Día de la Eficiencia Energética: Gran minería es la industria que más energía consume en Perú y Chile
Cada 5 de marzo se recuerda el Día Mundial de la Eficiencia Energética. No es gratuito que la propia Naciones Unidas considere como uno de sus Objetivos para el Desarrollo Sostenible de su Agenda 2030 el acceso a la energía asequible y no contaminante. El recurso energético es usado en todo, hasta en aquella actividad que practiquemos para adaptarnos al cambio climático.
En Latinoamérica sentimos hace mucho tiempo la necesidad de energías limpias no solo por el acceso limitado a la electricidad para satisfacer las necesidades humanas, sino por la afectación ambiental proveniente de la quema de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). La transición energética es un desafío en el mundo, pero no siempre va al fondo de la crisis global.
El documento “Bases comunitarias para la protección, preservación y conservación de glaciares, sus ambientes y elementos de apoyo”, elaborado por la Coordinación de territorios por la defensa de los glaciares, cuestiona que muchas veces la transición “tiene prácticas de extracción igualmente agresivas y a escalas inmensas en aras de su exportación, evidenciando el poder corporativo que cada vez tiene más respaldo de los Estado, a costa de derechos y autonomía de comunidades”.
De hecho, las comunidades agrupadas en la Coordinadora cuestionan la intensa minería de extracción de cobre, un material clave en construcción de paneles solares, cableados eléctricos y tuberías, entre otras cosas. La industria minera, si bien no es un combustible fósil, si es un gran emisor de gases de efecto invernadero por la energía que necesita para la extracción de metales, ya sea a través de minas a cielo abierto o subterráneas. Los grandes extractores de cobre en el mundo son Chile, Perú y China.
La industria minera contribuye con emisiones de gases de efecto invernadero de dos formas: las emisiones resultantes de la combustión de combustibles fósiles, relacionadas al transporte, calentamiento y procesamiento del material. Y también lo hace consumiendo grandes cantidades de energía eléctrica que es generada por procesos que involucran combustibles fósiles.
Del escenario latinoamericano tomamos como ejemplo comparativo al Perú y Chile, dos de los tres grandes extractores mundiales de cobre y su desafío de transición energética.
[caption id="attachment_348407" align="alignnone" width="682"] Mina a cielo abierto Andina - Codelco.[/caption]
¿Cuáles son las fuentes de energía más usadas en Perú y Chile?
El director General de Eficiencia Energética del Ministerio de Energía y Minas de Perú (Minem), Javier Campos, dijo en noviembre del año pasado, a la agencia de noticias oficial del Estado, Andina, que el 50% de la matriz es de naturaleza hidroeléctrica (energía renovable convencional) y las energías limpias o no convencionales (solar y eólica) solo ocupaban 5% de la matriz.
El resto de la matriz energética peruana es, 45% en promedio, energía térmica a gas, del estilo que se extrae en Camisea (Cusco), según dos exviceministros de Energía peruanos consultados, Luis Espinoza y Pedro Gamio. El titular del Minem dijo que "la expectativa es poder llegar a 15% de energías renovables no convencionales a 2030, pero esto ameritará una reevaluación para dar un porcentaje detallado”.
En Chile, en tanto, priman los combustibles fósiles, aunque las renovables avanzan a paso acelerado. Según datos del Coordinador Eléctrico Nacional, en diciembre de 2019 el Sistema Eléctrico Nacional chileno generó un total de 6.786,4 GWh de energía. La generación corresponde en 37,6% a energías de carbón, 27,6% a hídrico, 13,4% a gas natural, 10,8% a solar y 7,5% a eólica.
Con el 37% provenientes de combustibles fósiles, el desafío para el país es descarbonizar su matriz energética. El año pasado, el presidente Sebastián Piñera anunció la descarbonización completa para 2040 y el cierre de 10 centrales termoeléctricas a carbón de aquí a 2024. Para las 18 restantes no existe plan de cierre todavía.
Los combustibles fósiles que se utilizan en Chile para generar energía son importados. En 2019, el país importó más de 300 millones de toneladas de diésel, 191 millones de toneladas de gas natural y 123 millones de toneladas de carbón. Principalmente, desde Estados Unidos, Australia, Brasil, Colombia y Ecuador, según el último reporte del Coordinador Eléctrico.
Si bien los combustibles fósiles son la principal fuente de energía chilena, las energías renovables no convencionales han superado el 20% de la matriz en 2019 y se proyecta que superen el 30% en 2030.
