartados por coronavirus días después. Sin embargo, cuando tuvo los resultados, la seremi de Salud regional la contactó para informarle que efectivamente había dado positivo y que había sido un error del sistema de control. 

De acuerdo a Cooperativa, su esposo, Hugo Arriagada y los dos hijos menores que tienen en común, fueron puestos en cuarentena. No obstante lo anterior, un segundo examen hecho por Catherina, esta vez en el servicio de salud público, mostró que también era negativa para el COVID-19.

"Mi señora se ha realizado dos exámenes en la Clínica Universitaria y uno en la salud pública, mi hija un examen en la clínica y dos en el servicio público, mi hijo un examen en cada sistema y yo dos exámenes, uno en cada sistema. Solo yo siempre he sido negativo, pero el resto no sabemos cuál es la verdad", dijo a la emisora el patriarca de esta angustiada familia.

Actualmente el estado de las cosas es aún más complejo: los últimos exámenes mostraron que todos son negativos para coronavirus, excepto la menor de las integrantes, de dos años, quien resultó "indeterminada".

El seremi, Héctor Muñoz, dio cuenta del inicio de un sumario sanitario a la Clínica Universitaria. La familia afectada, en tanto, evalúa acciones legales.