La minería es la actividad que más energía consume
Chile y Perú no solo comparten un avance hacia las energías renovables, sino a su principal consumidor de energía, la gran minería formal, ya que ambos países son potencias en la materia.
A marzo de 2019, la minería representó 55% de la demanda de energía eléctrica de los clientes libres en el Perú. Los clientes libres son aquellos cuyo consumo energético es superior a los 2.5 MW (megavatio), según la Ley para Asegurar el Desarrollo Eficiente y tienen derecho a contratar directamente con las empresas distribuidoras o generadoras de energía.
Entre las grandes mineras que más consumen energía en Perú, a marzo de 2019, encontramos a Cerro Verde, Southern Cooper Peru, Las Bambas MMG, Minera Antamina, Shougahn Hierro Perú, Minera Chinalco Peru, Xstrata Tintaya, según el reporte citado de Osinergmin.
De acuerdo con Pedro Gamio, exviceministro de Energía del Perú, en el caso del país andino se debe atender la demanda energética del sector minero, pero con energías renovables no convencionales. “El Perú necesita en dos años atender el crecimiento de la demanda de proyectos mineros y si no hace nada tendrá que utilizar electricidad con diésel, que es un alto costo para la economía. Y complicará la realización de esos proyectos necesarios para la economía nacional”.
En Chile -potencia mundial en la producción de cobre- la minería también es el sector que más energía consume en el país. Según datos del Coordinador Eléctrico Nacional, la minería utiliza el 29% del consumo eléctrico. Se estima que el 11% representa solo los costos operacionales de la industria.
La Comisión Nacional de Energía de Chile (CNE) elaboró un estudio de las empresas que más energía consumen, analizando su actividad entre enero de 2018 y junio de 2019. La empresa que lidera el ránking es la estatal Codelco, que en un mes llegó a consumir 491.717 MWh, seguido de Minera Escondida (de BHP), con un máximo de 449.785 MWh y de AngloAmerican Sur, con 196.009 MWh. Entre las empresas mineras que más energía consumen hay dos faenas del grupo Luksic (Centinela y Los Pelambres), una del consorcio de AngloAmerican y Glencore (Doña Inés de Collahuasi) y otras dos de capitales japoneses (Lumina Cooper) y polacos (Sierra Gorda).
Potencias renovables
Chile
El potencial de la energía solar en Chile no parece tener límites. El país cuenta con el desierto de Atacama, el más árido del mundo, 105 mil kilómetros cuadrados de superficie repartidos a lo largo y ancho de cinco regiones del país. En una entrevista en septiembre, el director del Centro de Investigación en Energía Solar, Rodrigo Palma, aseguró que “con todo el potencial de energía solar de Chile, se podría abastecer 60 veces el consumo del país y el 20% del mundo”.
“Para abastecer toda la energía que requiere Chile si tuviéramos almacenamiento suficiente necesitamos unos mil kilómetros cuadrados, algo menos que el 1% del desierto y equivalente más o menos a la superficie de la comuna de Melipilla. Y para abastecer el 30% del consumo de electricidad de toda Sudamérica, necesitamos sólo el 5% del desierto. Ahora, para explotar todo el potencial se podría ocupar el 60% de este territorio, para el 20% del consumo del mundo”, afirmó.
El 10,8% de la energía generada en el Sistema Eléctrico Nacional, en diciembre de 2019, correspondió a una fuente solar. En enero, el país alcanzó los 2.765 MW de potencia fotovoltaica instalada. En construcción hay proyectos energéticos de más de 4 mil MW, de los cuales más de la mitad son proyectos solares fotovoltaicos.
[caption id="attachment_348406" align="alignnone" width="332"] Matriz energética Chile - Coordinador Eléctrico.[/caption]
La proyección de que hacen las asociaciones empresariales de energías renovables del país, como Acera y Generadoras, es que para 2030 se puede tener 75% de la matriz de energías renovables, con la solar superando el 30%. Entre las empresas que están en el rubro de la energía solar resaltan grandes transnacionales de energía que también explotan combustibles fósiles en el país, como AES Gener (dos centrales solares), Colbún (una), EDF (dos), Enel (ocho), Engie (dos) y Global Energy Partners (una).
La primera política energética de Chile en más de cincuenta años se presentó en 2015, cuando el gobierno de Michelle Bachelet comprometió que para 2050 el 70% de la generación eléctrica del país provendrá de energías limpias. El crecimiento, sin embargo, ha sido más exponencial y el actual gobierno promueve que el 100% de la generación provenga de fuentes limpias en 2050.
En cuanto a la energía hidráulica -considerada renovable convencional- es el tipo de generación más polémico en Chile en los últimos años. Ya sean hidroeléctricas de pasada o embalses, los más grandes conflictos ambientales en Chile en el último tiempo han sido por este tipo de centrales. HidroAysén, por ejemplo, pretendía construir tres mega represas en la Patagonia, con una inversión de más de 3 mil millones de dólares para una potencia de 2.750 MW. Su aprobación provocó una movilización nacional en 2011 que terminó por enterrar la iniciativa.
Si bien todavía hay potencial de energía hidráulica en Chile, este tipo de generación está en retroceso: en 2014 representaba el 33,7% de la matriz energética y en 6 años ha bajado al 27%. Eso sí, grandes proyectos siguen en construcción, como Alto Maipo, una mega central hidroeléctrica que pretende desviar los 3 ríos que sustentan de agua a Santiago. El proyecto está todavía en construcción pese al fuerte rechazo ciudadano y estudios que muestran cómo puede afectar el suministro de agua en una capital donde viven 7 millones de personas y en la que, producto de la sequía, se habla de racionamiento de agua para el próximo año. La energía de Alto Maipo serviría en gran parte para proveer de electricidad a la minera Los Pelambres, ubicada en la zona cordillerana de la Región Metropolitana.
Perú
En el caso de Perú más de la mitad de su matriz energética proviene de las hidroeléctricas, que forman parte de las energías renovables no convencionales. Si bien este tipo de tecnología es “limpia” porque usa la fuerza de las corrientes de agua, su defecto es no tener una intensidad regular. “Las sequías extras pueden bajar a la mitad (el volumen del agua). El sistema integrado ideal de energía en el Perú sería 60% renovables (hidroeléctricas y no convencionales) y 40% térmicas a gas”, explicó el exviceministro de Energía, Luis Espinoza.
De acuerdo con Franklin Acevedo, gerente general de la Sociedad Peruana de Energías Renovables (SPR), gremio peruano que aglutina a las empresas promotoras de las energías limpias en el país, el sur peruano tiene un enorme potencial para la energía geotérmica por su alta actividad volcánica, mientras que la área costera y amazónica destaca por una radiación solar desbordante.
“Solo la SPR tiene para invertir hasta 3.500 millones de dólares en energías renovables no convencionales en el país”, afirmó Acevedo. Si se avanza bien en diversificar la matriz energética se puede lograr hasta 75% de energías limpias para el 2050, vaticinó el representante de la SPR. Sin embargo, el exviceministro, Pedro Gamio, complementó que antes se deben terminar con vicios sociales enquistados en el Estado de forma histórica. El caso peruano para las energías limpias no es tan optimista como el chileno.
Gamio informó que las empresas que consumen gran cantidad de energía, como las del sector minero, si bien pueden tratar directamente con empresas generadoras de energía común, no es así con las de energías limpias como la solar. “En el caso de la eólica hubo una norma que le abrió el camino hace unos meses recién. Hay una restricción de parte de una norma reglamentaria no corregida porque no corresponde a las buenas prácticas ni a lo que ocurre en otros países”, enfatizó.
Para que haya una matriz diversificada el Estado peruano debe romper con obstáculos enemigos de las energías limpias, de acuerdo con Gamio: “(Estos) son una mezcla de factores como la inestabilidad (política), hay muchos cambios de los actores en el ministerio; la falta de planeamiento energético y hay lobbies. Hay quienes ganan con el sector diésel”. En conclusión, el panorama para las energías limpias solo puede ser amigable si existe un Estado limpio por dentro.
La corrupción no es novedad en el Ministerio de Energía y Minas del Perú. Según el portal Wayka, existen correos electrónicos en donde se evidencia tratos cercanos entre el exministro, Jorge Merino, y el exdirectivo de Odebrecht, Jorge Barata, sobre los tubos del Gasoducto Sur Peruano. Valga la aclaración que este proyecto, que iba a asegurar el suministro energético en la macroregión sur, está paralizado por los procesos judiciales del caso especial Lava Jato.
“La ciencia nos plantea una acción directa para un cambio constante y paulatino hacia las energías renovables no convencionales en el contexto del cambio climático”, recuerda Antonio Zambrano, coordinador Nacional del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC) de Perú, quien alerta que en caso de que no se respete la promoción de las energías limpias en países vulnerables, será el mismo planeta Tierra quien nos haga recordar que nuestra especie humana solo está de paso por el incremento inminente de la temperatura global.
*Este artículo es un trabajo en conjunto entre La Mula (Perú) y El Desconcierto (Chile) como parte de la fellowship de Climate Tracker Latino América.